05 - Señal de Muerte

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   Toma su planeador y con sus habilidades da un salto hacia la montura del bisonte. En cuanto baja hasta el nivel de un edificio de dos plantas, Tenzin da un salto y aterriza en el tejado de aquel lugar, suavizando su caída con el arma guía de todo buen monje. En cuanto está a dos cuadras de todo lo que está sucediendo y a unos cuatro kilómetros del centro de la metrópolis, le ordena al bisonte salir de ahí lo más rápido posible, acción que este obedece.

   En cuanto se queda solo, el hijo del Avatar Aang, gracias a su gran control, desciende hacia las calles de la ciudad, viendo aquel supuesto "terremoto" acercarse. Delante, retroceden los meca tanques de la policía, a la vez que los dirigibles detonan pequeños explosivos procurando no destruir ninguna vivienda de los alrededores.

   Tras unos pocos minutos de concentración, respira de forma profunda con los ojos cerrados y la mente centrada en su objetivo. Comienzan a oírse los motores de los meca tanques y el ruido ensordecedor de la carretera destruirse, dividiéndose en fragmentos de roca que golpean a los oponentes. Detrás vienen casi doscientos Maestros Tierra utilizando sus poderes para obedecer a Raiko, quien probablemente ya debió de perder la cordura.

   De repente todos los sonidos desaparecen y solo está Tenzin. No superan los 100 metros y toda la acción se aproxima. Finalmente eleva ambos brazos y expulsa una bocanada de viento de la cual crea un látigo de aire, enrollándolo, convirtiéndolo en una gran bola en la cual se monta y tras formar una esfera gigantesca de viento comienza la marcha...

   Uno de los Maestros Tierra enmascarados que viene provocando el terremoto artificial se detiene y retrocede un momento, viendo como una manada de al menos doce bisontes vuelan sobre ellos y desde las monturas se despliegan docenas de Maestros Aire. Desde Oogi, Korra baja, suavizando su caída con ayuda de su planeador de aletas azules. En cuanto cae en mitad de todos los Maestros Tierra cierra su arma y la engancha a su cinturón, llevándolo a su espalda de tal forma que deja sus manos libres, elevando ambos brazos y golpeando el suelo provocando que varios caigan y el terremoto se desestabilice.

   Tenzin atraviesa el oleaje de rocas y expulsa patadas de viento que golpean y noquean a otros Maestros Tierra. Con el suelo un poco más firme, los meca tanques de la policía avanzan, a la vez que los dirigibles acorralan los sectores aéreos del Distrito. La joven Avatar saca un látigo de agua de su cantimplora y comienza la batalla, a la vez que Jinora, Ikki, Meelo, Rohan, Kai y Bumi unen fuerzas, creando un pequeño tornado que hace retroceder a los criminales.


. . .


   —¡No, no, no! —Grita Raiko, viendo a través de las pantallas lo que está sucediendo. —¡Creo haberles ordenado que destruyesen Ciudad República! ¡Y con eso, me refiero al corazón del país! ¡No tenían por qué atacar desde un distrito como si tuviésemos cuarenta terremotos artificiales en las espaldas! ¡Ahora nos van a machacar, por su culpa! —Grita Raiko.

   De repente, recibe una bofetada.

   —No sé quien se ha creído usted para quejarse de tal forma, pero le aseguro que en todo esto no es más que un funcionario más de nuestro gran líder. —Le dice el General, enfadado.

   Raiko solo eleva la mirada con el cabello revuelto y los lentes movidos por aquel golpe que recibió, en cuanto eleva sus brazos dos soldados lo retienen, encadenándolo al muro que tiene detrás, haciendo reír al general.

   —Ahora permanecerás aquí hasta que ellos te encuentren. —Le dice el General, sonriendo diabólicamente. —Y si no, ¡larga vida al nuevo Emperador! —Dice de forma sarcástica, riendo junto a los demás soldados. Rápidamente cierran la puerta de metal con candados y se marchan riendo por los pasillos de aquella estructura subterránea.

La Leyenda de Korra y la Sociedad de RatnackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora