CAPÍTULO 6

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Cuando llego la noche, hicimos una pequeña hoguera y Will fue a cazar una liebre para cenar. Cuando volvió la asamos y nos la comimos en pleno silencio.

Al terminar, no aguantaba mas ese inmenso silencio y decidí romperlo. Empezé ha hablar de como seria el rey, de el porque de ser el mismo tipo de seres mágicos...

Will:

Ya estaba harto de escuchar sus tontas y absurdas preguntas de las cuales ninguno de los dos teníamos respuesta, me estaba volviendo loco.

No aguanté mas y la interrumpí preguntándole sobre una cosa que aun no habíamos hablado y que quería saber la respuesta—¿Que piensas del beso que te di ayer por la noche?

Celeste:

No me esperaba esa pregunta ni nada parecido, ni si quiera me acordaba de ese beso. Pero al hablar Will de ello, me quedé paralizada, no estaba segura de lo que sentía por el, y por lo tanto tampoco sabia que responder a su pregunta.

Lo que si que sabia es que el solo era un desconocido que me estaba acompañando supuestamente al castillo del rey. Pero de eso no estaba segura del todo, porque a mi siempre me costó confiar con las personas.

—Yo... ehh, yo no... no se que... — no me atrevía a decir nada mas, no sabia si era por miedo, por vergüenza o por que. Pero en ese momento, me puse tan nerviosa que el rubor se me subió a las mejillas.

Y me pareció que Will lo noto, porque dijo —¿Quieres que te lo recuerde?

Yo no quería recordarlo, porque si que lo recordaba perfectamente, pero no me dio tiempo a decirlo y Will, me volvió a besar. Un dulce y largo beso.

Me di cuenta de que si, sentía algo por Will, algo que había intentado resistir desde el beso anterior. Pero todavía no estaba dispuesta a admitirlo.

Pero en cambio me dejé llevar y le correspondió el beso a Will.

Luego de que nos separaremos por falta de aire, paso un largo rato de miradas intensas, pero ninguno de los dos parecía saber que hacer y al final ambos decidimos que lo mejor era dormir.

*****

Al amanecer, ambos nos despertamos, aunque el sol no se veía mucho entre los árboles del ese inmenso bosque.

Luego, proseguimos con nuestro camino, y Will, me dijo que ya llegábamos. Cosa que a no me tranquilizó, ya que esa era la tercera vez que me lo decía, primero me dijo que ya estaban más cerca, luego, que no quedaba mucho, y ahora me decía que ya llegábamos. Y por eso no sabía que pensar.

Pero, tras una hora, empecé a creerle, porque a lo lejos, vi unos inmensos jardines y como no, un gran palacio a continuación de estos.

Tras otra hora ya nos  hallábamos en los inmensos jardines, que medirían por lo menos un kilómetro o más.

A medida que ibamos avanzando por el larguísimo jardín, iba viendo infinidad de flores, plantas y árboles que no había visto jamás. Estaba alucinando al ver tal variedad de vegetación.

Y entonces vi una flor, que me gusto mucho. Era del tamaño de mi mano, con un montón de pétalos blancos, que de manera que iban acercándose al centro de la flor, el color iba cambiando a un tono verdoso y luego rosado. De donde salían como unas pequeñas florecitas entre blancas y rosas.

Me había gustado muchísimo esa flor por eso le pregunto a Will que flor era, pero él con cara de "y eso que más da" continuo su camino hacia el palacio, que se mostraba ya a tan solo unos cien metros de nosotros, ignorando por completo mi pregunta.

El palacio se veía inmenso, y si se veía es porque lo era. Tenía una gran puerta de cristal en la entrada, que mediría unos tres metros.

Parecía tener unas tres plantas, por lo menos aquí delante, porque daba la impresión que cada parte del palacio estaba decorado de maneras distintas.

Cuando estuvimos delante de la puerta, esta se abrió por arte de magia, y se hoyó una voz que nos decía que passássemos, y a si lo hicimos.

Una vez dentro, había una inmensa sala con unos techos altísimos que pensé que medirían dos metros más que la puerta o por ahí estaría.

Prácticamente no había nada en la sala, solo una alfombra roja con los bordes de oro, que estaba sobre el suelo de piedra blanca. Y las paredes eran de un blanco similar mezclado con toques de oro que hacían extravagantes detalles.

A los lados de la alfombra habían como unos grandes cestos con mucha variedad de flores, y en uno de ellos me encontré la flor que habla visto fuera y que me gustaba.

Y inconscientemente eso me dibujó una sonrisa en la cara, la cual no duro mucho.

Porque luego de eso vi al rey y me quedé paralizada por no haber advertido su presencia, ni su mirada sobre mi...


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Un Mundo Mágico (Pausada)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang