Capítulo II - "El Milagro en Jack"

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- Creo que deberías ver a un doctor de nuevo... - Decía Johnny mientras observaba a Jack devorar su tercer sándwich de mermelada y atún.

A la mañana siguiente de aquel día, el motor del aeroplano arrancó sin problemas y la radio funcionaba perfectamente. Era como si nada hubiese ocurrido y, apenas regresaron a su hogar, Johnny llevó a Jack con un doctor pero este no encontró nada extraño en él.

Un mes había pasado y el insólito apetito de Jack empeoraba cada día, comenzando con ponerle azúcar a los macarrones con queso y levantándose a altas horas de la madrugada para comer chuletas de res solo para terminar con mareos y vómitos matutinos. Sin mencionar su otros "antojos". En ese momento, tenían relaciones casi diario y, en ocasiones, más de una vez por día.

La extraña conducta de Jack no terminaba allí, podía estar repleto de energía en un momento y terminar durmiéndose en el instante en que su cabeza tocata la almohada, sin importar el horario que sea. En más de una ocasión, cuando ambos decidían mirar una película, él se dormía apenas y recostaba su cabeza sobre el hombro de Johnny, antes de que siquiera terminaran de pasar los créditos iniciales.

A Jack parecía no importarle mucho ya que se sentía bien la mayor parte del tiempo, exceptuando algunas mañanas, pero Johnny comenzaba a preocuparse cada vez más.

- Tranquilo, estoy bien. - Le respondió Jack besándolo en la mejilla tiernamente. Luego fue a la nevera para servirse un vaso de leche para acompañas su sándwich.

El timbre de la entrada sonó y Johnny se dispuso a atender. Le parecía extraño puesto que no esperaban recibir visitas a tan altas horas de la noche. Tras abrir la puerta, un hombre vestido con una túnica negra se encontraba del otro lado. Llevaba una capucha que tapaba su rostro al cien por ciento y sus manos se encontraban cubiertas por sus mangas.

- ¿Si...? - Dijo Johnny después de unos instantes de observarlo, teniendo un mal presentimiento.

- ¿Esta es la casa Bravo? - Dijo el hombre de voz profunda.

- Si... ¿Y usted es...? - Decía Johnny sintiendo como su instinto le prevenía de tener cuidado.

- ¿Quién es Johnny? - Dijo Jack acercándose lentamente desde la cocina. Había desechado el sándwich debido a que comenzaba a sentirse un tanto asqueado.

- Ho... Así que tú lo tienes...

- ¿Disculpe...? - Dijo Johnny cuando notó cómo el extraño se dirigía a Jack e, instintivamente, interpuso un brazo en su camino cuando este hizo ademan de querer entrar. - ¿Quién eres y qué quieres? - Le pregunto con firmeza al desconocido mientras le hacía señas a Jack para que se alejase.

El encapuchado levanto una mano para dejar ver solo huesos en su lugar y, con esta, levantó un poco la capucha de su túnica dejando ver un cráneo sin piel que sonreía amablemente. - Solo deseo hablar con ustedes. - Dijo tranquilamente.

El rostro de Johnny comenzó a palidecer y serró la puerta velozmente para recostarse contra esta al instante siguiente.

- ¿Johnny? - Dijo Jack quien no pudo ver nada debido a que el imponente cuerpo de su novio se lo impidió.

- Iré por la biblia y agua bendita. - Atinó a decir éste cuando logro reaccionar un poco.

Antes de que pudiera dar un paso, una sombra comenzó a aparecer en el suelo y a elevarse para convertirse en el sujeto que se encontraba a fueras de su casa unos segundos atrás.

Un Pequeño MilagroWhere stories live. Discover now