Parte de mi

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-"Trataré de olvidarte..."

"Gracias por todo,"

"Mika."

Su últimas palabras iban atravesando como una flecha recién lanzada directo hacia el corazón de Mikaela, su cuerpo estático y estrecho se limitaba a reaccionar al ver como ante sus ojos, la persona que proclamó una vez suya, se marchaba sin reparo...

-Olvidar...

-Olvidarme...

-No...

-No te atrevas...

Pero sus egoístas y agobiantes susurros se desvanecían en el pobre aire que se desprendía de su boca, porque él... ya había cruzado la barrera, demasiado tarde, se ha ido.

*

*

*

-2 Horas más tarde-

Ah... Ah... -suspiraba agitado-

Qué he hecho!?

Porqué he llegado hasta aquí!?

Porqué no quieres estar conmigo!?

Porqué me dejas ir tan fácilmente!?

Yuu corría perdido en el bosque de Transilvanía, parecía verse a un fantasma dando pasos a gran velocidad en círculos, el manto blanco que lo cubría hacía que se enredara aún más en sus frustrantes pensamientos los cuales lo iban matando lentamente...

No había lugar a donde pudiera escapar, se tomaba de los cabellos y al mismo tiempo los desordenaba alterado y enfurecido por ser incapaz de ser más fuerte.

Giró en su mismo sitio atormentado en la desesperación,

Hacía frío...

Tanto frío que podría morir congelado...

Y a pesar de que el ligero manto que lo protegía no sería lo suficientemente resisitente para servirle de refugio, él no se atrevería a abandonarlo.

Por un momento comenzó a acariciar su cuerpo con las yemas de sus dedos, tratantdo de encontrar algún punto para controlarse y volver en sí, pero los temblores por el intenso frío no cesaban...

Desearía no haber dicho nada y permanecer así, fue lo que pensó por un momento; Pero eso hubiera sido como entregarse a una cruel mentira.

Pero...

Pudo obsevar la capacidad del seguir adelante al escuchar el aleteo de extrañas aves que volaban alrededor del bosque, las cuales distrajeron su miedo...

Decidió seguir caminando...

Sin rumbo, adentrándose aún más en la congelada forestación, su cuerpo gritaba le gritaba que se detenga mientras su cabeza explotaba por la hipotermia que lo iba consumiendo por cada paso que daba...

Sus rodillas lo traicionaron y cayó de golpe sobre el mojado y frío pasto que abundaba por todas partes, pero sus manos aún conscientes le sirvieron de soporte para evitar dañar su rostro.

-Duele...

-Duele mucho...

Se decía afligido cuando rozó sus tobillos ya que claramente pudo sentir que estaban heridos.

Las gallas en sus piernas y los raspones en sus brazos...

Ya no podía diferenciar entre el dolor físico al del espiritual...

Comenzó a llorar tanto que sus llanto alimentaba las raíces de las hojas en el pasto, tanto así que sus lágrimas borraban su visión, dejándolo atrapado en sus pensamientos.

HYAKUYA.COMWhere stories live. Discover now