Agustín
Pase todo el fin de semana pensando en ella, pero es que no podía pensar en nada mas. Tenía muchas dudas sobre si en verdad me quería ¿Por qué se mudó a vivir con su abuela? ¿Por qué le cuesta tanto confiar en la gente? ¿Por qué se ve triste?. Quisiera saber lo que le pasa, quisiera poder ayudarla, cuidarla.
Carolina
Aún me duele lo de mi madre, pero no creo que deba contarle a mi abuela pues ella está algo enferma y no quisiera preocuparla o causarle un dolor. Prefiero guardarse todas esas palabras, se que cortarme no es la solución, era la primera vez que lo hacía y no me gustó esa experiencia. Por algunos días debo usar blusas largas para ocultar mis heridas..
-LUNES-
Carolina
Hora de descansó, sola como siempre. No me molesta tanto estar sola en realidad prefiero estar sola a estar con gente hipócrita, criticona, mentirosa.
Estaba estudiando, no tenía nada que hacer, aunque me prefería estar sola era algo incómodo.
-¿Necesitas ayuda?-Así es era Agustín.
- No, gracias sólo estoy repasando algunos apuntes-Sonrei, ¿Por qué ahora se me acerca?
-¿Para cuando la salida?
- ¿Perdón?-intente disimular.
-Quedamos en que está semana saldríamos.-
-Cierto, perdón lo había olvidado
- Mañana es día festivo y no habrá clases ¿Podría ser mañana?-sonrió
-No se si mi abuela me dejé.
-Yo le preguntó
-Está bien-sonreí falsamente.
-¿Oye por que usas suéter si hace calor?- preguntó confundido.
- Me manche mi blusa y quiero ocutarlo.
-Oh bueno, me voy ¿ O quieres que te haga compañía?
-Vete -quedate decía mis pensamientos.
-Tampoco me corras- dijo riendo.
-Jaja perdón no quise decirlo así.
- No te preocupes, te entiendo, adiós.
Agustin
El día transcurrió normal ha que se llegó la hora de salida y me acerqué a ella.
-¿Te llevo?- Pregunte deseando que asintiera.
- No como crees, no quiero molestar.
-No me molestas, además tu casa me queda de pasada y yo ya había prometido llevarte. Di que si
-Está bien Agustín.
- Chofer Bernasconi desde hoy- Bromeó
-Jajajajajaja
-Por lo menos te hice reír, te ves muy bonita.- En serio se veía hermosa.
-¿Nos vamos?-Cambio de tema.
-Vamos.
Subimos al auto y empecé a conducir. Yo amaba conducir rápido me gustaba lo extremo. Ella estaba aún lado mío sólo miraba el piso estaba nerviosa. Era de lo más tierna, el viento volaba su cabello lacio. En algunas ocasiones no podía evitar voltear a verla a veces nuestras miradas chocaban. Eran un momento hermoso que quisiera congelarlo y que nunca terminara.
-Te miras muy tierna.-Sonreí.
-¿Cómo?- Preguntó extrañanada.
-Me pareces tierna.
