XII

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Apoyada en un coche gris,

con un cigarro en la mano,

con una botella en la otra.

Y quién iba a decir

que la niña de papá acabaría así.

Que acabaría de la manera

en la que ella negaba que estaría.

Simplemente jamás pensaste

que estarías en esa situación,

y de esa cruel manera aprendiste

a qué nunca debes decir nunca.

¿Sobrevivirá? ¿No sobrevivirá?

Esas preguntas retumbaban en tu mente

constantemente pero,

¡era lógico! ¿Qué pensabas?

Eso que usabas como juguete mata,

es parecido a de pequeña jugar con la Barbie

y de mayor querer ser una de ellas.

Y vuelves a casa,

¿para qué? Ni tú lo sabes.

Tan solo para aguantar gritos

y tener que callarte.

No quieres discutir,

rompes a llorar,

y mamá cuánto peor te ve;

más cuchillos suelta por su boca.

¿Y papá? ¿Dónde está?

Se fue;

asumelo.

Es tan cierto lo que dice mamá;

eres débil. Eres como papá.

Apenas te viene un problema,

ya lo esquivas para no tener preocupación.

"Mamá te odio,

¿dónde demonios está mi papá?".

Te preguntas el por qué él se va,

por qué tu amigo se debate entre la vida

y la muerte,

por qué tu madre no es la mujer

que te crío,

en resumidas cuentas,

tan solo te preguntas,

¿por qué todo ha cambiado

y los pocos que estaban se van?

Dolor crónicoOnde histórias criam vida. Descubra agora