Capitulo 39

29.3K 1.3K 276
                                    

*POV Lauren

Camila estaba claramente encantada con aquel lugar, pero, quién no lo estaría? Ese campo es uno de los lugares más visitados de Miami, no sé por qué no está incluido en los paseos turísticos.

-te vas a quedar ahí parada? Ven! -la tomé de la mano, entrando por las flores-

Camila andaba con cuidado, evitando pisarlas o eso intentaba.

Camila: Lauren, para. No quiero estropear las rosas.

-cómo pretendes llegar al medio si no pisas las flores?

Camila: porqué tenemos que ir al medio?

-las fotos salen mejor allá.

-qué fotos?

-las que vas a tomar para llevar a de recuerdo.

Ella continuó negándose a pisar las benditas flores, por Dios, como es difícil esta mujer.

No me quedó otra opción. Me agaché, tomé un impulso y la tomé en mis brazos, con un poco de esfuerzo más, la alcé en mis hombros, Camila, como era obvio, fue gritando todo el tiempo.

Camila: CUIDADO CON LA ROSA. -gritó, mirando el suelo- LAUREN, SUELTAME! DESTRUCTORA DE FLORES SIN CORAZÓN. SÓLO ESPERA QUE UNA ABEJA VENGA Y TE PIQUE PARA QUE APRENDAS.

Volteé los ojos y seguí ignorando sus gritos, hasta que llegamos donde yo quería, entonces la solté.

-listo, no estuvo mal, viste? -me senté en medio de las flores- si tú no las pisas, otros lo harán, no veo la diferencia.

Ella se sentó también, dándose por vencida.

Camila: es que es tan lindo, no quiero destruir nada. -miró el lugar- pero en fin, -me miró- em... gracias por traerme aquí.

-no es nada. -le guiñé- qué tal si apostamos una carrera? -me levanté- quien llega primero paga un helado para la otra.

Camila: listo! -se levantó-

-a la de tres. Uno... dos... -salió corriendo- hey, eso no se vale! -corrí atrás-

Camila: tus piernas son más grandes. -gritó, volteando hacia mi, los cabellos venían a su rostro cuando lo hizo- no era justo! -continuó corriendo-

Negué con la cabeza y seguí corriendo, a un ritmo más lento de lo normal, yo podía pasar a Camila y cuestión de segundos, ella corre muy despacio, pero no quería hacerlo, quiero que ella gane, por estar pareciendo una niña pequeña, tan viva, tan radiante, tan alegre, todo lo que hace años yo no era, todo lo que hace bien.

Ella llegó a una de las bancas de la heladería, con dificultad para respirar, pero hacía gestos de victoria.

Camila: gané!

-obvio que ganaste, tramposa. -bromeé, llegando cerca-

Camila: no tengo la culpa de tener piernas pequeñas. Ahora ve, paga el helado.

-y yo tengo piernas grandes?

Camila: no comiences Jauregui, ve a pagarlo.

Compré dos helados y le llevé a ella, sentándome a su lado.

Camila: aush, mis cotillas. -colocó su mano a un lado de su cuerpo- es tenso ser sedentaria. -dijo riéndose-

-el ejercicio hace bien.

Camila: mira quien habla, por lo que sé, tú perdiste.

-habrá revancha Camila, espérala.

Ella carcajeó y siguió comiendo helado, mientras yo me comía el mio. Cuando terminé, tomé el de ella de sus manos y le di un mordisco.

Camila: hey, abusada! Vas a terminar gorda.

-yo no.

Camila: claro que si, comiendo de esa forma. -terminó su helado, tirando el papel- ven, quiero ir a mirar el parque. -se levantó, esperándome-

Fuimos caminando entre las rosas, ahora que ella dejó la crisis de no pisar las flores y fue admirando el lugar, mientras yo la veía.

*POV Camila

Dejé de caminar y me senté nuevamente en medio de las rosas, tocando los pétalos de cada una de ellas, Lauren se sentó a mi lado, pero no parecía darle mucha importancia a las flores, la verdad, creo que está odiando estar aquí.

Solo que yo quería saber por qué rayos ella me trajo a este lugar.

Y fue exactamente lo que le pregunté, de una manera sutil, obviamente. Ella me miró espantada, como si estuviera preguntando porqué el sol es amarillo y no rosa.

Lauren: de donde sacas que no me está gustando el paseo?

-está en tu cara, tú animo contagia.

Lauren: no porque yo no salte de emoción y me esté riendo quiere decir que no me está gustando. -a qué se refirió con ese saltando?-

-quieres decir que soy un conejo de cara dura?

Lauren: cuántos hijos tienes?

Eh?

-ninguno.

Lauren: entonces no eres un conejo, los conejos tienen muchos hijos. -hizo una entonación especial en "muchos"- tal vez un canguro. -se burló-

-caray Lauren, esa es la cosa más sin sentido que he podido escuchar. Pero bueno, ya te quieres ir?

Lauren: tú quieres? -que manía de responder con otra pregunta-

-yo te pregunté primero.

Lauren: dependiendo de tu respuesta yo creo la mía.

-todavía no tomo fotos.

Lauren: eso es un no? -asentí- en ese caso, no me quiero ir todavía.

Intenté no sonreír. Después de eso tomamos varias fotos, obligué a Lauren a salir en algunas, ya que Sandra me está agotando la paciencia con eso de que quiere conocerla.

Era de esperarse que las cosas entre Lauren y yo quedaran mejor después del paseo, pero digamos que volvimos a comenzar de cero una vez que entramos a la casa. Ella me pidió disculpas, mudo, de la forma que ella sabe, por haberme llevado al campo de flores, yo la disculpé también sin decir mucho, creo que ella sabe eso, porque ya no la ignoro más. Eso cuando habla conmigo. Lo que pasa pocas veces, cabe resaltar.

La semana pasó rápidamente, mis cursos me mantenían ocupada buena parte del tiempo, pero no me quejo, estoy adorando cada uno de ellos.

El fin de semana llegó y tomé una decisión, un poco arriesgada y digamos que curiosa. Decidí seguir a Lauren.

No, la idea no vino de la nada. La escuché quedar de salir con aquellos amigos infelices de ella, me quedé curiosa por saber qué tiene tan mágico ese tal club que ella constantemente avisa que va, obviamente Lauren nunca me dijo en donde quedaba. Así que lo descubriré por cuenta propia.

The exchange (CAMREN)Where stories live. Discover now