Capitulo 128

17.9K 882 198
                                    

~Últimos capítulos de la primer temporada~

*POV Camila

Poco tiempo después el timbre sonó, Chris abrió la puerta y gritó desde abajo.

Chris: MILA!!! -llamó.- TUS AMIGOS DEL TEATRO. -anunció, algo que ciertamente le mandaron a decir.

Bajé las gradas riendo y me encontré con Harry, Carolina y Simone.

Simone: ya sé, es tarde. -habló antes de que yo pudiera abrir la boca.- pero no íbamos a dejar de venir a despedirnos. -sonrió.

-ay, que lindos. -los abracé, uno por uno.

Harry: te extrañaremos. -habló en nombre de todos.- espero verte lanzándote como actriz allá en México, eh? -bromeó, pellizcando levemente mi abdomen.

-claro.

Carolina: ay, promete que siempre nos mantendrás informados? - me llevó cerca a ella. Asentí.- y deséame buena suerte para aguantarme a este par yo sola. -hizo drama.

Simone: ja! Ja! Que graciosa!

Ellos se quedaron ahí un tiempo más, prolongando al máximo la despedida final. En el momento en el que en realidad ya se iban las lágrimas fueron inevitables.

Drew: voy a aprovechar y me voy también. -besó los labios de Taylor y luego vino hasta mi. -hey chica, cuídate. -besó mi frente.- ve tranquila, tú cambiaste radicalmente la vida de todos nosotros. -le lanzó una mirada a Tay, quien contenía las lagrimas.

-y tú cuida bien a mi "hermana americana" -jugué.- ella es un tesoro y juro que regreso desde México a darte tu merecido si la lastimas.

Taylor: odio las despedidas. -dijo sentimental, secando las lagrimas.

Luego todos se fueron, me quedé en la puerta viéndolos, queriendo detener el tiempo. Esa sensación de no volver a verlos nunca más me golpeó con fuerza y volví a llorar, siendo abrazada por Taylor, que hacía lo mismo, aunque más controlada.

Me llevó un tiempo para poder contener las lagrimas, Taylor, por suerte, se quedó todo el tiempo a mi lado, aunque sin decir nada. Toqué la pulsera que Lauren me colgó y sentí una vez más ese sonido raro en el estómago, ese miedo. No sé como me contuve y no me fui para aquella fiesta. Mi pierna temblaba impaciente y mis ojos todo el tiempo se volvían hacia la puerta. Esto es egoísmo, me dije a mi misma, yo la tuve para mí por mucho tiempo en este intercambio, no puedo estar queriéndola a cada segundo. Pero, en contra de eso, vino el diablo dentro de mi recordándome que mañana me voy y que luego todos los demás la tendrán el tiempo que quieran. Y yo no.

Taylor: cómo te sientes? -preguntó, viéndome.

-nerviosa. -admití, en un suspiro.- y ahora un poco nostálgica. -sonreí.- va a ser extraño acostumbrarme a mi antigua vida. Aprendí a amar y respetar esta ciudad.

Taylor: y esta ciudad aprendió a amarte y respetarte. -completó, arrancándome una sonrisa más.- pero yo estoy tranquila, porque sé que te casarás con mi hermana, así que te veré nuevamente. -dijo eufórica.- no es así? -preguntó, con un brillo en sus ojos.

No tuve como desanimarla.

-claro que lo es, mi hermana americana. -la empujé para un abrazo.

Las horas iban pasando y nada que Lauren regresaba, mis ojos me pesaban, prácticamente implorando por ser cerrados. Quise pensar positivamente, la fiesta debe estar buena, ella estuvo mucho tiempo sin movimiento, merece un descanso. Repetía teorías, con el fin de calmar el nudo en mi estomago.

Me quedé dormida.

Desperté cerca de las 8, lo que fue una victoria, no pensé que iba a poder dormir tanto dadas las circunstancias. Me levanté de la cama y decidí ir a incomodar a Lauren, cuando abrí la puerta, el cuarto estaba vacío. Y la cama exactamente igual que la noche anterior. Bajé, buscándola por la casa silenciosa. Nada.

Salí, con el fin de dar una caminata, dar un vistazo por los alrededores de los bares que Lauren visita normalmente, intentando descubrir algo y aprovechar para despedirme del barrio. Los primeros rayos de sol golpeaban mi rostro, el viento helado del comienzo de la mañana venía hacia mi cuerpo. Entonces hoy será el fin. El fin de este sueño que fue el intercambio.

En medio del camino mi cuerpo se paralizó. Pestañeé varias veces seguidas queriendo, por todo lo más sagrado, que esté teniendo una alucinación. Me congelé de la cabeza a los pies. Y en el segundo siguiente la sangre hervía en mis venas y las lágrimas se acumulaban en mis ojos por la escena que tenía frente a mí.

Me acerqué lentamente, aun intentando digerir la situación. Me agaché, recorriendo con la mirada el cuerpo inconsciente de Lauren, en medio de la acera. Negué con la cabeza y tomé de sus manos el saquito que sujetaba, el único vestigio de lo que hizo la noche pasada. Contuve las lágrimas y le di un golpe sin dolor, sin pena. Ella abrió los ojos, los hinchados ojos, y me vio como si no me reconociera.

-eres una idiota. -dije entre dientes.- tiraste a la basura todo el tratamiento... -ella movió los ojos, medio tonta.- ...estás consiente de lo que hiciste, Lauren? -pregunté.- eh? -la empujé, hablando más alto.- imbécil, no puedes contenerte ni una noche? -dije con la voz un tono más alto.- sabía que no podía confiar en ti. -me levanté.

Lauren: déjame. -murmuró, brava.- es mi vida, ok!? Tú no tienes nada que ver. -sentía las palabras saliendo trabadas, con el efecto que todavía no había pasado.- vuelve a tu tierra.

-traicionaste la confianza de todo el mundo, irresponsable! -grité, furiosa, golpeada por lo que ella decía. Lagrimas de pura rabia bajaban de mis ojos.

Un segundo después ella se volvió a dormir. Sequé mi rostro con fuerza, queriendo arrancar aquella imagen de mis ojos. Todo mi cuerpo temblaba y pedía mentalmente que todo fuera un sueño.

O mejor dicho, una pesadilla.

The exchange (CAMREN)Where stories live. Discover now