Eyesmile Boy | YoonMin

veintiocho

"Hay que ir al festival de invierno" llegaste emocionado dándome un folleto dónde se anunciaba el evento. "Podemos ir hoy mismo, queda de camino a casa"

"Por supuesto, Jiminnie" llamarte de esa forma ya me era una costumbre y de alguna forma no sentía vergüenza alguna de decírtelo, además me sentía muy animado de ir al festival, nunca había sentido la necesidad de salir de casa más de lo necesario antes de ti.

Después de clases me esperaste justo a la salida con la mochila en tu espalda y la mitad de la cara cubierta por un cobre bocas, sin embargo, las dos líneas que tenías por ojos delataban tu gran sonrisa producto de verme llegar a tu lado, realmente me he dado cuenta de que soy especial para ti.

El sendero blanco por el que andábamos poco a poco se tiñó de luminosidad y gritos de alegría del modesto festival que se abría paso en medio de la calle, los olores inundaban el lugar y rápidamente te viste atraído al puesto de bollitos rellenos de crema, tal como un niño. Por mi parte solo me dispuse a observarte comer toda clase de bocadillos con una sonrisa ligera en el rostro.

"¿No quieres nada? Estos están deliciosos" señalaste la bolsa repleta de los populares bollos.

"De verdad estoy bien" y cuando menos lo pensé ya tenía a comida estampada en la cara y en acto reflejo abrí la boca llenándome de crema hasta la nariz. Te miré molesto por ello pero no pude contener mi alegría al tomar otro bollito y estampártelo en la cara.

Éramos dos tontos bromeando en la nieve, persiguiéndonos y luego rodando juntos al resbalarnos por la manera descuidada de nuestros pasos.

"Me gusta pasar tiempo contigo, Yoongi, eres una buena persona cuando no tratas de repeler a la gente" nos encontrábamos sentados sobre la nieve con el trasero congelado pero dispuestos a quedarnos ahí en lo más alto de aquella pequeña colina para observar las luces de la ciudad que se cernía bajo nuestros pies.

"A mí me gustas tú, Jimin" suspiré resignado a qué pensaras lo que fuera después de aquella declaración.

Había varias luces adornando algunos árboles en la lejanía, niños haciendo muñecos de nieve y parejas paseando entre aquellos senderos de luz y eso sumado al olor azucarado en el ambiente me hizo pensar que estábamos en el lugar y momento correctos.

Nos quedamos en silencio un rato y sentí que cubrías un poco más tu rostro con la bufanda, te notaba ansioso y feliz. Tomaste aire y tímidamente comenzaste a hablar.

"Creo que opino lo mismo de ti" entrelazaste tu mano con la mía derritiendo la nieve con la calidez del tacto, después me diste un fugaz beso en los labios, los tuyos eran dulces, sin embargo, estaba seguro que no era por los bollitos. También eran suaves, tiernos, sin un gramo de brusquedad, comprobaron que todo en ti es delicado.

El invierno también puede traer calidez, o al menos eso es lo que pienso al estar a tu lado.

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Ya quedan pocos capítulos para acabar, muchas gracias por todo ♡