Capítulo 3

6.7K 367 13
                                    

Me entretuve mirando un programa infantil que solía ver cuando me encontraba en libertad, me divertía mucho verlo aunque era algo tonto. No sé si este televisor servía de distracción ya que aunque estuviese acá mirando el programa mis pensamientos se centraban en James, en James y el intento de beso. A veces me preguntaba porqué el me odiaba, todo lo que hacia le molestaba y si no hacia algo también le molestaba.

— ¿Danielle?— golpeó suavemente la puerta.— ¿Estas despierta?

Su voz me ponía nerviosa, me estaba hablando de una forma que no lo había hecho nunca, se sentía como si estuviese tranquilo pero también tenia una pizca de arrepentimiento.

—Si— respondí rápidamente.

—Voy a pasar.—dijo y lo hizo, hoy se veía atractivo, tenía una camiseta negra y unos pantalones del mismo color, sonrió un poco al ver que lo observaba.— ¿Por que me miras así?

— ¿Así?— dije nerviosa.— ¿Así como?

El me miró por unos segundos y seguido de esto negó con la cabeza.

—Venía a disculparme.— dijo no muy seguro.— Fui un idiota, no debí permitirlo.

— ¿Te gustó?

— ¿Que cosa?— dijo a la defensiva.

— Ver como me golpeaban.— dije y sus ojos se tornaron más oscuros, sus músculos se tensaron y se acercó demasiado a mi.

— ¿Estas loca? Claramente no me gustó.

—¿Entonces porqué no interviniste?— sentía como mi vista se nublaba— Sé que me odias, me odias porque tienes que estar vigilandome, pero a mi tampoco me gusta.— sorbí con la nariz.—¿Crees que amo estar encerrada?¿ Crees que no odio estar secuestrada?— Las lágrimas ya salían y no hice nada por detenerlas.—Yo creo que si te gustó, te gustó ver como era golpeada.

Mi vista se nubló unos segundos, y no era por las lágrimas. James acababa de darme una bofetada. Cerré los ojos por instinto, sentía que iba a golpearme otra vez, pero no sucedió, abrí los ojos y mi mirada se encontró con la de el, algo dentro de el reaccionó porque suspiró y soltó una maldición, y finalmente salió de la habitación dando un fuerte portazo.


(...)

— Tienes que comer, creo que estas adelgazando.

— No me da hambre.— me encogí de hombros y Martha negó con la cabeza.— ¿Puedo preguntarte algo y me prometes que responderás? Es algo así como entre tu y yo.

—Depende corazón, si puedo, lo hago.— sonrió de lado.

— ¿Tu conoces al jefe?

— Si— se encogió de hombros.- Y no preguntes más que no te puedo responder.- dijo tendiéndome un bowl con fruta.

— Esta bien.— sonreí.

Mientras comía la fruta, escuché unos gritos provenientes del pasillo, por las voces que logré reconocer supe que se trataba de James y de Ethan, después de esto se escuchó un silencio y minutos después un Ethan algo confundido atravesó la puerta de la cocina.

— ¿Que ocurre?— pregunté en cuanto vi que me observaba como si fuese un fenómeno.

— Nada.— se encogió de hombros.— Solo te estaba observando.

— Eres raro.

—Pero atractivo, y lo sabes.— dijo guiñandome un ojo, yo solo reí y seguí comiendo pero su mirada seguía fija en mi, lo cual me ponía incómoda.

— Bueno, ¿Que me miras? ¿Tengo algo en la cara o que?

— Tienes un moco— dijo divertido. Rápidamente tomé una cuchara que se encontraba sobre la mesa, y observé mi reflejo, estaba con la cara hinchada pero no tenía ningún moco.

—Que chistoso Ethan, ahora sí, dime.— El soltó una carcajada y sonrió.

— Estaba tratando de descubrir lo que el vio en ti, estas llena de golpes.— dijo en tono burlon.- ¿Por que te querría besar si tienes la cara hinchada?— dijo riendo.— Te ves horrible. 

 —Gracias Ethan, eso es lo que una quiere escuchar.—sonreí y el me miró divertido.

—Que gruñona Dani— dijo pellizcando mis mejillas.—Sabes que eres realmente linda, ¿no?

— Gracias, por fin me dices algo lindo.— reí y el también.

—Eres muy linda, así tengas la cara llena de golpes.— besó mi mejilla.

— No se si agradecerte o indignarme, pero en fin, no puedo enojarme porqué tu me agradas, no como otros.

— Lo sé, se que te agrado.

—Idiota— reí y el también.

—Tenemos que hablar.— dijo cuando yo ya había terminado de comer.

— ¿Sobre qué?

— Sobre James.— dijo y mi nerviosismo aumentó.

— ¿Que ocurre con el?

— No lo sé, eso te quería preguntar, desde que te golpearon ha estado muy enojado, golpea todo y a todo aquel que se le atreviese, además ha estado bebiendo demasiado.

— No sé.— me encogí de hombros.—El siempre ha sido muy distante, no es como que nos sentemos a hablar de nuestros sentimientos Ethan, te recuerdo que estamos hablando de el que el dejó que me golpeara un idiota y del mismo me apuntó con su revolver.

— ¿Que el hizo qué?— gritó.

—Me apuntó con su revolver.

— ¿Porqué no me habías dicho?— dijo alarmado.—Hubieses empezado por ahí.- negó con la cabeza.—James es un idiota.

— ¿Que vas a hacer?

—Iré a hablar con el, no puedo creer que haya hecho eso.

—Yo si, apuesto que tu también lo harías.

—No Danielle, no puedo creer que creas que seriamos capaz de hacerte algo.

—¿Por qué no? Al fin y al cabo es un secuestrador al igual que tu, es lo que hacen, ¿o no?— dije indiferente.—Ustedes hacen lo que el jefe les dice, así que si el da la orden de que me maten, ustedes lo harían.

El me miró unos segundos, se veía dolido y quizás había sido una perra con el, pero es que el encierro me estaba enloqueciendo, James me estaba enloqueciendo, Ethan y sus estúpidas preguntas me terminaron de enloquecer. Y aunque Ethan fuese algo así como un amigo, el cual siempre quería que me sintiese bien, el también era mi secuestrador.

— Es hora de que vayas a dormir—dijo friamente .— Y no a tu habitación, te quedarás en el cuarto de visitas.

—¿Cuarto de visitas?—el asintió.

—Sigueme.

Salimos de la cocina, y nos dirigimos por un pasillo de la casa y llegamos a un cuarto muy alejado, al entrar me dieron ganas de gritar y no de la emoción sino de la rabia, la habitación no tenia ninguna ventana, en esta solo había una cama y un escritorio con una pequeña lámpara, también había un baño bastante pequeño.

—Te quedarás aquí.- dijo firme y sin mirarme a los ojos.— Martha te traerá algo de ropa interior más tarde, también tus cosas de aseo y quizá algunos libros.— dijo saliendo y cerrando la puerta con seguro.— ¿Ves la puerta para perros? Por ahí te pasará la comida y las cosas.— dijo y se fue.

Me recargué en la puerta, y cerré los ojos, no tenía ganas de llorar, tenía ganas de gritar y golpear a Ethan por ser un idiota, pero también me quería golpear a mi por no haber mantenido mi boca cerrada.

____________________________________________________________________

¡Un nuevo capítulo! Sé que no había actualizado but ahora sí, y regresé para quedarme. ¡Espero les haya gustado y bueeeeno que le den un voto a la novela! os quiero. <3

SECUESTRADAWo Geschichten leben. Entdecke jetzt