Prólogo

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- ¡Ríndete Jack! ¡No podrás contra mis mantis! - Nuevamente, una batalla entre el bien y el mal se desataba, Aku intentaba invadir un pequeño pueblo buscando a Jack que, en su última batalla con él, había quedado mal herido. Este, por más que las personas del pueblo intentaban impedírselo, se presentó a pelear.

- ¡Jamás! ¡No importa cuántas veces lo intentes, siempre te venceré!

- ¿Seguro? ¿Y si... cambiamos un poco el terreno?

De la nada, un hueco en el suelo absorbió a Jack enviando lo a un destino incierto, siendo seguido por los vástagos de Aku. Este último no dejaba de reírse mientras veía la expresión de Jack al caer por un abismo negro.



- Johnny, hijo. ¿Podrías ir a la tienda a comprar algunas cosas? Está a punto de empezar mi clase de aerobics y necesito algunas cosas para preparar la cena.

- Si mamá.

- Gracias tesoro. Eres un sol. Nos vemos a las cinco.

Bunny Bravo se despidió de su hijo con un beso en la frente antes de irse.

Johnny se encontraba mirando una película de acción en la TV, pero no paso mucho antes de salir a hacer el recado de su madre. En el camino, unas hermosas chicas distrajeron su atención haciendo que cambie su camino y fuese al parque de la ciudad. Como era de esperarse, sus constantes insistencias hicieron que estas quisieran alejarse de él pero, al no conseguirlo, decidieron tenderle una trampa. Le dijeron que si podía recorrer todo el parque en menos de cinco minutos, las dos saldrían con él.

Johnny, entusiasmado, comenzó la carrera sin notar que ellas, al ver como este se perdía en la distancia, se fueron y siguieron su camino. Cuando se encontraba a medio camino algo llamó su atención, unos insectos gigantes aparecieron de un extraño hueco en el suelo. Con solo una cosa en mente, el musculoso continúo su recorrido, creyendo que estos no le incumbían pero, al ver como estos seres se disponían a atacar a un pequeño hombre herido, decidió intervenir.

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