Capítulo 4: "Presencias Oscuras"

940 35 0
                                    

Después de un largo camino en el que Robert ni siquiera me habló y me miraba con furia llegamos a una solitaria casa, sus alrededores estaban vacíos, la casa tenía una fachada envejecida, el suelo del porche que se veía en la parte frontal de la casa estaba cubierto de hojas secas, el marco de madera de las ventanas se veía en mal estado y sus cristales en su mayoría estaban rotos, no había ninguna luz que pareciera provenir de la casa.

La casa estaba demasiado descuidada, sin embargo, por encima se notaba que alguna vez estuvo muy bien cuidada. Robert y yo atravesamos el amplio jardín lleno de plantas demasiado crecidas. El aspecto superficial de la casa atemorizaría a cualquiera pero ni Robert ni yo teníamos una pizca de miedo, se necesitaba mucho más para que yo sintiera miedo, desde la muerte de mis padres vi tantas cosas horribles que ahora nada me asustaba, nada me había asustado hacia ya unos 6 años... Nada excepto... Zayn Malik. Su imagen no salía de mi cabeza, lo veía una y otra vez sin entender porque no lograba dejar de pensarlo, sentía la necesidad de verlo realmente y de que estuviera a mi lado. Extrañamente incluso ya extrañaba su aroma, deseaba volver a mirar esos perfectos ojos mieles y ese rostro tan perfecto, todavía de solo imaginarme volverlo a tener cerca me causaba terror, como si se tratara de un asesino o algo maligno pero hermoso. Ni siquiera un asesino podía asustarme de tal manera, jamás había sentido tanto miedo hacia alguien como hacia Él. y además había algo aún más raro... Las voces. Solía escucharlas cuando estaba sola, pero mientras estuve con Zayn las voces misteriosas se intensificaban.

Robert golpeó la puerta de madera envejecida y esta se abrió sin mucho esfuerzo, supuse que la madera estaba tan debilitada por las termitas que en cualquier momento podría deshacerse. La casa solitaria y vacía me causó mucha nostalgia, parecía que antiguamente, hace muchísimos años había sido un lindo hogar, con una linda familia. Tal vez la casa había estado deshabitada durante muchísimos años, se notaba que era muy antigua a juzgar por aquellos muebles del siglo pasado cubiertos por polvo, un gran piano igual de antiguo estaba sobre el suelo de mármol, habían adornos costosos de otras épocas, probablemente Robert tomaría todo y lo vendería para pagar gastos.

Me deleite con esas fascinantes imágenes de aquella casa que en sus tiempos mientras estaba habitada tal vez era aún más hermosa, ciertamente ahora se encontraba en condiciones deplorables que se notaba a simple vista. Había cuadros con imágenes bellísimas de Europa en el siglo XVI, yo sabía poco sobre historia pero había visitado algunas galerías de arte con Robert y eso me dio algo de conocimientos sobre el tema y sobre la pintura. Había extraños jarrones reposando sobre mesas de té que parecían de mucho valor. todo estaba oscuro y tenebroso, había una que otra fotografía de una familia extraña y personas desconocidas pero sin embargo yo era valiente y no me asustaban cosas como esas.

Polvo y telarañas abundaban por cada rincón de la casa. La fantasía duro poco tiempo.

–Ahora si vamos a hablar tú y yo, pequeña brincona –dijo Robert con voz molesta y a gritos–. Dime si te acostaste con ese maldito.

-Robert, no –dije con temblorosa voz, yo sabía de lo que Robert era capaz de hacer–. Yo ni siquiera sé quién es, te juro que yo no hice nada con él, yo no lo conozco, ni siquiera sé como llegué con él.

–No mientas, sophie . André me dijo que no supo de ti desde la madrugada, fue a verte al cuarto ¡y tú no estabas! –me gritó con fuerza–. Te fuiste con ese tipo toda la noche, ¿no es cierto?

–No –dije con una débil voz apenas audible–. No es cierto, mira, yo no sé cómo explicarlo. Un tipo me inyectó algo, Caí en un profundo sueño y...

Mi voz se detuvo en el acto cuando Robert alzó su mano y me dio una fuerte bofetada haciendo que diera vuelta a mi cara. Solo solté una débil lágrima, ya estaba acostumbrada a los golpes, al menos esta vez Robert no había sido tan rudo como otros días.–No te creo nada, tonta –sonó la voz de Robert enfurecida–. No te doy más fuerte porque me da miedo arruinar tu belleza.– Robert... –balbuceé con voz quebrada y a punto de llorar–. Te juro que no hice nada.

"Más allá de una atracción" (z.m) EDITANDO.Where stories live. Discover now