Capítulo 4

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Golpee mi cabeza de nuevo contra la pared, miré la bandeja de comida que yacía a mi lado, no podía comer, no cuando lo único que quería hacer era morirme. Los primeros diez días intenté llevar el conteo de días gracias a que Martha traía fruta para el desayuno, carne o pollo para el almuerzo y algo ligero para la cena, pero probablemente se dieron cuenta y empezó a traerme lo mismo, cereal y frutas, en si no sabia cuantos días llevaba en este horrible cuarto, este sitio era espantoso, probablemente se llamaba cuarto de "visitas" porqué acá traían a sus victimas, dudo que alguien en su sano juicio accediera a quedarse acá, el simple hecho de que no tuviese ventanas era aterrador, por tal motivo tenía la luz siempre prendida y yo tenía que dormir con un tapa ojos.

Me levanté del suelo y fui hacía el baño, cerré con seguro y me paré frente al espejo y verme así fue aterrador, tenía el cabello hecho un desastre, los ojos rojos probablemente de tanto llorar, y ojeras debajo de estos,  también me encontraba más pálida y la delgadez se hacía presente. Esto no era justo, yo no entendía el porqué me tenían acá, yo era una simple niña cuando ellos decidieron apartarme de todo lo que conocía. 

— Mamá no quiero comer eso.— dije con fastidio.

— Dani, tienes doce años, estas en crecimiento tienes que comer.—dijo calmada como siempre.

— ¡Que no! Eso no me gusta.

— Danielle, no te vas a levantar de acá hasta que te termines tu cena.— se levantó de la mesa y  negó con la cabeza.— No  me importa si llego tarde a la cena de beneficencia, no me iré hasta que termines.— dijo saliendo de la cocina.

  — Te odio.— susurré.

Cerré los ojos con fuerza, odiaba tener ese tipo de recuerdos. Limpié las lágrimas con el dorso de la mano, no iba a soportar un día más acá, no quería soportar un día más acá. Abrí una de las gabetas del baño y encontré unas pastillas, no sabía para que eran pero probablemente me harían efecto, tomé una manotada de estas y las introduje en mi boca para finalmente pasarlas con agua de la llave.

—¿Danielle? — gritó una voz masculina al otro lado. — Abre la puerta, tenemos que hablar.    

Segundos después boté al suelo un espejo de mano que tenía, este se quebró y tomé un trozo, el cual pasé por mi brazo varias veces hasta que la sangre empezó a salir, me deje caer en el suelo del baño.

— ¿Que fue eso?  — dijo..¿James?— ¡Maldita sea abre la maldita puerta!— dijo golpeando con fuerza la puerta.— ¡Voy a tumbar la puerta Danielle! ¿Que ocurre ahí dentro? 

— Por fin seré libre.— susurré mientras mis ojos se cerraban con pesadez. 


(....)

Abrí los ojos con dificultad, me sentía como si un camión me hubiese pasado por encima, parpadee unos segundos y me dí cuenta que me encontraba en mi habitación, no entendía nada, ¿porqué no estaba muerta?

— Menos mal despertaste.— murmuró Martha quien se encontraba sentada junto a mi.— Lamento mucho no haberte llevado comida corazón, pero fueron ordenes. 

Mis ojos se empezaron a nublar, no quería estar acá, debí haber muerto.

—¿Quieres algo?— preguntó y yo negué con la cabeza.— Me alegra que estés viva, no me perdonaría si algo te pasará.— negó con la cabeza y vi como sus ojos se cristalizaban.— Iré a avisarle a James que despertaste. 

  — No lo hagas.— dije en un susurro— El solo me va a insultar, yo, necesito estar sola unos minutos, por favor.

— Esta bien.— suspiró.—  cinco minutos, y el entrará.— dijo saliendo por la puerta.

Intenté levantarme pero fue inútil, estaba débil, mi mirada se posó en mi muñeca la cual tenía un vendaje que probablemente había sido hecho por un médico ya que estaba muy bien hecho. Quise golpearme internamente, ¿cómo pude haber sido tan inútil? ¿Acaso ni para matarme servía?

— Despertaste— dijo una voz masculina haciéndome sobresaltar. —¿Cómo te sientes?

— Mal.

— ¿Te duele algo?— negué con la cabeza.— ¿Entonces?

— Me siento mal James, debí haber muerto.

— No, no debiste haber muerto.— dijo con la mandibula tensa.

— Es cierto, esa es tu labor matarme.— dije y escuché un suspiro de su parte.

— No, no es mi labor y tampoco es lo que yo quiero.— dijo sentándose en la cama.— No sé de donde sacaste la estúpida idea de que te quiero matar, eres molesta pero tampoco para querer verte muerta.

— ¿Por qué no me dejaste morir?— pregunté mirándolo a los ojos.— Yo no quiero estar más acá, odio estar encerrada, odio no poder tener una vida, odio esto.— sentía como mi voz se quebraba.— No es justo James, llevo seis años acá, si mi familia no pagó un rescate porque simplemente no me matan.

— Matarte no esta en los planes del jefe.— suspiró.— No quiero que vuelvas a intentar alguna estupidez, no voy a permitirlo así me toque quedarme contigo todo el día y toda la noche, no lo voy a permitir.

— Preferiría estar muerta.

— No digas eso.— tomó mi mano.— Ahora descansa, estas demasiado débil, más tarde hablamos.— dijo saliendo por la puerta. 

Eso había demasiado raro, James se había comportado muy bien conmigo y no entendía el porqué. Cerré los ojos intentando dormir pero no podía su actitud me había dejado bastante confundida. 

  — ¿Estas dormida?— negué con la cabeza sin abrir los ojos.— Joder, todo es mi culpa, soy un idiota.

— No es tu culpa, tu no me mandaste a secuestrar.

— Pero yo te encerré allí sin ningún motivo.— dijo y abrí los ojos, encontrandome con su bello rostro golpeado.

— ¿Que te ocurrió? 

— Tuve una conversación con James.— se encogió de hombros.

— Te ves horrible, ¿cómo alguien querría besarte?— dije utilizando las mismas palabras que el me había dicho. 

— Gracias, eso es lo que una siempre quiere escuchar.— dijo fingiendo estar ofendido.— En serio lo lamento, fue mi culpa.

— No te preocupes, lastimosamente para mi no morí.— sonreí y el me miró mal.— Dejemos así, en serio no quiero hablar al respecto.

— Pero yo si, si yo no me hubiese enfadado no te habría encerrado allí, actué como un irracional y se supone que ese es James, no yo.— dijo y yo reí.— En serio lamento esto Dani, yo no quería que esto pasará.

— Olvidemoslo, ¿si? Mírame, estoy bien.

— Esta bien.

Después de esto Ethan salió de la habitación y en cuestión de minutos me quedé dormida, James tenía razón estaba demasiado cansada.

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Creo que ando inspirada oks jaja.  

SECUESTRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora