Capítulo 7

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Estaba paralizada sin poder mover un músculo. Al no escuchar respuesta el sonrió con malicia.

   — los quemo vivos... pero contigo haré una excepción y te dejaré ir con una advertencia —dijo sin poder contener la risa.

Era obvio que bromeaba, sin embargo, el chiste no tenia ni una pizca de gracia para mi—¿como llegó esto aquí? —mi voz salió quebrada.

El suspiro exasperado dándome espacio —tu me la diste, por cierto nunca me dijiste que eras sonámbula Zoe ¿que otros secretos le guardas a RoseVille?

Me sentía intimidada, mi sonambulismo solo era conocido por mís amigas y las personas que vivían conmigo ¿por que de todo RoseVille tenia que enterarse Axel?

—mejor me voy —dije tomando mi celular después de escuchar a lo lejos la voz de Ana.

—no debiste entrar en un principio —contestó siguiéndome .

Cuando iba a salir éste se colocó frente a la puerta.

 —no te metas en esto Zoe, deja de buscar pistas o encontrarás problemas.

—ya entendí, ahora muevete— .El se hizo a un lado y salí de ahí lo más rápido que mis largas piernas me permitieron.

—¿esta todo bien?—preguntó Ana desde el primer escalón.

Yo le obsequie una sonrisa nerviosa mientras bajaba.

—si, es que ya es muy tarde y debo irme.

—gracias Zoe, cuidate—me aconsejó abriendo la puerta.

—si, igual usted —me despedí para dirigirme a mi casa.

Ya había oscurecido y tenia que guiarme por la luz de la luna y algunas lámparas de la calle que aún funcionaban.

Tenia mucho frío pues mi blusa y parte de mi cabello seguían empapados. Las calles estaban desoladas debido a que desde que anochecía todos regresaban a sus casas y la vida nocturna era casi nula en todo el pueblo.

El viento despeinaba mi cabello y el sonido de las hojas siendo arrastradas invadían toda la calle Sun.

Un escalofrío se apoderó de mi cuando escuché el crujido de una rama a mis espaldas. Antes de que pudiera voltear unos brazos me sostuvieron.

 —Zoe ¡al fin te encontré! —exclamó Abby con una gran sonrisa.

—disculpa, se me hizo tarde para ayudarte con la cena.

 —no te preocupes por eso y... ¿donde andabas? 

Me quedé en silencio sin saber que responder.

—Mmm, estas nerviosa. Eso significa que estuviste con un chico...  Tyler?

Quise reír pero preferí que lo creyera si, me atrapaste—contesté con humor.

Ella me obsequio una sonrisa —te pareces tanto a mi cuando tenia tu edad, muchas fiestas, muchos amigos, chicos guapos como la hermana que nunca tuve—dijo mirando al vacío con un tono melancólico. 

Abby habia llegado al pueblo dos años atrás y a pesar de su forma de ser tan segura y agradable algo en su forma de ver a mi familia me hacia pensar que la suya le hizo daño, pero ella nunca los mencionaba y mis padres decidieron no hacer preguntas al respecto.

Llegamos a la casa y Nia aun estaba en su cuarto mientras papa le colocaba piezas nuevas al auto.

—¿y mi sorpresa? —pregunté abriendo el refrigerador para ver que había adentro.

Las Mentiras De Nia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora