"Capítulo 38"

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Como siempre y como todos los días, me desperté gracias a la alarma de Carrasco. Miré el reloj adormilada, ponía que eran las ocho de la mañana.

Yo tenía que ir a trabajar. Sí, iba a volver a trabajar. Me levanté de la cama y apagué la alarma. 

—Carrasco, levántate —le susurré al oído.

No me contestó. Suspiré y salí de la habitación. Entré en mi habitación y bostecé. Preparé las cosas de fotografía y las metí en la mochila, previamente sacando la ropa que la volví a meter en el armario. 

Suspiré y cogí la cámara de vlogs. La encendí y miré la batería. Estaba un poco baja, así que decidí cargar la batería. 

Entré en el baño y me lavé el tatuaje, al igual que mi cara. Bajé abajo y preparé café y galletas de chocolate. Cogí una bandeja y puse el paquete en la bandeja, iba arriba haber como amanecía, aunque ya había amanecido. 

Después de cinco minutos, el café ya estaba hecho y lo había echado en una taza. Cogí la bandeja y subí a la azotea. Hacía un poco de frío y viento. Me senté en el sofá y suspiré.

Cogí la taza y soplé para que se enfriara. Bebí un poco y cerré los ojos. Quemaba. Dejé la taza para que se enfriara y comí las galletas. El cielo estaba un poco nublado y los colores del cielo eran bonitos. 

A los diez minutos, terminé mi desayuno. Me acerqué al bordillo y me asomé. Las personas caminaban deprisa y había mucho tráfico porque era la hora punta. Seguramente serán las ocho y algo.

Cogí la bandeja y bajé abajo. Dejé la puerta abierta, sólo entré y Carrasco no estaba desayunando. Fruncí el ceño. Dejé la bandeja en la mesa y subí arriba. Entré en su habitación. Ahí estaba, durmiendo.

Suspiré y rodé los ojos.

—Mi amor, tienes que ir a entrenar —le moví.

Abrió los ojos y me miró. Sonrió.

—Tienes que ir a entrenar, así que mueve tu cuerpo y vete a desayunar —sonreí. 

Le besé cortamente y salí de la habitación. Entré en el baño y rápidamente me lavé los dientes. Me maquillé más currado: con base de maquillaje, contorno, corrector, sombra de ojos, máscara de pestañas y las rayas del ojo. 

Volví a mi habitación

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Volví a mi habitación. Me vestí con la ropa interior, una camiseta color verde, era un verde muy raro. Era medio transparente. Y un pantalón vaquero gris jaspeado. 

 

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Amor por el fútbol   〈Yannick Carrasco〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora