capítulo 4

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El aire era cada vez más espeso y con cada segundo las llamas se encontraban más cerca de mi. Una puerta se abrió al final del pasillo y de ésta salió Nia con preocupación en su rostro. Un suspiró aliviado brotó de sus labios , cuando su mirada se posó en mi, sin vacilar un segundo ésta avanzó en mi dirección.

— ¿Que sucedió?— Pregunté asustada respirando con dificultad.

— debemos salir de aquí— Ordenó quitando los pedazos grandes del camino para que estos no me cortaran mientras pasábamos.

Gruñí de dolor sintiendo como algunos  pequeños cristales se incrustaban en mis pies mientras corría hacia nuestra libertad.

Cuando crucé la puerta quedé boquiabierta al ver caos en el que se había convertido el campamento,las personas corrían sin control de un lado a otro.Los gritos de desesperación ,el llanto de los niños y las voces de las madres quienes buscaban a sus hijos entré la multitud con angustia era lo único que podía escucharse.

La cafetería estaba ardiendo en llamas,el calor que emanaba de ésta era insoportable y la duda de sí habían quedado personas atrapadas me estaba consumiendo. Estaba estupefacta sin poder procesar todo lo que sucedía mientras Nia me arrastraba al estacionamiento.Quedé paralizada cuando mi mirada se cruzó con la de mi madre ¿Que hacía ella ahí?

La voz de Nia hizo que saliera de mi trance.

— vámonos Zoe—asenti nerviosa  tocando mi bolsillo rogando que las llaves estuvieran en el .

Suspiré aliviada mientras las sacaba de mis pantalones y sin más preámbulos subimos a la vieja camioneta de papa .Mis manos temblaban mientras intentaba encender el motor ,estaba tan nerviosa que ni siquiera podía ordenar los pensamientos en mi cabeza.

Me horroricé cuando me encontré con la mirada fría de Axel quien estaba oculto tras uno de los árboles . Mi respiración se detuvo cuando escuché una explosión.

— ¡arranca!— gritó Nia con desesperación desde la parte trasera .

La camioneta encendió y tuve que hacer un gran esfuerzo para no atropellar a nadie mientras daba reversa.Sequé las lágrimas con mis manos temblorosas. El miedo calaba mis huesos y no podía sacar ese grito desgarrador de mi cabeza.

Conduje con rapidez por el camino hasta llegar a nuestra casa.Cuando llegué estacioné frente al garaje y tomé una respiración profunda.Necesitaba recuperar un poco de control en la situación— ¿Que sucedió?

Nia no podía mirarme a los ojos y mantuvo su miraada en el cristal de la ventana.

— no preguntes cosas de las cuales no quieres saber la respuesta— contestó antes de salir del auto.Coloqué mi cabeza en el volante con angustia sin tener idea de que hacer.

Cerré la puerta de la camioneta y caminé hacía la entrada dejando un pequeño rastro de sangre con cada pisada que daba. Entré mis llaves en la cerradura y pasé a la sala de la casa,está lucia diferente por alguna razón.

Las paredes seguían siendo de un azul celeste,los muebles seguían siendo marrón oscuro y las alfombras blancas seguían implacables pero...algo era distinto.

No eran los cuadros,no eran las fotografías, sin embargo,algo importante hacia falta.

Nia se encerró en su habitación sin explicarme nada. La casa se encontraba completamente sola no estaba mamá,no estaba Abby ni siquiera estaba papá quien a esta hora ya debía haber salido del trabajo.Entré a mi cuarto y cerré la puerta blanca de madera con seguro mientras las lágrimas se esparcían con rapidez hasta empapar todo mi rostro.

Las Mentiras De Nia Where stories live. Discover now