Un Pequeño Milagro

Capítulo I - "Nostalgia y Desesperación"

- Te alcanzo en un momento, tengo que llamar por radio para avisar que pasaremos aquí la noche. - Dijo Johnny mientras dejaba a Jack solo para que recorriera las ruinas de la antigua ciudad a sus anchas.

Ya estaba oscureciendo así que habían decidido acampar allí y salir temprano al día siguiente. El ambiente le traía a Jack mucha melancolía y nostalgia, pero le daba aún más paz interior. Recordaba cada momento de su infancia y los hermosos instantes de paz que había compartido con su familia que, aunque no fueron muchos, son valiosos he irreemplazables.

Jack comenzó a buscar ramas lo suficientemente grandes como para usarlas como leña para una fogata. Después de todo, gracias a todo el tiempo que había pasado sobreviviendo por su cuenta en aquel futuro caótico en el que estaba atrapado, sabía exactamente qué hacer para pasar una tranquila y cómoda velada, que ramas serian adecuadas para hacer fuego y el lugar propicio en donde armar el campamento. Le agradaba la idea de pasar la noche allí, quería ver si la magia que veía en las estrellas cuando era niño aún existía.

La voz suave de una mujer llego hasta sus oídos, era casi un susurro y, para personas sin entrenamiento, les hubiese parecido el sonido de algún animal del bosque. El susurro se volvió a escuchar haciendo que el joven de cabellera negra comenzara a seguirlo para hallar su origen. Con cada metro que avanzaba, la voz se hacía más fuerte hasta que esta le condujo hacia una corriente de agua. Era un tanto ancha pero carecía de profundidad puesto que el agua le llegaría apenas a la cintura.

A simple vista no pudo distinguir nada. Por un breve instante, creyó que su imaginación le estaba jugando una broma hasta que vio como una mano salió de debajo del agua. Una anciana estaba siendo arrastrada por la corriente mientras intentaba sujetarse de la rama de un viejo sauce que se encontraba a la mitad del arroyo.

Jack, sin pensarlo dos veces, se arrojó al agua y comenzó a acercarse a la mujer. No le fue muy difícil avanzar puesto que la corriente, aunque era suficientemente fuerte como para arrastrar a la anciana, no representaba un desafío para él.

La señora, que parecía ya no tener fuerzas, se tropezó nuevamente y se hundió por algunos segundos. Jack, alarmándose aún más, comenzó a acelerar el paso hasta que se acercó lo suficiente como para poder sujetarla del brazo y traerla de regreso a la orilla de la que él provenía.

- Gracias... Gracias... Me has salvado la vida... - Logro decir la mujer cuando pudo recuperar el aliento.

- No se preocupe señora. ¿Se encuentra bien? Le puedo ayudar a ir hasta su hogar o llamar a alguien que...

- No, no, no es necesario pero, debo agradecerte de alguna forma muchacho.

- Descuide, no necesita hacer...

De la nada, la anciana extendió su mano y una pequeña llama blanca se materializó en esta. Jack estaba atónito con lo que veía, la luz proveniente de la llama era hipnotizaste y le hacía que fuese difícil respirar.

- No lo desperdicies... - Dijo la mujer mientras acercaba su mano hacia el vientre de Jack.

Este intentó moverse pero su cuerpo no reaccionaba, y fue aún más difícil hacerlo después de que ella le tocó. Un dolor punzante atravesó su cuerpo, haciendo que le fuera extremadamente difícil respirar y su vista comenzaba a hacerse borrosa debido a las lágrimas que comenzaban a agolparse en sus ojos.

- No me decepciones Jack... - Dijo la anciana que, en menos de un instante, había desaparecido sin dejar nada más que un charco de agua.

El dolor no se detenía, comenzaba a sentirse mareado y cualquier movimiento que hiciese resultaba en agonizantes punzaciones haciendo que su rostro se contraiga y el sudor escape por sus poros. Por su mente solo pasaba un pensamiento... Johnny... Quería verlo... Debía llegar con él de alguna forma pero no podía moverse. La desesperación que comenzaba a sentir solo intensificaba las horribles puntadas que sentía en todo su cuerpo.