Capitulo 18

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Hermione POV

Ya han pasado todos los exámenes, y las clases habían concluido. El colegio ofrecería una fiesta de graduación, con temática de traje de etiqueta, con antifaz. Idea que se le ocurrió a Luna el día en la junta de los organizadores. Por supuesto, yo fui una de ellas.

-Oye, Hermione, ¿donde colocó esto?- pregunto Neville mientras sostenía una esferas azules y plateadas.

-Por allá- apunte a una de las paredes del fondo. Neville sonrió y las llevó.

-Es momento de que se vayan a arreglar. Felicidades, todo quedo hermoso- nos felicitó a los que nos encontrábamos arreglando el gran comedor para la tan especial noche.

Me retire a la habitación, en donde Ginny había llevado demasiadas cosas para arreglarme. Después de que salí envuelta en una toalla, ella ya estaba ahí y me ayudo a ponerme el vestido. Era un vestido azul marino, que me llegaba a los talones. Me quedaba algo ajustado, y el escote en V no era muy provocativo, como Ginny hubiera querido. De accesorios tenia pedrería plateada, era hermoso. El peinado era sencillo pero elegante, recogido en un moño dejando escapar pequeños rizos de cabello, dándome un toque sofisticado, a opinión de mi querida amiga. Me maquille solo un poco, resaltando mis ojos. Mi pareja de baile obviamente era Ron, quien esta vez, no me dejo como ultima opción.

Al bajar por las escaleras, Ron me esperaba vestido con un traje que lo hacia verse bien, no como el que uso en el baile de los tres magos. Sonrió ampliamente y me tendió su mano para ayudarme a bajar los escalones que me faltaban.

-Te ves hermosa- me halagó besando el dorso de mi mano. Asentí con una sonrisa sincera y tome el brazo que me ofrecía para dirigirnos al gran comedor, que esa noche seria el salón de baile. Al llegar a la entrada, nos encontramos con Harry y Pansy tomados de las manos, a Theodore y a Luna tomados del brazo y a Blaise abrazando a Ginny por la cintura. Todos llevaban una sonrisa radiante en el rostro. Después de saludarnos, todos nos pusimos los antifaces, nos adentramos y la hermosa decoración junto con la tenue luz nos recibieron. Nos sentamos en una mesa circular, ya que no nos separaban por casas, esa noche no.

La cena estuvo deliciosa, y no deje de pensar en todo el trabajo que los elfos tuvieron, pero Harry intento tranquilizarme con que habían recibido ayuda extra para esa noche, obviamente sabia que era mentira, pero agradecí su intento por relajarme. Todos platicaban alegremente. Dirigí mi vista a una esquina del gran salón. Había una persona parada ahí, viéndome, o al menos eso creí haber visto. Por lo que podía distinguir, llevaba un traje completamente negro, se hacia resaltar su piel pálida. Llevaba un antifaz plateado. No lo mire mas, porque en ese momento una musica sonó, y la pista de baile comenzó a llenarse de parejas, impidiendo poder seguir viendo a aquella persona..

-Hermione, ¿quieres bailar?- ofreció Ron y en ese momento me di cuenta de que solo quedábamos el y yo sentados en la mesa. Asentí sonriente y tome la mano que me ofrecía. Nos dirigimos al centro de la pista y el tomo mi cintura, yo puse mis manos en sus hombros.

Los pasos de Ron eran algo torpes, yo solo reía y le corregía, tenia la cara un poco colorado. Después de varias canciones, nos dirigimos a la mesa y Ron fue por algo para beber. Reí con nerviosismo mientras me echaba aire por lo acalorada que estaba. Mi mirada volvió a conectar con el desconocido que en ese momento me pareció familiar. Seguía, a mi parecer, mirándome. Me puse de pie y camine hacia él, pero al verme ir a su dirección, comenzó a caminar entre las personas.

-¡Oye, espera!- le grité, pero fue inútil. Antes de salir, logre ver su cabello rubio. Mi corazón comenzó a latir rápidamente. Con mas motivo lo seguí a las afueras del salón. Mire hacia ambos lados, y lo vi dar vuelta en una esquina. Me acerque ahí, y al girar, una mano pálida y gélida me tapó la boca y me arrinconó a la pared, sintiendo el cuerpo de la persona presionarse con el mio, intente alejarlo, pero su fuerza era mayor.

-¿Por qué me estas siguiendo, Granger?- esa voz tan familiar, fue imposible no reconocerla. Me quito lentamente su mano, al ver que no pensaba gritar. Aun seguíamos a pocos centímetros, y sentía su aliento fresco chocar en mi rostro.

-¿Que haces aquí?- ignore tontamente su pregunta. El alzó una ceja y chasqueo la lengua.

-Estudié aquí, ¿lo recuerdas?- me lo imaginé rodando los ojos bajo en antifaz- ahora, deja de seguirme- ordenó separándose de mi.

-¿Adónde vas?- sonrió de lado. Seguía siendo un idiota, pero un idiota guapo.

-¿No es obvio? Me voy a cualquier lado, ya me aburrí- fingió bostezar y acomodo su corbata negra.

-¿Tan pronto? Ni siquiera son más de las 10- por alguna razón no quería que se fuera, no aún.

-Tengo en mente mejores cosas que podría hacer ahora- volvió a sonreír de lado, dejando ver algunos de sus perfectos dientes blancos.

-D-debo irme, Ron debe estar buscándome- intenté irme, pero él me tomo del brazo y volvió a arrinconar mi cuerpo poniendo sus manos en la pared, prácticamente encerrandome.

-Granger, ¿me responderías una pregunta con la verdad?- con una mano quito mi antifaz y acaricio mi mejilla con su pulgar. Asentí nerviosa sintiendo mi piel erizarse ante su contacto- ¿la comadreja besa mejor que yo?- abrí la boca sorprendida por la pregunta, me miro ceñudo cuando en mis labios apareció una sonrisa involuntaria.

-Si, besa mejor que tu- mentí aun sabiendo que quería la verdad, pero quería ver su reacción. El endureció su expresión.

-Mientes. Mientes porque yo se que extrañas mis besos, extrañas mis caricias, lo sé- aseguro mientras ponía una mano en mi cuello y lo acariciaba con cuidado- y te lo demostraré- miro mis labios entreabiertos para después besarlos. Abrí los ojos con desmesura y lo golpeé en el pecho intentando alejarlo. Abrí la boca para reclamarle pero el aprovecho para introducir su lengua en mi boca, profundizando el beso. Me negaba a ceder, pero cuando comenzó a besarme con ternura no me pude resistir mas y me aferré a su espalda besándolo con desesperación. Hasta ese momento me di cuenta de que extrañaba sus besos mas de lo que creía- ¿si... Sigues estando segura de que no extrañas que bese tus labios, tu piel...?- besó mi hombro, y yo solo cerré los ojos.

-M-Malfoy...- con trabajos, el se separó de mi , en ese momento me moleste conmigo por haber hecho eso. Estuvo mal, ahora yo estaba con Ron.

-Podrás estar con otro, pero tu corazón seguirá siendo mio, y lo sabes. Él primer verdadero amor jamás se olvida, porque es el único que se queda grabado en tu piel, en tu memoria y sobre todo, en el corazón- susurró más para él que para mi.

Antes de poder responderle o decir siquiera algo, un sonido estruendoso se escucho a las afueras de Hogwarts, alertando tanto a mi como a Draco. Ambos sacamos las varitas.

-Granger, quedate aquí- me ordeno, pero lo ignore y corrí rápidamente para saber que había pasado. Me dirigí al gran comedor, donde todos estaban alterados y asustados. Lo bueno era que los niños menores de 5° se había ido unos días antes.

-¡Hermione! Te estaba buscando- Ron suspiro aliviado al verme- al parecer están atacando Hogwarts. Tendremos que pelear- asentí convencida y me dirigí a la entrada principal. Efectivamente, hombres de túnicas negras atacaban el castillo. Una mano me tomo por el brazo y me quito de la trayectoria de un hechizo.

-¡¿Por qué demonios nunca me haces caso?!- gritó molesto Malfoy mientras disparaba hechizos- al parecer después de todo no estaba solo...- susurró- bien, quedate aquí. No te muevas... Por favor- dijo casi en una suplica. Salio disparando hechizos, maldiciones.

-¡Asquerosa sangre sucia!- alguien me tomo por el cuello, casi asfixiándome. Grité como pude y Draco volteó atemorizado.

-¡No!- gritó y mando un sectusempra al individuo que cayo desangrándose en el piso. Mire alternadamente a Draco quien respiraba aliviado y me sonreía y al hombre tirado. Él estaba distraído, todo fue tan rápido que el y yo no vimos cuando un hechizo se dirigió hacia el mandándolo a volar, haciendo que chocará contra un muro, cayendo de seco al piso. Tenia sangre por todas partes. Corrí con lágrimas en los ojos. Me arrodille junto a él. No respiraba. Su corazón había dejado de latir. Lágrimas salieron a brotes de mis ojos, pero eso no calmaba el dolor punzante que se había instalado en mi pecho. Intenté hacer todo lo posible. Pero no funcionaba. Draco estaba muerto.

Una Mirada (Dramione) •EDITANDO•Where stories live. Discover now