Capítulo 7

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           Han pasado 10 minutos de la hora acordada, realmente empiezo a desesperarme, sábado, 02:10 am, es realmente tarde y no se porque estoy a esta hora en la entrada del colegio; en realidad si lo se. Prendo mi teléfono, arriesgándome a que vengan y me roben hasta los boxer y miro nuevamente el mensaje:

               -Número Privado:  Te espero a las 02:00 am del sábado. P/D.: NO LLEGUES TARDE A.G,

          Ni lligiis tirdi, imbécil, repito remedándolo para mis adentros, bah, creo que lo dije en voz alta en realidad, total, no hay nadie aquí que me escuche.

              -¿Tus papis no te enseñaron a respetar?

          Me agarró desprevenido, no esperaba que esté allí, si soy sincero, casi me hago encima.

             -Estoy atrás tuyo hace como unos 15 minutos, esperando a que te des cuenta que estoy acá.

             -Eres silencioso, ¿siquiera respiras?

            -Es que estás sordo, vamos, entra.

         ¿Cómo vamos a entrar a esta hora a la escuela? Dije para mis adentros, aunque mi respuesta se ha contestado rápidamente, saca del bolsillo, un manojo de llaves, todas etiquetadas con cinta de papel y una letra muy cuidadosa. "Cocina", " Aula 23", " Secretaría", "Dirección", " Sala de profesores", "Puerta principal". Después de haber revisado eso con sumo cuidado, casi exagerando, tomó la última y metió en el cerrojo, giró hacia la derecha dos veces y después de un click, la puerta estaba lista para abrirse.
         ¿Porque este señor tiene la llave que abre mi escuela? ¿Porque aún no me hace entrar? Lo veo bien, así bajo la luna y me doy cuenta que lo estuve viendo detenidamente, de una forma que nunca lo he visto, ni he visto a nadie; como sea, entramos a la escuela y el me llevó al armario del conserje, sacando una pequeña llave del manojo -fácil de distinguir por su reducido tamaño- y entramos.

         Entro sorprendido, al ver que este lugar es muchísimo más limpio y espacioso de lo que aparenta, veo que abre un casillero, y para esta altura del partido, me doy cuenta de de que este hombre es el conserje. Raro me parece nunca haberlo visto.

                -Si quieres, ahí puedes sentarte.

          Que considerado, pienso sarcásticamente para mis adentros. Me siento y me doy cuenta que se está sacando la camiseta y me pongo nervioso, mi padre nunca ha hecho eso frente a mí, decía que era de mal gusto. Me sorprende ver que tenga tan marcados los abdominales y los pectorales, creo que estoy mirando demasiado cuando levanta los brazos para ponerse desodorante, creo que no es normal que lo mire tanto, me da vergüenza y corro la cabeza hacia el costado, aunque no la mirada.
    
          Me asusto cuando pone una silleta frente a mí, y me da un sobre. No entiendo que es lo que quiere que haga.
                -Por hoy hemos terminado, no quiero que abras la carta hasta que estés en tu casa ¿Me oíste? Ahora vete.

           No puedo creer que vine hasta aquí por un sobre, malhumorado vuelvo a casa, con frío, demasiado frío. Abro muy suave la puerta de casa y casi me muero cuando veo lo que está en frente mío...
         

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⏰ Last updated: Dec 24, 2016 ⏰

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Una tumba sin nombre (#Wattys2016)Where stories live. Discover now