Efecto Mariposa [Tom Hiddleston]

Era para siempre ¿Lo recuerdas? [14]

Casi no dormí nada esa noche, por lo que al día siguiente volvía a mi modo zombi, era prácticamente inevitable, mis compañeros de trabajo que habían viajado conmigo me miraban como si tuviera alguna enfermedad terriblemente contagiosa, sabía que me veía terrible pero en realidad no me importaba.

Habían pasado ya cuatro días desde mi encuentro con Tom, al día siguiente volvería a mi vida normal otra vez, como si no hubiera sido suficiente el primer inútil y fallido intento de superarlo, ahora tenía que hacer un segundo inútil y fallido intento de volver a superarlo.

Mientras todos salían a divertirse por las tardes, yo me quedaba en mi habitación comiendo cantidades industriales de helado y viendo estúpidas comedias románticas con finales felices que me hacían llorar.

El último día decidí no asistir al cierre de la convención, ya que solo sería la despedida y una convivencia entre los empleados y la verdad yo no tenía ganas de convivir con nadie en aquel momento.

El vuelo salía en la madrugada, por lo que el resto del día me la pasé metida en la tina de baño, sumergida en medio de las burbujas tratando de equilibrar mis pensamientos y volver a un estado racional, no podía volver con la cabeza hecha un caos, aunque odiara admitirlo él se había convertido en parte de mi pasado, jamás dejaría de amarlo pero vivir sin él era la única opción ¿Cómo podría obligarlo a volver a amarme? No. No podía, simplemente no podía.

Llegué al aeropuerto con la mirada perdida arrastrando mi maleta, mis compañeros conversaban muy felices sobre lo genial que había sido para ellos el viaje, seguramente me consideraban la más rara, aburrida y amargada de todos los compañeros de viaje posibles.

Aun teníamos algo de tiempo antes de que nuestro vuelo saliera, nos sentamos en un bar veinticuatro horas y ordenamos unos cocteles, movía la pequeña sombrillita entre mis dedos haciendo tiempo hasta que nos llamaran para abordar.

Lo vi corriendo pasar de largo a unos metros de mí en medio del casi desierto aeropuerto a esa hora de la madrugada.... ¡Genial! Pensé para mí misma... ahora tengo alucinaciones ¿Qué tendrá esta cosa? Me dije analizando mi coctel.

- ¡Alejandra! – Lo escuché decir mi nombre mientras aun me encontraba absorta en el líquido de mi coctel

Levanté la vista y ahí estaba él a unos metros de mi, doblado a la mitad con las manos en las rodillas mientras intentaba normalizar su respiración.

- Creí... creí... uff... - Decía aun intentando respirar normal – Hola – Dijo dirigiéndose a mis compañeros que lo veían con la boca abierta – Creí que no te alcanzaría – Dijo finalmente - ¿Podemos hablar?

Comprobé que mis compañeros también lo veían, no, definitivamente no estaba alucinando.

- yo.... Supongo que sí – Estaba muy confundida

Salimos por una puerta de cristal que llevaba a una pequeña terraza que era parte del bar veinticuatro horas, donde habían algunas mesitas por si alguien quería sentarse al aire libre, en ese momento estaba vacía.

- Te creo – Dijo él – Se que todo lo que me dijiste por absurdo que parezca es verdad.... Es real

- ¿Cómo? – Le dije sin poder creerlo

- Se que sonara muy extraño pero, que no lo es en esta situación – Decía mientras sonreía – Después de hablar contigo la otra noche, llegué a mi casa y todo el asunto este de las mariposas y las posibilidades seguían dándome vueltas en la cabeza, me acosté a dormir con todos esos pensamientos en la mente, creo que lo último que pensé fue en como seria si lo que me dijiste fuera verdad y luego solo sucedió