Capítulo 12: "Fuego"

611 20 0
                                    

Cerré mis ojos esperando un beso de él pero en lugar de eso sentí su presencia alejarse de mí, su respiración ya no chocaba con mía. Después de haber acariciado mi cabello lo sentí levantarse del suelo y abrí los ojos, este estaba abriendo la puerta de la habitación y salió sin decirme nada. Me levanté del suelo y fui tras él.
–Adiós –dijo girándose para mirarme–. Que te vaya bien en tu viaje.
–Adiós –le dije un poco lastimada cuando él se alejó y se perdió entre la muchedumbre de personas que atestaban el aeropuerto. Me lastimaba que se alejara de mí, definitivamente lo necesitaba para seguir viviendo. Conociendo a Robert yo sabía que lo más probable es que no volviéramos más a Roma y si eso sucedía quizá jamás volvería a ver a Zayn. Irónicamente ahora tenía menos miedo que cuando lo conocí, irónicamente ya que ahora sabía que era un demonio y lo había visto matar gente y hasta me había dicho que iba a matarme. Casi era imposible pero cada vez podía desearlo más y más, cada vez la atracción era mayor, y estar a metros de distancia de él para mí no era suficiente, sería aún peor estar a millas de separación. Me enamoré de un extraño misterioso, de un peligroso "demonio" que acababa de conocer hace pocos días. Tal vez era la persona equivocada pero era el único que hacía sentir algo a mi corazón.
–______ –escuché llamarme a Nicolás y me volví siguiendo su voz–. Robert está buscándote.
Lo seguí y este me llevó con Robert que tenía una cara de querer matar a alguien.
–¿Dónde esta mi bebida?
–Me robaron el dinero –mentí.
–¿Te lo robaron o me lo robaste? –dijo Robert.
–Yo no me robe nada Robert.
Después de haber olvidado el tema pasaron unos minutos agonizantes. Luego llamaron para que abordemos a nuestro vuelo. La imagen de Zayn era lo único que me venía a la mente y me golpeaba como un lastimoso recuerdo, podía incluso ponerme a chillar como una bebita estúpida al pensar en cuando volvería a verlo, en cuándo volvería besarme, y en lo mucho que deseaba sus labios. Al menos me hubiera gustado despedirme de él con un beso apasionado como en la novela que leí con Nicolás. En el avión Robert se sentó en medio de Nicolás y yo. Era un asiento para tres pasajeros en clase turistica.

Londres - Inglaterra.

De pie en plena calle los tres buscábamos un taxi desesperadamente. Llevábamos más de una hora intentando que uno se detuviera, me sirvió para darme cuenta lo difícil que resultaba en esos días encontrar transporte. 
– Caminaremos hasta un hotel –dijo Robert dejándonos a Nicolás y a mí atrás cuando empezó a caminar.
Empezamos a andar unas cuantas cuadras. 
Las calles de Londres estaban brillantes por el efecto del agua de la lluvia que aún no se secaba después de que ya había terminado de llover. A pesar del clima húmedo había bastantes personas en las calles con sus abrigos y paraguas.
Yo caminaba a las espaldas de Robert y Nicolás intentando con esfuerzo seguirles el paso. Me llevaban unos cuantos metros de ventaja adelante de mí así que decidí apresurarme y más rápidamente me adentré entre las personas y la espesa multitud de gente que caminaba por esa misma acera. Estaba casi corriendo para alcanzar a los chicos cuando choqué fuertemente hombro con hombro con alguien que ni siquiera pude ver debido a lo rápido que estaba caminando. Volví mi mirada hacia atrás para pedirle disculpas a ese alguien. Cuando lo vi un estremecimiento azotó mi cuerpo, era un chico, estaba sobando su hombro supuse que por el golpe que le di. Era un joven exactamente igual a... Zayn. Pero lo más sorprendente es que este no era él, era igual excepto por una cosa, su cabello era mucho más largo a comparación con el de Zayn, pero su rostro, el color de su cabello y su cuerpo eran exactamente igual, su sonrisa era la misma, sus ojos cafés eran igual de hermosos, cada parte de ese chico era igual de perfecta y hermosa. Eran dos gotas de agua increíblemente iguales, si aquel chico no hubiese tenido el cabello largo, hubiera jurado que era el mismo Zayn. Mi confusión era grande, ¿cómo era posible que existieran dos chicos tan perfectamente hermosos en este mundo? Prácticamente un sueño hecho realidad. ¿Quizá a los demonios les crecía el cabello rápido? ¿Zayn me había seguido hasta Inglaterra? ¿Si no era él, quién era y por qué era igual? La presencia de este muchacho me hacía sentirme tan relajada, protegida, segura, a salvo, tranquila y llenaba mi cuerpo de una paz extraordinaria. Su rostro estaba tan iluminado, brillante y radiante que cegaba mis ojos. Era igual de perfecto. Llevaba puesta una camisa ajustada blanca de mangas cortas que hacía notar los músculos de su abdomen y dejaba a la vista esos brazos fuertes y formados. 

"Más allá de una atracción" (z.m) EDITANDO.Where stories live. Discover now