Capítulo 6: El comienzo de un largo viaje

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Tras haber decidido emprender juntos el camino hacia la ciudad de los demonios, Frel y Cíos quedaron en verse en unas tres horas, tiempo que el militar creyó suficiente para dejar las oportunas instrucciones en la oficina y recoger dos veloces y resistentes caballos para emprender su viaje hacia Bogan, donde se encontraba el único portal que decidieron mantener abierto tras la restauración del orden hacía un año. Algunos de los hombres y mujeres que tuvieron voz en la reunión que versaba sobre el portal y la relación con los demonios expusieron los pros y contras de permitir el libre paso de una u otra especie por el portal, quedando este anulado tras la consideración de que alguno de los restantes Grandes Demonios, Maved, Yaced o Adaed, intentase usarlo para enviar sus propias tropas a Felácea. Los demonios no quedaron demasiado contentos con lo que se había dejado caer con dicha decisión, algo así como que si uno de esos líderes se interesaba por el continente o, incluso, por la estirpe del fallecido Talaved, los humanos cerrarían a cal y canto el acceso al Inframundo. En otras palabras, los dejarían solos.

Frel le dio algunas vueltas a esto mientras se acercaba al punto elegido para el encuentro con Cíos, pues podría condicionar el que les echaran o no una mano. Tras la batalla contra el Gran Demonio, el joven se había convertido en toda una eminencia para dicha especie y el propio Álthaes le tenía en gran estima, pero no era un líder único en esa parte del Inframundo. Eran dieciséis los demonios que tomaban todas las decisiones que les atañía y debería convencerlos en su totalidad.

Cuando al fin llegó al límite este de Nueva Tabsa, a escasos metros del comienzo del Paso de Láber, descubrió al hechicero absorto en la lectura de un libro bastante grande, con tapas de un azul turquesa que, de pronto, dieron la impresión de cambiar a un verde limón. Pero enseguida se olvidó de este detalle cuando cayó en la cuenta de otra cosa.

—¡Vaya! —exclamó entregando las riendas de uno de los caballos al de la túnica—. Esto ya lo he vivido antes.

—¿El qué? —se interesó Cíos mientras guardaba el tomo en la bolsa de viaje que tenía a sus pies, esta aparentemente hasta los topes de su capacidad.

—En una ocasión, quedé con otro hechicero en este mismo lugar, siendo yo, también, el que traía los caballos.

—¿Con Cóler? —Frel se puso pálido de inmediato, lo que provocó que Cíos rompiera en carcajadas—. Eres uno de los héroes que desbarataron los planes del Gran Demonio. Se dicen muchas cosas de ti y una de ellas es que partiste desde Nueva Tabsa junto al hechicero.

—Ah... ¿Y qué más se dice?

—Poco más que haya que tener realmente en cuenta, pues las increíbles hazañas que se relatan sobre lo ocurrido durante vuestro camino debe ser falso, exaltada y exagerada cada pobre acción que realizarais.

La respuesta pareció convencer a Frel, por lo que decidió pasar a otra cosa. Aún así, pensó por un momento que Cíos sabía mucho de él, pero no ocurría lo mismo al contrario. ¿Habría elegido bien al pedirle que le acompañara? Pocos más debían saber algo sobre los Hijos de Daes y por eso iban juntos, aunque, siendo desconfiado, este hechicero podría no ser trigo limpio. De todas formas, si en algún momento veía algo sospechoso, ya tomaría cartas en el asunto.

Durante el trayecto inicial no hablaron demasiado. Frel era muy dicharachero, pero Cíos no tanto y le costaba sacarle algo más que un o un no en sus respuestas. Así las cosas, pasó gran parte del día dándole vueltas a lo que hubo hecho por la mañana. En primer lugar, corrió hacia su oficina, pegada a la plaza del Árbol del Héroe, donde reunió a sus subordinados más inmediatos para contarles que se ausentaría un tiempo de la ciudad, quién se encargaría de sus funciones y los detalles que pudo dar acerca de la situación que estaban viviendo. A continuación, se acercó a las caballerizas, junto a la oficina, y eligió a los dos mejores corceles de los que disponían. Por último, corrió hacia La jarra hasta arriba, pues Visdá ya debía haber acudido a la misma.

Los hijos de Daes (Saga ojos de reptil #3)Where stories live. Discover now