Psychopath // Troye Sivan

Final - Parte I

Tic-tac

El reloj volvía a sonar intimidante y tenebroso en la oscuridad.

Nara esperaba nerviosa tumbada en la cama aun con la ropa puesta, casi en medio de un ataque de pánico.

"¿Y si no sale bien? ¿Que haremos?"

Escucho pasos en el pasillo.

Se le helo la sangre y se tapo con las sabanas intentando hacerse la dormida.

Escucho el ruido de la puerta abrirse.

Sintio el ruido de pasos.

Y se percato la presión del cuerpo de Troye cerca del suyo envolviendola en un abrazo.

Las lagrimas comenzaban a caer por sus mejillas y apretó más fuerte aun a Troye contra ella.

-No me seas tonta- este se aparto con brusquedad- Tu no querías salir de aquí?- se incorporo y la miro con desdén con los brazos cruzados.

-Sigo queriendo, Troye. Solo que estoy aterrada, joder. Solo quédate aqui para mi, solo te pido eso- Troye se rio amargamente enfrente de la chica, pensando que más de si no podia dar en esa relación.

-Me estas pidiendo demasiado y lo sabes. Anda, coge tu mochila y vámonos- dijo más gentilmente, aunque aun tenia ese tono brusco que tanto le caracterizaba.

Aqui estaba el otro lado de Troye.

El oscuro.

Dio un respiro mientras se apretaba más fuerte las piernas contra ella, intentando desconectar. Como le habían enseñado en las clases para controlar la ansiedad.

Troye no parecía entender el motivo. Porque le grito más fuerte.

-¡¿Te mueves o que?!- se asusto tanto que casi pierde el equilibrio y cae al suelo.

Pero en vez de asentir y levantarse, ella fue la que le grito a el.

-¡No me hables así, gilipollas!- el oji-azul sonrío orgulloso y esbozo una sonrisa que dejaba apreciar sus hoyuelos.

-Si te movieras...- la chica se seco las lagrimas, respiro hondo un par de veces, haciendo que los nervios se fueran lejos de ella.

Después se levantó de golpe agarrando la mochila preparada debajo de la cama.

Respiro hondo una vez más, después agarro alargar el cuchillo que le ofrecía Troye.

-Esa es la Nara que quiero- la beso en la frente con algo de cariño.

Se sonrieron en la oscuridad, para después salir al pasillo.

La pesadilla comenzaba aquí.