Capítulo cinco.

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Capítulo cinco.

—Si mamá,  estoy bien, ya estoy en casa, solo me desmaye, no es para tanto, no Lottie no está, no lo sé,  voy a llamarla, si, gracias, saluda a la tía Malena, tambien te amo, adios.—

Se supone que me desmaye despues de leer la dichosa carta. Bastiaan me llevo a la enfermería y se supone que todo en mi esta perfectamente bien. Nadie sabe exactamente que paso, pero tengo que cuidar mi alimentación por sí se trata de anemia. Aunque muy en el fondo yo se que esto no es ninguna enfermedad.

Decido buscar información con el señor internet.

Pongo la mirada en el buscador, y no sé que escribir realmente.

—Muy bien, intentemos con esto.— escribo: ¿cambio de color de ojos en un instante?

La pantalla se llena de resultados, ninguno interesante.
Entro en un chat donde una persona cuenta que su psicólogo le recetó un par de pastillas para dormir, porque le dijo que podia estar alucinando, ya que él  juraba que su perro le hablaba por las noches y sus ojos habian cambiado de color.

No pude evitar reirme ante esto, la idea me resultaba algo loca.

Ya estaba oscureciendo, decidí pasar la tarde viendo algunas series en la sala. Charlotte aún no llegaba y su celular mandaba a buzón directamente.

No estaba demasiado preocupado, ella traía su coche, y sabía defenderse sola, así que decidí ignorar eso.

—¡Charlie!, ¡Charlie abre la puerta, olvide mi llave! —

— Maldita sea Lottie, tu realmente amas despertarme con tus gritos. — le digo molesto mientras le abro la puerta.

—Lo siento, es que llevo rato gritándote.— se disculpa apenada.

— Esta bien Lottie, ¿qué es todo eso?—  pregunto dándome cuenta de las bolsas que trae.

—Bueno, descubrí una tienda en la plaza, es algo... ¿curiosa?  Te compre algunas cosas. —

—Apuesto aque has comprado otro. —

—Vamos Char, es obvio.—

— ¿Esta vez como luce?—

—Es muy lindo, la portada es negra con detalles dorados, creo que es el libro de hechizos más realista que hemos tenido. Y eso no es todo, tengo más que mostrarte, pero vamos a la sala. —

Nos sentamos en la alfombra y comenzamos a sacar las compras.

— Fui al lugar porque todo el mundo dice que los articulos de ahí son reales, y que la señora que atiende es realmente una bruja. Despues de todo también hay quienes no creen. — se encoje de hombros.

—Cuando estaba dentro al ver todo no sabía muy bien que comprar, al parecer ella se dió cuenta, ella sólo me miro a los ojos y puso todo lo que traje en el mostrador. —

— Eso es algo raro, ¿no lo crees?—

—Eso no es lo raro. — suspira.

—¿Qué dices? —

—Charlie, ella me regaló todo.—

—Estas jodiendo. —

—No, es enserio, ella dijo que podía llevarme todo y que regresará contigo cuando lo comprendieramos. Le dije que no podía aceptarlo, y que como es que conocía tu nombre. Me ignoró, así que deje todo el dinero que traía en el mostrador, y me vine a casa. ¿Adivina de qué me di cuenta hace un rato? —

—No lo sé. —

—Todo el dinero esta devuelta en mi cartera, Charlie. —

Once upon a dream.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora