Capítulo 14: "Reencuentro"

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-Y, ¿tú? ¿Quién eres? –escuché decir a Hashton–. ¿Cuál es tu nombre?
Su voz era tan amable, tan suave, tan perfecta que me hacía perderme en mi imaginación y en mis fantasías. ¿Mi nombre? Me pregunté. Ahhh sí.
–_______ –recordé–. Me llamo _______ Kardashian.
–Bonito nombre –dijo mirándome con esos ojos extremadamente hermosos. Me perdí mirándolo. Me hacía creer que tenía a Zayn al frente, incluso sentía que lo extrañaba menos, como si Hashton hubiese sustituido su persona y su ausencia era menos notable con semejante belleza de hermano gemelo, o clon exacto de Zayn frente a mí. 
–Son tan iguales –dije examinando cada pequeño y mínimo detalle de su belleza y sin disimular.
–Y tú eres tan hermosa –su mirada emanaba una ternura indescriptible y una sonrisa dulce se curvaba en la comisura de sus labios. Me hubiese encantado que fuera Zayn el que lo hubiera dicho. Aunque Hashton era físicamente la copia de él, o quizá Zayn era la copia de Hashton, eso no puedo saberlo, de todas formas nunca serían iguales en otra cosa que no fuera su exterior, los dos eran maravillosos pero sin duda diferentes y mucho. Las pocas veces que Hashton hizo contacto físico conmigo la sensación llenaba un vacio, era algo especial y celestial por supuesto pero con Zayn era diferente pero todavía más especial, sentía esa atracción que me hacía perder la cabeza, una atracción fuera de los límites de lo natural, lo deseaba y lo quería, lo necesitaba, cada contacto me llevaba hasta las estrellas, su sola presencia me hacia tambalearme, lo describiría como un Dios pero realmente era todo lo contrario, era un demonio. Debería ser un pecado que existan demonios tan perfectos, ¿cómo evitas amar a chicos demonios perfectos como el cielo y el universo? Y ahí estaba Hashton confesándome que le parecía hermosa. Me sentí alagada y linda, ahora dos chicos igual de perfectos me habían dicho que era hermosa y a mí me resultaba encantador y con sinceridad puedo decir que levantaba mi autoestima lo suficiente. Mis mejillas ardieron un poco y supe que probablemente estaba súper sonrojada. Tanto que bajé mi mirada hasta mis zapatos y los examiné sin interés. Él esperaba que algo pasara, tal vez que yo hiciera algún movimiento o dijera algo pero todo quedó a medio silencio. Aún podía escuchar el sonido a unas pocas calles de distancia de las sirenas de los camiones de bomberos.

–Vamos – Hashton rompió con el silencio–. Vamos a buscar a tu amigo.

Yo asentí con la cabeza aún mirando hacia el suelo y con el rostro enrojecido como la misma sangre. Caminamos a lo largo de esa calle y yo recordé algo 
–¿Si no me iba a morir por qué estaba Paul ahí? –Yo creí que las palabras no habían salido de mi mente pero de pronto me escuché decirlo en voz alta. Seguidamente vi como Hashton dejó de mover los pies para quedarse plantado en el suelo dejando de caminar. Quise con curiosidad ver su rostro.

–Parece que estás bastante informada. Más de lo que imaginé –Hashton parpadeaba muy seguido–. ¿Mi hermano te ha contado todo esto?
–¿Qué todo esto? –pregunté–. ¿Lo de Paul?
–Sí y... Te dijo que era un demonio. ¿Y cómo puedes ver a Paul? Los humanos no ven a la Parca.
Guardé extremo silencio y Hashton comprendió que yo no iba a decir nada.
–Paul esperaba por tu alma –continuó Hashton–. Sí ibas a morir, pero yo te salvé. Recuérdalo.
Hashton continuó caminando y yo lo seguí. Al cruzar la esquina vi la calle atestada de gente, varios camiones de bomberos estacionados frente al edificio del hotel que ahora ya no estaba prendido en fuego pero de sus ventanas salía un espeso humo gris oscuro. 
–Ella se quedó dentro –vi a Nicolás discutiendo con un par de policías–. Mi amiga está dentro, debo ir a buscarla.
–Nadie puede entrar al lugar todavía –replicó el oficial–. Ya se lo dije, no dejaremos entrar a nadie.

Nicolás pareció darse por vencido y con cierta molestia paso sus manos por su cabello en gesto de preocupación.
En seguida me lancé a correr hasta él y Hashton me venía siguiendo. Cuando estuve detrás de Nicolás toqué su hombro para llamar su atención. Él giró y al verme vi su rostro iluminado lleno de alivio. Antes de hablar o decir cualquier cosa me dedicó un abrazo amistoso.

"Más allá de una atracción" (z.m) EDITANDO.Where stories live. Discover now