Capítulo 28 «A solas»

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—Tampoco pido tanto, solo pido un poquito de todo.– canturreo haciendo el desayuno –Tampoco pido tanto, que me entre por los ojos nada más.

—¡Buenos días!– sonríe Jesus entrando por la puerta.

—Y nada menos.– sonrío recorriéndole con la mirada –Buenos días.

—¿Qué haces?– pregunta acercándose a mi lado curioso.

—Tortitas.

—Dios, eres la mujer de mi vida.– amplía su sonrisa soltando una leve carcajada, a la par que deja un beso en mi mejilla.

Se me escapa una tonta sonrisa sin poder evitarlo y dejo la masa ya redonda y dorada en el plato.

—Toma.– me tiende unas llaves –Te las dejaste el otro día. No sé cómo no te has dado cuenta.

Abro los ojos de par en par, mi boca también se abre levemente mientras aspiro.

—¡Mierda!– las cojo rápidamente –Ya decía yo que me faltaba algo.

—Ay, esa cabezita es muy mona pero no sirve para nada, ¿eh?– me da un toque en la cabeza y yo hago un gesto ofendida.

—Te has quedado sin tortitas, campeón.

¿Sirope o chocolate? Nunca sé que coger.
Bueno, los dos.

Me siento en el sofá con mi plato lleno de pecado y me paso la lengua por el labio superior.

—No hagas eso.– advierte sonriendo –¿Dónde están todos?

—Mis padres están trabajando, Lena ha salido a comprar, Dylan está durmiendo como siempre, y Carla no lo sé.– informo masticando.

—Es de mala educación hablar con la boca llena cariño.

—Es de mala educación colarse en las casas ajenas y llamar tonta a tu novia, amor.– contraataco alzando la ceja.

—Tú ganas.– se rinde.

—Siempre gano.– dejo el tenedor en el plato haciendo que resuene –¿Y Dani?

—Durmiendo.– se sienta a mi lado.

Bueno, no se sienta, se tira.

—Hace mucho que no estamos solos.

—¿Cómo que mucho?– río –¿Ahora qué estamos, de fiesta?

—Me refiero a antes, tonta.

—Ayer.

—¡Ay! Que quiero salir esta tarde por ahí contigo.

—Eres un complicado.– le doy un toque en la nariz haciendo que la encoja y me levanto para dejar el plato en el fregadero –¿Y qué quieres hacer?– pregunto cuando vuelvo al salón.

—Me da igual.– se encoge de hombros –La verdad es que solo quiero sacarte por ahí para que todos vean la novia tan guapa que tengo.

—Estás cariñoso hoy eh.– sonrío irremediablemente.

—En dos días hacemos un mes.– imita mi gesto –Se me hace raro mirar un mes atrás y verme ahí, sin ti.

No puedo resistirme a darle un beso que llevo deseando desde que le he visto entrar por la puerta.

—Luego soy yo el cariñoso.

—Las tortitas me ponen de buen humor.– celebro.

—¿No podéis hablar en susurros? En las películas lo hacen, es muy romántico, y además evitáis despertarme siempre, probadlo.– la voz somnolienta de Dylan hace que me gire, viendo al zombie que tengo por hermano.

A un minuto de ti.[Gemeliers]Where stories live. Discover now