Mi lista de deseos

19.Detenerse

Llegaron a casa de la pelirroja, se sentaron sobre el tapete de la sala, se disponían a jugar turista.

Baby we both know that the nights were mainly made for saying things that you can't say tomorrow day.

Decía un papelito arrugado que Anna colocó en la mano de Alex.

-Es parte de la canción.

Alex tarareaba.

-Oye...-Lo silenció Anna-.

-¿Tratabas de decir algo con ese pedazo de la canción?

-Es cierto lo que dice.

-¿Qué ocurre?

Alex se acercó a la chica, acarició su rostro y colocó su cabello de tras de sus orejas, noto la tristeza en sus ojos.

-Cuando fui a visitarte dije que iba a despedirme, ¿Lo recuerdas?

-Anna, escucha, no tenemos que hablar de esto ahora.

-Alex, por favor, es necesario, es el momento.

-Ya se lo que dirás.

-Un mes antes de visitarte tuve una consulta, la regular de siempre. Hicieron los estudios habituales y cuando vi los resultados encontré algo fuera de lo que yo me había acostumbrado a llamar "normal"

-Anna... por favor.-Interrumpió Alex-.

-Yo estaba consciente y sabía que todo empeoraría poco a poco pero de una manera lenta, y ahora no es así.

La pelirroja intentaba contener las lágrimas, sin poder lograrlo agachó la cabeza y comenzó a sollozar, hasta que poco a poco dejo caer las lágrimas y entro en llanto, su frente, mejillas y ojos se tornaron de un color rojizo, su respiración entrecortada la limitaba decir una palabra.

-Se acabó.- Dijo al fin, mirando a Alex-.

El chico, atónito sin saber que decir se limitó a acercarse a ella y a sostenerla entre sus brazos, acariciando su cabello le dijo:

-Lo siento.

-No es tu culpa.

Tras aquellas palabras los chicos permanecieron así, durante horas, hasta que la pelirroja se quedó dormida entre sus brazos.

Alex la contemplaba sin poder comprender por qué a ella tenía que ocurrirle algo así.

Se mantuvo así por casi cerca de una hora, hasta que finalmente la cargó para llevarla a su recamara y dejarla descansar.

<<Te quiero>> susurró mientras cerraba la puerta de la habitación.

A la mañana siguiente al despertar, la pelirroja encontró una pequeña flor sobre el buró al lado de su cama.

Se levantó y buscó un suéter cómodo.

Buscó a Alex por toda la casa.

Mientras bajaba las escaleras, lo vio. Estaba sentado en el tapete de la sala, y observaba un álbum fotográfico con plena ternura contenida en sus ojos.

La pelirroja no pudo evitar sonreír.

Se acercó, y se sentó en flor de loto a su lado.

-Buenos días.-Dijo Alex sonriéndole-.

La pelirroja sonrió y se acercó a él, colocó su mano sobre su rostro y lo acarició lentamente, lo miraba a los ojos, ambos sonrieron.

Se besaron con dulzura, despacio, sin prisa.

No te miento, sentí eso una vez más, a lo que le llaman detenerse, me detuve como ellos dicen, fue así. Como aquella vez que vi a los chicos abrazarse de esa manera.

-¿Quieres ir a desayunar?-Preguntó Alex-.

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