Capítulo 31 - Puerta

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Puerta

— Cuando tomé la mano del hombre, el frío desapareció por completo. — Continuó contando Gabriel. — Me sentí liviano y todo desapareció a mí alrededor. Fui recibido por los demás arcángeles quienes me encerraron en esta habitación junto a Sariel, el arcángel de los arcángeles. Me tomó un par de días encontrar la respuesta y al igual que tú me acerqué mucho a Sariel y en sus palabras encontré mi divinidad. Al salir fui convocado por un querubín y me entregó el honor de convertirme en el arcángel Gabriel.

— El mensajero. — Interrumpí.

— Así es. Ese día cuando el muro de hormigón cayó sobre mí las plegarías que recitaba en mi mente fueron escuchadas. Acatriel y Sariel fueron mis salvadores ese día.

El lado demoniaco quien se encargó de Hitler para acabar con la guerra y el lado luminoso que tomó la iniciativa de salvar a todos los hombres que le fueran posible. Viéndolo de esa forma la Secta no se encuentra tan distanciada, por lo menos sus partes no lo están. Mismo objetivo con distintos métodos.

— ¿Por qué estoy en esta habitación? — Pregunté.

— Para descubrir tu divinidad. — Respondió Gabriel volviendo a sus respuestas cortantes.

— Me refiero, ¿por qué yo?, ¿por qué aquí?, ¿Por qué exactamente esta prueba?

— Verás Héctor, el hombre se ha tornado ciego e insensible con el paso del tiempo, sin ser su intención cortó el vínculo que lo unía a su verdadero propósito. Un ser divino no tiene esa venda sobre los ojos, es por eso que de primera instancia no puedes ver la puerta, pero gracias al don que se te otorgó fuiste capaz de encontrarla. También puedes sentirla, pero eso no te da la respuesta para abrirla, para ti es meramente un objeto sin utilidad y que podría pasar desapercibido. Pero si quieres realmente quieres alcanzar la iluminación debes volverte más sensible. Esta puerta representa aquello que el hombre perdió.

Una analogía bastante sorprendente, muchos de mis profesores me han dicho que la ciencia se fundamente en la experimentación y comprobación, por ello la existencia de un ser todo poderoso siempre ha caído en tela de juicio, pero un catedrático en particular colocó un ejemplo sobre el viento y dios. El viento no es posible observarlo sin las condiciones adecuadas o manipulaciones del entorno, sabemos que el viento existe por los efectos que tiene a su alrededor, el movimiento de las hojas de un árbol por ejemplo. Es lo mismo con el creador, no podemos verlo directamente pero es posible notar los efectos que tiene en nosotros. Retomando las palabras de Amorth ahora puedo entender que esa influencia no es siempre positiva, como la presencia de este ser puede llenar los corazones de esperanza y felicidad, como provocar desastres que terminan con la vida de otros.

Realmente Gabriel es el arcángel mensajero. No siento confusión en sus palabras y me es fácil llegar a su intención sin dar muchos rodeos. Me levanté y volví a tocar la puerta, centímetro a centímetro, tratando de pensar más allá de la puerta... del pensamiento mundano.

— ¿Necesito algún objeto para abrir la puerta? — Pregunté con la esperanza de haber encontrado la respuesta.

— Si. — Respondió Gabriel mientras se colocaba de pie, sus ojos azules se tornaron más intensos y un cambio repentino en el ambiente me hizo sentir miedo.

La mano de Gabriel empuñaba su espada, listo para desenvainar en cualquier momento. Si la puerta es la barrera entre el hombre y la divinidad la única forma de atravesarla es por medio de... la fe.

El Credo - Iniciación IIIWhere stories live. Discover now