Vacaciones [Jungkook x Lectora]

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Vacaciones. Al fin vacaciones.

No hay demasiado que decir; el solo hecho de mencionar la palabra engloba bastante. Adiós escuela, adiós preocupaciones. Ahora simplemente es momento de disfrutar y relajarse.

No extrañaba demasiado nada, excepto por una cosa.

Mi mejor amigo, Jungkook.

Sería complicado contar toda la historia de cómo llegamos a conocernos, pero básicamente... Jeon Jungkook era tímido. Dulce. El chico más puro e inocente sobre la faz de la tierra y con un rostro demasiado lindo y atractivo, lo que volvía loca a muchas que se le abalanzaban encima, produciendo que el pobre terminase por tenerles miedo.

Claro, todo esto hasta que a ambos nos llamaron a la oficina de la directora y durante el tiempo de espera, comenzamos a hablar, principalmente ocasionado por el juego que se encontraba en la pantalla del celular. Lo había jugado algunas veces pero aún no entendía el por qué era tan interesante... Quizás porque con suerte presionaba las teclas correctas. Y así es como, entusiasmado, me contó absolutamente todo sobre el juego y todos los secretos del mismo. Y así fue durante las siguientes semanas; solamente hablábamos sobre trucos y cómo pasar al siguiente nivel, y poco a poco nos hicimos cercanos hasta que en algún momento nos convertimos en amigos.

Una historia común, sin nada de sorpresas ni cosas que hagan a uno pensar "Oh, por todos los dioses... ¡Este es el chico de mi vida!". Pero al fin y al cabo, terminé por sentir algo por el idiota.

Porque sí, Jungkook es en realidad un idiota. Por fuera tiene una imagen de niño bueno, pero una vez que te deja entrar en su vida... Es probablemente el peor error que puedas cometer. O el mejor, depende desde que perspectiva se lo vea. Básicamente, es como entrar al mismísimo infierno de memes, juegos de palabras y pésimas bromas. Sin embargo, siempre lo hacía por los demás. No es que Jungkook fuese literalmente un tarado, sino que tenía la intención de alegrar a los demás, de hacerles sonreír y olvidarse de sus preocupaciones aunque fuese por un minuto. No soporta ver a alguien mal, para nada, y mucho menos si es alguien cercano a él.

Y ahora él se encontraba a kilómetros de mí, pasando probablemente las mejores vacaciones de su vida si no fuese por el mínimo detalle de que, al convertirse su afición por los juegos un vicio, su madre terminó por confiscarle el celular, ahora si no teniendo ninguna forma de comunicarse conmigo.

Muchos creerán que nacer en Busan es genial por tener la playa cerca, pero en verdad, en algún momento se vuelve cansador. No hay nada interesante. Y cuando digo nada, es nada. Salí algunas veces con amigas, otras con amigos, más que suficientes con mi familia, y aún así... Me falta algo.

Me falta Jungkook, con su risa contagiosa y sus bailes extraños, con sus canciones de cuna dedicadas a través de Skype aquellas noches que no lograba conciliar el sueño, con sus incómodos pero cálidos abrazos cuando me sentía mal, con sus respuestas atípicas, con su bobería constante, con el nunca entender los chistes de los demás... Extrañaba muchas cosas de él.

Y me preocupaba. Me preocupaba que encontrase a alguien durante las vacaciones, que me dejase de lado, que cambiara, que el resto del mundo se diera cuenta de lo genial que es Jungkook y que entonces lo perdiese. Que lo perdiese a él, al Jungkook que nadie conoce, a mi Jungkook. Y son estupideces, claro, porque una no tiene derecho a reclamar algo cuando ni siquiera logra reunir el coraje suficiente para confesarse, por más que sea por la misma razón que antes; por miedo a perderlo.

Cerré los ojos, la pantalla de mi teléfono mostrando las conversaciones que tenía con Jungkook hace ya unos tres meses atrás. ¿Cómo es que se puede extrañar tanto a una persona? ¿Cómo es que se puede sentir un vacío tan grande en meses luego de haber pasado años juntos?

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