Capítulo XII

2.5K 255 10
                                    

Últimamente, los días pasan y todo me resulta muy monótono. A excepción de los recreos, en los que he dejado de estar en mi torre de vigilancia para irme con Henry, Dayana, William, y Sasha. El novato friki de Aaron no ha vuelto a juntarse con nosotros, siempre está con Sara.

Incluso en este momento, en el que me encuentro sentada en el banco observándolos de vez en cuando. No es porque me importe, ni mucho menos, sino porque en este instante están hablando de él.

—De repente nos ha dado de lado, no lo entiendo —dice Henry —Yo pensaba que éramos amigos, pero ya ni me dirige la palabra.

—Parece estar agusto con Sara y su grupito —comento.

—Él se lo pierde, esas no son más que un par de niñatas pijas e inmaduras —dice William.

—¿Crees que se habrá liado con Sara? —pregunta Sasha.

—Fijo que sí, conociendo a Sara, y sabiendo que le gusta, seguro que ha debido abalanzarse sobre él —comenta Dayana.

—Chicos, dejad que viva su vida, cambiemos de tema, ¿a quién le importa lo que haga o deje de hacer ese novato? Porque a mí no —digo harta.

Todos se callan e intercambian miradas.

—Natalie —dice Henry —Todos sabemos que estás algo molesta por este asunto, pero...

Me levanto inmediatamente del banco y sin medir el volúmen de mi voz, llamo la atención de los que se encuentran a nuestro alrededor.

—¡No digas tonterías! ¡A mí me importa una mierda lo que haga!

Me llevo las manos a la cabeza, y frunzo el ceño, tras eso, me despido de todos y me voy al aseo para refrescarme.

¿De qué diantres hablan? ¿Yo molesta? ¿Por qué iba a estar yo molesta? ¡Me da igual si se ha liado con Sara, me da exactamente igual!

Sin darme cuenta, choco contra alguien, me disculpo sin mirarlo y trato de seguir mi camino.

—¿Natalie?

Me paro en seco.

Esa voz... No, no puede ser.

Me volteo para comprobarlo.

—Matt —murmuro.

Dios santo. Esto no me lo esperaba en absoluto. ¿Dios quiere castigarme hoy?

—Cuánto tiempo —comenta sonriente.

Su mirada azul se clava en la mía, pero la mía está cargada de odio y la suya de paz.

—¿Qué haces aquí? —digo descaradamente.

—He vuelto de mi viaje, me concedieron una beca de un año.

Lo había olvidado por completo. Matt tenía unas excelentes notas, y yo también, pero después del día de su cumpleaños, todo cambió.

—Entonces tendré que soportar verte la cara —digo seria.

Él pone su mano sobre mi hombro. Y al instante me paralizo.

—Natalie, no me odies por favor —suplica.

—Es demasiado tarde para que me pidas eso —digo apartando su mano de mí —Me das asco.

El timbre suena, y Matt y yo permanecemos callados mirándonos, la gente comienza a entrar, pero ambos nos quedamos quietos en nuestro sitio.

—Tengo clase —digo tras transmitirle con la mirada todo el odio que soy capaz.

Él me detiene justo cuando paso por su lado, y me atrae contra él.

—Sé que lo que hice estuvo mal, pero he cambiado —murmura a mi oído.

Miro sus azules ojos y su cabello rubio una vez más antes de soltarme e ir a mi taquilla, pero antes de llegar a esta, veo a Aaron observándome fijamente.

Mierda, lo ha visto todo.

Me acerco a mi taquilla e indiferente la abro y saco mis cosas, noto la mirada de Aaron posada en mí, pero no dice nada.

—¡Aquí estás! —dice Dayana acercándose a mí —Lo sentimos mucho, de verdad Natalie, no queríamos hacerte daño.

—No me habéis hecho daño, tranquila —digo sonriente.

Dayana me abraza, cosa a la que tardo en reaccionar, pero le devuelvo el abrazo con mayor firmeza.

Al entrar a clase, el profesor Calvo nos pone ejercicios, y pasamos la hora resolviéndolos. Tras la eterna clase, nos toca con la profesora Taylor, cosa que me anima. Y por último, con el señor Tomas.

Cuando por fin salimos, me dirijo a mi casa, últimamente he tenido que regresar andando, puesto que le pegué la fiebre a mi padre y sigue enfermo. Al pasar por el parque en el que realizamos la actividad del señor Tomas, los recuerdos vienen a mi mente y trato de eliminarlos. Sin embargo, al ver a Aaron apoyado contra un muro en mitad de mi camino, me detengo.

—¿Qué haces aquí? —digo incrédula.

Él deja de apoyarse en el muro y se acerca a mí. Su mirada oscura se clava en la mía, y por un momento me siento vulnerable.

—¿Quién era ese? —inquiere molesto.

El recuerdo de lo sucedido en el recreo vuelve a aflorar en mi mente.

—¿Y a tí qué te importa? —respondo con el mismo tono que él.

Él aprieta los puños, baja la mirada al suelo y tras unos segundos, me encuentro a mí misma siendo arrastrada de la mano hasta un callejón en el que no hay nadie, me empuja contra una pared y me mira fijamente a los ojos.

Otra vez no. No me hagas esto Aaron.

—Sí me importa —se pausa —Me importas tú —dice haciendo énfasis en la última palabra.

Mi corazón acaba de acelerarse. Y mi respiración se ha vuelto agitada al escuchar sus palabras.

¿Por qué Aaron provoca esto en mí?, ¿por qué unas simples palabras me afectan tanto como para hacer que me ponga tensa?

—Aaron, suéltame —murmuro, pero apenas me sale la voz debido a lo nerviosa que estoy, y me fallan las fuerzas.

—Natalie —dice acercándose a mí, hasta que siento su respiración agitada y su frente apoyada en la mía —¿Es tu novio?

¿He oído bien?

—¡No! —respondo en seguida.

—¿Entonces? —me mira con algo de desesperación en los ojos.

—Es Matt —esto está empezando a divertirme.

—¿Amigo?

Niego con la cabeza mientras me aguanto la risa.

-¿Familiar?

Vuelvo a negar.

—Es mi ex novio —confieso al fin.

Se aleja para mirarme a los ojos tras haberme escuchado y veo reflejados en ellos la angustia, el miedo y la intriga.

-----------------------------------------------------------

Caray, cómo se pone la cosa.
Agradecería vuestras opiniones y votos, eso me anima mucho a seguir!!😊😘

AndreaTorrano.

Fuera De Tu Alcance © | Completa Where stories live. Discover now