Dejé las flores sobre la mesa, Tom me hablaba de las nuevas canciones...
Claire se levantó, estaba en ropa interior dentro de una de mis camisas.
Estaba pálida otra vez.
–¿Por qué te levantaste? –le dije– Estás débil... y andas descalza... puedes agarrar un resfriado.
Devolví a Claire a la cama, y fui con Tom.
–¿Quieres comer?
–Depende de qué tienes para comer... –dijo.
–Tengo arroz con salchichas y bastante ensalada. De postre se supone que habría pastel de chocolate... pero podemos ir por helado...
Serví el almuerzo, y fui por Claire... otra vez estaba inconsciente sobre la cama.
–¿Qué hay de Claire?
–Debe haberse desmayado...
–¿Tomó sus píldoras?
–No... –dije– ¿Es obligatorio que las tome?
–Sí... no puede pasar más de veintiseis horas sin tomarlas...
Las fui a buscar enseguida a su bolso, y luego llegué hasta ella. Tom traía agua.
Levanté un poco a Claire, comenzó a volver... Le tiré aire, y abrió los ojos. Le di la píldora, y agua... y la dejé recostada un rato... Tom le hablaba de las últimas fotos que subió a su álbum de fotos virtual... ella sonreía.
–¿Cuál es ese famoso álbum?
Tom me dijo como llegar a él, y eran las fotos de la última semana, yo estaba en varias de ellas. Fui por la comida y comimos en mi cama. Claire estaba recuperando su color, y fui a servirle comida... y justo, llegó el pastel.
Abrí la puerta, era una chica...
–¿Usted pidió un pastel a cakesandbakes.com?
–Sí...
Lo recibí, lo pagué, y aquella chica me besó.
–Espero que vuelva a hacer más pedidos, señor...
Sonrió, y se fue...
Llegué con el pastel a la cocina, y volví con los chicos y la comida de Claire.
Claire estaba mejor.
–Cuando vi que Dougie te subió a twitter quise venir a verte...
–¿Qué?
Entonces buscó su teléfono, vio twitter, y me miró fulminantemente.
–¿Y tus gafas? –le preguntó Tom.
–No lo sé... no me fijé en que no las tenía...
Sonreí. Las busqué en mis pantalones del día anterior, y abrí la ventana.
–¿Qué haces? –dijo ella.
–Son feas, te hacen ver fea... soy un chico, sé lo que me gusta...
Las lancé por la ventana.
Ella se levantó, rápido... fue a mi baño, y llevó mis calzoncillos favoritos... intenté bloquearla, quitárselos.
–¡Dámelos! ¡¿Por qué los tienes?!
–Son feos, te hacen ver feo... vamos, Dougie... soy una chica, sé lo que me gusta...
Y los tiró.
Vi como cayeron en medio de la calle...
Ella estaba atrás de mí.
