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La llevé al auto, le di una manta, hacía bastante frío.

–¿Qué te regaló tu mamá al final?

–Un vale... –dije.

–¿Para qué?

–Para una sorpresa... –le dije.

Llegamos al hotel, era gigante... Dejé el auto en la entrada y le di la llave a un chico. Entramos, ella me esperaba en una sala de estar... yo llevaba los bolsos.

–¿Tiene reservación?

–Douglas Poynter.

–Habitación doble, séptimo piso... disfrute de su estadía.

Me dio dos tarjetas. Un chico se llevó los bolsos, yo fui por Claire.

–Me siento fuera de contexto... –dijo mirando a las otras personas.

–Tontita, vamos al séptimo piso...

Llegamos a la puerta de nuestro cuarto, las maletas ya estaban adentro, le di propina al chico, y cerré la puerta enseguida. Era una pequeña recepción, que se dividía en tres puertas... Claire exploró... era una sala de estar con un balcón grande, yo fui por las otras dos... una cama gigante, llena de almohadas... unas cuantas puertas, para el closet y otra para el baño... que también daba hacia la entrada al cuarto... Claire volvió.

–¡Qué lindo!

La llevé hasta nuestro cuarto, donde los sentamos a mirar por la ventana... caían gotas del cielo... hasta que comenzó la lluvia fuerte. Claire salió al balcón, yo fui tras ella... habían reporteros afuera... yo besé a Claire en pleno balcón... la besé como siempre quise hacerlo en público... luego, fui por su cámara, y la fotografié... volví a fotografiar, pero ahora era un beso... y volví con ella adentro... salimos al otro balcón, miramos las plantas y la piscina exterior, y volví a besarla.

–Claire... –le dije.

–¿Sí?

–Quiero que sea oficial.

Ella me besó.

Luego fuimos hasta adentro, la llevé hasta la cama y desgarré su ropa. Me quité lo mío, y luego tuvimos amor físico puro. Ella me besaba con la pasión de una chica enamorada... Luego de unos minutos, besé su cuello... ella soltó un quejido que me encendió aún más... y luego me besó nuevamente...

Ella me llenaba... todo lo insaciado que estuve alguna vez, fue llenado por ella, y ahora que lo pensaba, todas las chicas con las que solía tener sexo, no se comparaban con lo satisfecho que Claire me dejaba.

Me dormí junto a Claire, desperté un rato después... ella estaba sentada en la sala de estar, tomaba té y leía una revista. Tenía un vestido puesto, ya que hice añicos su blusa. Ella me sonrió.

Luego salimos a recorrer el hotel, luego fuimos de compras... le compré un traje de baño. Fuimos a la piscina techada, el agua estaba temperada... ella flotaba... luego le ayudé a aletear...

–Toma aire.

Lo hizo. Nos fuimos hasta abajo, y la besé bajo el agua.

Luego subimos, y ella fue nadando hacia abajo... me daba orgullo. No lo hacía nada de mal.

Entonces llegó un chico que nos ofreció tomar algo... le pedí jugos naturales. Luego miré a Claire, ella estaba bastante lejos...

Fui hasta ella, luego la besé y la abracé.

Ella sonreía.

–Te amo, Claire Fisher...

–Te amo, Dougie, el bajista...

ClaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora