(Sehun) Drabble IV - La mula

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La Mula


"Cuando queremos ser lo que no somos, plantamos en nosotros la semilla de la frustración."


Sehun estaba sentado en su lugar en el aula, intentando prestar atención a lo que la profesora enseñaba. El chico de quince años sabía que estaba en la clase de química, pero no podía escuchar lo que la mujer frente a la clase balbuceaba. Él miraba hacia afuera de la ventana a su lado, observando el pasto verde recién mojado en el patio de la escuela.

"¿Sehun?" Una compañera de la clase llamó su atención y él miro hacia ella.

"¿Qué?" Él preguntó aburrido, mirando a su compañera sentaba en su diagonal.

"¡La profesora! ¡Te esta llamando!"

Sehun ligeramente se acomodó en la silla y miro a la profesora que lo miraba de vuelta con una ceja levantada. En la pizarra, una formula química estaba escrita. Algo sobre Balanceo de una Ecuación Iónica.

"Entonces, Sehun... Veo que no estás prestando atención a la clase. Debe ser porque ya sabes todo ¿verdad? ¿Puedes decirme la respuesta de este caso escrito en la pizarra? Es un poco más avanzado de lo que ustedes están acostumbrados, pero ya que no estabas ni siquiera mirándome, debes saber la respuesta, ¿no es así?" La profesora golpeó con fuerza la pizarra, asustando algunos alumnos.

Sehun se levantó de la silla, pero permaneció en su lugar. El miro para la pizarra durante algunos segundos y sonrió.

"La respuesta es cuarenta y siete." Sehun respondió encogiéndose de hombros, viendo a su profesora abrir la boca, con incredibilidad. "A decir verdad, es muy simple. Lo primero que tenemos que hacer cuando tenemos una ecuación redox es verificar cual es la especie que está reduciendo y cual está oxidando, verificando el nox de cada uno de los átomos..."

Mientras Sehun explicaba la ecuación química, la profesora se sentó en su silla, sorprendida, mientras los otros alumnos lanzaban miradas nerviosas unos a otros.

"Por fin... Como todos los coeficientes son múltiplos de dos, podemos dividir todo ellos por dos y la suma de todo será cuarenta y siete." Sehun termino su razonamiento con un suspiro y volvió a sentarse en su silla, mirando afuera de la ventana que tenía al lado, observando el patio de la escuela.

"Sehun. Ven conmigo a la dirección, por favor." La profesora pidió y el, suspirando irritado, la siguió.

Aquel día los padres de Sehun descubrieron, finalmente, que Sehun tenía un IQ de ciento cincuenta y cinco. Mucho más elevado que la mayoría de la población. El joven intentaba esconder su inteligencia superior de los otros para no ser considerado un extraño. Pero hoy su profesora lo había provocado y él no aguanto el ser desafiado.

Maldita profesora.

Sus profesores querían que, después de aquel día, se saltara algunas clases, pero Sehun no quería. Y aunque sus padres quisieran que el joven adolescente aprovechase la oportunidad dada debido a su inteligencia, Sehun estaba cansado de intentar ser alguien que no era.

El jamás sería un hijo perfecto, un estudiante perfecto o un adulto perfecto. Sehun no se interesaba por la escuela, por los deportes, por las chicas o cualquier otra actividad que las otras personas encontraban perfectamente normales.

Porque Sehun no era normal.

A Sehun le gustaba quedarse el máximo de horas posibles frente a la computadora, aprendiendo a programar, estudiando electrónica a la distancia y conversando con hackers. La diversión de Sehun los fines de semana era, con ayuda de otro hackers con más experiencia, invadir y derrumbar sitios de grandes organizaciones o empresas.

El problema es que hasta eso estaba aburriendo a Sehun últimamente. El chico estaba buscando una nueva diversión. Algo en el que él pudiese usar sus dones en la informática y electrónica, algo que lo hiciese sentir útil. Cualquier cosa, que lo hiciese sentir siquiera escalofríos.

Sehun quería aventuras.

Algún tiempo después, Sehun comenzó a frecuentar un bar cerca de su casa, usando una identidad falsa mediocre que él había hecho en casa. Él ya tenía una apariencia adulta y ninguno le impedía entrar a beber algo y cuando le pedían su identidad, apenas lo miraban.

"¿Qué vas a querer hoy?" El barman del bar que Sehun visitaba con cierta frecuencia le pregunto. Su sonrisa era tan grande que causaba escalofríos en el joven de quince años.

"Un vodka tonic..." Sehun respondió mirando alrededor, observando a las personas.

Sehun estaba buscando su nueva diversión.

Sin embargo, solamente dos años después es que, finalmente, él la encontraría. 

Lo que precede del Caos [traducción]Where stories live. Discover now