Capítulo II "El Bar del Amor"

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Todo daba vueltas, se sentía mareado y confuso. No recordaba cuando se había desmayado pero la sorpresa fue aún mayor al abrir los ojos.

Era de noche y se encontraba sobre un colchón de hojas observando un cielo estrellado.

- Al fin despiertas.

La voz de Jack proveniente de su lado le ayudo a razonar la situación. Lentamente recordó lo ocurrido con el muchacho pelirrojo y le pareció tan irreal que creyó que era un sueño. Su entorno le hizo darse cuenta que no era así.

Se incorporó lentamente, llevando una mano a la cabeza debido al mareo y un leve dolor. Se encontraban en un bosque, al lado de una fogata que, suponía, Jack había hecho.

- Lo siento. - Dijo este último viendo lo aturdido que se encontraba su compañero. - Sabía que debía irme antes. Por mi culpa, ahora... - Al no poder terminar la frase, este se inclinó hasta poner la frente en el piso.

Johnny no entendía mucho de las costumbres de Jack, pero de algo estaba seguro, no le gustaba que se sintiese mal. Puso la mano en el hombro de este, que ahora parecía estar hecho un ovillo en el suelo y le hizo incorporarse.

- No entiendo que paso pero, no fue tu culpa Jack. En todo caso, yo me lo busque, fui yo el que no te dejo ir.

Las mejillas de Jack se sonrojaron un poco al oír esas palabras. Este acto hizo que Johnny se diera cuenta de lo que había dicho. Haciendo que sus mejillas se pusieran aún más rojas que las de su compañero.

- Bu... bueno, tu sabes, yo... a lo que me refiero es que...

Los intentos de Johnny por aclarar la situación hicieron que Jack no pudiera contener la risa, dejando salir una alegre carcajada que inundo los oídos de su amigo.

Johnny sintió como su corazón latía con fuerza y su rostro se ponía aún más caliente. No quería dejar de escuchar su riza. Era la primera vez que se sentía de esa manera con cualquiera... no sabía que hacer o como actuar. Intento ponerse de pie, pensando que si caminaba un poco podría relajarse pero las secuelas de su extraño viaje aun hacían efecto sobre él, sus músculos fallaron haciendo que este se resbalase y cayera sobre Jack, quedando a unos breves centímetros de su cara.

Ambos hombres parecían sorprendidos y sus mejillas estaban teñidas de un tono rojizo más fuerte del que tenían antes. Cada uno podía sentir los latidos y la respiración agitada del otro debido a la cercanía de sus cuerpos y la fina ropa que llevaban. Ninguno de los dos se movía, solo permanecían allí, viéndose a los ojos.

Un sonido metálico interrumpió ese momento que pareció haber durado horas. De entre los matorrales, dos largos brazos metálicos salieron despedidos hacia ellos. Jack pudo cortar el que venía hacia el con un grácil movimiento con su katana, pero debido a que estos se movían demasiado rápido no alcanzó al que se dirigía hacia Johnny, el cual fue arrastrado por este.

Jack siguió el camino de hojas y ramas destruidas que el brazo robótico había dejado mientras se llevaba a su compañero, solo para ver que se trataba de una nave de esclavos que se dirigía hacia el norte. Intento alcanzarlos pero esta era más rápida, dejándolo atrás fácilmente.

Se sentía desesperado, no concebía la idea de no haber podido salvarlo. Sintió algo húmedo en su pierna y, al verlo, se dio cuenta que era aceite del brazo metálico que había cortado. Observo al piso y pudo distinguir que se había formado un camino de esta. Aun podía alcanzarlos, pero debía darse prisa.

...

Jack estaba rodeado. Debido al cansancio de estar tres días siguiendo las manchas de aceite hasta esa ciudadela, sus movimientos se tornaron lentos y torpes, lo suficiente como para que un grupo de cazarrecompensas lo descubrieran y lo convirtiesen en su blanco. Estaba tan cerca de encontrar a Johnny, pudo seguirles hasta allí pero no sabía cuál era su base. Se había metido en un club extraño para tratar de perderlos ahí pero solo logró el efecto contrario. Ahora sus perseguidores estaban sitiando el lugar, buscándolo entre el mar de gente.

No debía pelear allí, no podía con tantas personas inocentes y el estado en que estaba. Tenía que encontrar una manera de salir y rápido.

De la nada, sintió que alguien le tomaba del brazo y lo jalaba hacia un rincón, estuvo al borde de desenvainar su katana hasta que descubrió que era él, era Johnny. De alguna manera este había escapado de los cazarrecompensas y le había encontrado. Vestía un traje negro con rayas grises y sus gafas eran rojas y espejadas.

- ¿Johnny...?

- Shhh... Sígueme despacio. - Dijo mientras le colocaba un tapado largo de plumas negras, le soltó el cabello y le puso un sombrero muy grande que ocultaba su rostro completamente.

Ambos caminaron hacia un rincón y quedaron cerca de una pintura extraña, llena de manchas de colores.

Johnny volteó a Jack para que este recostara su espalda contra la pared y se le acercó tanto a la cara que podía sentir su respiración en la piel. Su rostro comenzó a sonrojarse debido a la cercanía.

- ¿Johnny...? ¿Qué...?

- Tranquilo, lo vi en una película. Dime, ¿puedes ver que están haciendo?

Jack inclino levemente la cabeza hacia un lado para tratar de ver algo. Aún seguía sonrojado y su corazón latía fuertemente.

- Tres de ellos vienen hacia aquí, ¿tienes algún plan para...?

- Si tengo. - Dijo Johnny antes de poner una mano en el rostro de Jack y la otra en su cintura. Velozmente acercó el cuerpo de este hacia el suyo y lo beso. Comenzó suavemente pero de a poco sus besos se volvieron más apasionados.

Jack se sentía mareado. Su corazón parecía estallar y un calor extraño recorría su cuerpo. Por un breve instante olvido todo, desde quien era hasta donde estaban, solo podía sentir los labios del otro sobre los suyos. Sintió la mano de Johnny recorrer su cintura suavemente de un lado a otro. Sus rodillas temblaban y sentía que colapsaría si no se sujetaba de algún lado, así que rodeó el cuello del hombre que no dejaba de besarlo apasionadamente.

- Señor, en este bar se prohíbe ese tipo de comportamiento. Me veo obligado a escoltarlos hasta la salida. - Dijo la voz metálica del guardia de seguridad.

- Si, lo siento. Es que mi chica es tan ardiente que no puedo contenerme. ¿Querida? - Dijo extendiéndole el brazo a Jack el cual tomo con mucha fuerza ya que si no lo hacía se desplomaría en el suelo.

Con el paso lento pero constante, atravesaron la multitud y a los cazarrecompensas que perseguían a Jack sin que estos se percataran de quienes eran.

Ya fuera del local. Caminaron un corto trecho hacia un vehículo en el cual subieron.

- Lindo espectáculo el de ustedes dos. Fue impresionante. ¡Ja! ¡ja! - Dijo el conductor con aire cómplice.

- Te lo dije, lo vi en una película.

Jack, en medio de su aturdimiento y cansancio, observó al conductor, su sorpresa fue mucha al ver que era el mismo muchacho pelirrojo que los había traído a través del agujero de gusano.

Estaba al borde de desenvainar su katana hasta que sintió el enorme brazo de Johnny rodeando sus hombros y trayéndolo hacia él.

- Tranquilo, el me salvo y me ayudo a encontrarte.

En ese caso, muchas gracias. - Dijo Jack sin confiar del todo. Sentía como la adrenalina abandonaba su cuerpo dejando espacio al agotamiento. Lentamente sus ojos se serraban mientras escuchaba el sonido del motor del vehículo. Sin darse cuenta, apoyo su cabeza sobre el hombro del musculoso que lo había rescatado, quedándose dormido casi al instante mientras recordaba la manera en la que le había robado su primer beso y lo bien que se sintió.

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