Rojo

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El hombre estaba furioso.

Ya había pateado dos sillas y ahora simplemente estaba sentado a la mesa, sujetándose la cabeza, jalando su cabello y tratando de normalizar su respiración.

Esto ya era algo normal para Anastasia. Desde que recordaba los adultos siempre parecían enfadados. Cuando era niña ella no lograba comprender por qué, ella nunca había hecho nada malo, era una niña buena, eran ellos quienes eran malos, la perseguían y la asustaban. Siempre lo habían hecho.

Ahora ella tenía 17 años. Sus padres se habían separado, su madre se había vuelto alcohólica y su padre estaba en la cárcel, así que su tío, el hombre que seguía jalándose el cabello, había aceptado cuidarla.

Él pensó que sería fácil, que la niña no podía ser tan mala como la hacían ver, pero las noches sin dormir por los gritos, los llamados de atención de la escuela y todos los jarrones y portarretratos rotos por motivos difíciles de creer y explicar le estaban pasando la factura. Su fortaleza flaqueaba.

- Ana... ya no se que hacer contigo... - murmuró el hombre sin levantar la cabeza. En otros tiempos Anastasia le habría dicho que no era su culpa, que habían sido ellos quienes rompieron ese ventanal cuando ella se negó a ayudarlos, pero ya estaba cansada de hacerlo, nadie parecía creerle; además el arranque de ira empezó cuando Klaus dio el discurso que Anastasia siempre daba.

Klaus era su primo, la única persona en el mundo que le creía, y Anastasia sospechaba que ese era justamente el problema de su tío, que Klaus estaba del lado de Anastasia.

- Te irás al internado. El Instituto Lannister parecía una buena opción...

- Si vas a enviarla a algún lado yo voy también. Tengo que asegurarme de que no la metes en alguna institución mental.

- Klaus...

- Ya me oiste, papá. Ambos o ninguno.

El hombre estalló de nuevo, lanzando razones a su hijo que Anastasia prefirió ignorar porque todas tenían algo que ver con ella, el muchacho lo ignoró, no hizo otra cosa sino insistir en que su decisión estaba tomada, y repitió eso hasta los gritos.

Anastasia prefirió subir a su alcoba y mirar por la ventana.

- Él quiere llevarte lejos, ¿verdad? - Anastasia asintió - ¿vas a permitirselo? - Anastasia volvió a asentir - ¿por qué?

- Por que quiero alejarme de ustedes - Anastasia miró al único ojo que tenía esa muchacha pálida que la observaba y agradeció que nunca mas vería ese agujero negro que era su cuenca vacía, aquella presencia estaba atada a esa ciudad, pero seguro habrían otros como ella a donde fuera de Anastasia fuera.

Siempre los había.

ÍndigoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin