Siete Minutos en el Paraíso [Yoongi/Suga x Lectora]

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Aún no terminaba de comprender qué hacía en la casa de Namjoon, con otras once personas, sentados alrededor de una botella. Y una acostada en uno de los sillones, durmiendo plácidamente.

-Bien, el juego consiste en...

-¿Acaso es el juego de la botella? En verdad no quiero besarme con ninguno de ustedes. – interrumpió Jin a Taehyung en medio de la explicación.

-Hyung, déjame terminar de explicar. – Jin puso los ojos en blanco a modo de respuesta, dejándolo seguir – En realidad, la cosa es girar la botella dos veces; las dos personas que sean elegidas, deberán encerrarse allí durante siete minutos. – dijo señalando una de las puertas de la habitación.

-¿Qué? – dijo Jungkook, sintiéndose nervioso de repente. El pobre chico no podía aguantar siquiera estar en el mismo cuarto con chicas, mucho menos estar en un espacio comprimido como aquel.

-Vamos Jungkookie, no te acobardes ahora. – bromeó Jimin, dándole un golpe juguetón. El joven lo miró frunciendo el ceño ante la idea de que lo llamasen cobarde.

-¿No estamos un poco grandes para esto? – volvió a quejarse Jin.

-No seas aguafiestas. Entonces, veamos quienes son las primeras víctimas. – sonrió Namjoon, acercándose a la botella para girarla. Dio unas cuantas vueltas, deteniéndose en mí... Pero luego hacia la chica que estaba a mi lado, la cual sonrió ampliamente. Al menos alguien estaba disfrutando esto. Namjoon volvió a girar la botella y esta vez le tocó a Hoseok, quien sonrió incómodamente pero aun así accedió. Ambos se levantaron y se encerraron el pequeño armario. Y por supuesto, Taehyung y Jimin se pusieron de pie inmediatamente, apoyando las orejas contra la puerta, intentando escuchar algo. Se miraron uno al otro sorprendidos al escuchar algo y luego se alejaron riendo como desquiciados. Siete minutos pasaron, la puerta se abrió y la primera en salir fue la chica con un andar casi fulminante, el labial corrido y la ropa levemente desacomodada, seguida por Hoseok, quien miraba al suelo y tiraba de su camiseta para tapar "algo", con una sonrisa idiota en su rostro. Todos en la ronda estallaron en carcajadas, haciendo que la persona en el sillón se despertase. Yoongi, o Suga como todos le decíamos, los miró molestos, como si estuviese a punto de tomar la botella, romperla y asesinar a cada uno de ellos.

-¡Suga, ven a jugar! – le gritó Jin desde el suelo, conteniendo la risa al ver su mirada malhumorada.

-Vamos Suga hyung – añadió Jungkook, casi rogándole, creyendo que mientras más personas hubiesen en la ronda, menos oportunidades habrían de que le tocase a él.

-No voy a jugar a esa estupidez. – ladró con voz ronca mientras se pasaba una mano por el cabello. Me mordí el labio, bajando la mirada rápidamente. En realidad, Yoongi me gustaba desde hacía un largo tiempo; me gustaba que tuviese ese aspecto de niño bueno y dulce pero en realidad fuese todo lo contrario, frío y calculador pero escondiese su lado suave y siempre se preocupase por los demás. Era complicado y distinto de los demás.

-Si lo que no quieres hacer es moverte, puedes quedarte sentado en el sillón. – contestó Namjoon levantando una ceja, y entonces Yoongi se encogió de hombros. Ah... Lo que ser perezoso puede hacerle a uno.

Esta vez fue Taehyung quien tomó la botella, la cual marcó a Jungkook y a... Jimin. El primero tenía una expresión agradecida en el rostro mientras que Jiminnie parecía perverso. Buena suerte, Jungkook. Ambos entraron en el armario y prácticamente todos se levantaron a apoyarse en contra de la puerta, riendo y cuchicheando. Todos excepto Yoongi y yo, que simplemente los mirábamos de lejos. Cuando lo miré de reojo, me regaló una sonrisa vaga y aparté la mirada inmediatamente. Sentía que mi rostro ardía. Finalmente todos vinieron corriendo y Jimin salió del cuarto riendo histéricamente mientras que Jungkook lo golpeaba suavemente una y otra vez, rojo hasta las orejas al igual que yo.

-Jungkook-ah, tus labios son increíbles. – exclamó Jimin mientras abrazaba a su dongsaeng, éste alejándose.

-Hyung, cállate, no digas mentiras. – contestó molesto, arrepintiéndose inmediatamente de haber entrado allí con Jimin. Todos rieron nuevamente, incluso Yoongi.

-Bien bien, hagamos algunas rondas más. – dijo Jin, girando la botella nuevamente. Yoongi.

-¡Al fin! Sin importar quién esté con Suga, será graciosísimo. – festejó Hoseok.

-Será aburrido. Suga hyung no hará nada, simplemente se pondrá a dormir dentro del closet. – refunfuñó Taehyung y Yoongi asintió.

-Yah, no importa, irá con... - la botella giró nuevamente - _____... Lamento tanto la mala suerte que tienes. – dijo Namjoon. Sentí la sangre se me helaba por un momento.

-Uh... Yo... - reí nerviosamente – Ahm...

-Vamos. – Yoongi me tomó del brazo, levantándome del suelo y arrastrándome hacia el pequeño cuarto. – No dejarán de molestar hasta que lo hagamos.

La puerta se cerró y quedamos completamente a oscuras. No podía escuchar absolutamente nada más que el latido de mi corazón y rogaba porque Yoongi no lo notase. El estar en la oscuridad era una ventaja, porque al menos podía ruborizarme tanto como quisiese sin tener que preocuparme por Yoongi. Pronto sentí que estaba demasiado cerca de mí; estaba tan sumida en mis pensamientos que no oí cuándo se acercó y ahora su cabello me hacía cosquillas en la frente.

-Yoongi... - comencé a decir, pero su suave shhhhh me calló. Acto seguido, le dio un fuerte golpe a la puerta.

-Como que sigan estando detrás de la puerta, juro que los mataré. – exclamó. Se escucharon risas del otro lado y luego pasos alejándose. – Bien, ¿dónde estaba?

Sus labios estaban encima de los míos en una milésima de segundo. No sabía qué hacer, mi mente no podía pensar correctamente y mi cuerpo no respondía de ninguna forma. Me sentía una idiota. Se apartó luego de unos segundos.

-Sé que te gusto, _____. – susurró por lo bajo. Podía sentir la sonrisa en su voz y deseé poder verla.

-N-No... Yoongi...

-Y tú también me gustas. - Sentí que mi alma me abandonaba. ¿Dijo que yo le gustaba? Pero qué... - ¿Acaso crees que me habría metido en este cuarto si no me gustases?

-Yo...

-Dime, ______, ¿te gusto? – Su rostro estaba peligrosamente cerca de nuevo – Solo dímelo. – su aliento fresco no hacía más que atraerme aún más a él, y en vez de responder con palabras, decidí hacerlo con acciones; enredé mis manos en su cabello y lo atraje hacia mí, impactando mi boca con la suya. Sus labios se extendieron en una sonrisa y sus brazos me rodearon, acercándome más a su cuerpo mientras me aprisionaba contra la fría superficie detrás de mí. Su lengua lamió mi labio inferior suavemente y pronto se encontró con la mía, una de mis manos jalando su cabello y la otra arañando su espalda por encima de la camiseta, a lo que él siseó, mordiendo mi cuello y succionando levemente.

-Su-ga-hyung~ - la voz cantarina de Jimin se oyó del otro lado de la puerta mientras esta se abría lentamente – Ya han pasado siete minu...

Yoongi se movió rápidamente y lo fulminó con la mirada.

-Dame unos minutos más. – y cerró la puerta abruptamente. Se volvió hacia mí y no necesité de ninguna luz para imaginar la expresión que tenía en su rostro mientras se acercaba a mí nuevamente.

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Jimin siempre queriendo cagar el momento. Suga necesita solamente unos minutos ( ͡° ͜ʖ ͡°)

-Fato.

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