N i n e

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Dentro de una camioneta oscura un grupo de jóvenes se encontraba planeando su entrada perfecta al lugar que se disponían a asaltar.

—¿Listos? —preguntó el peli-azul, quien se podría considerar como el "jefe" de aquella pandilla.

Los presentes asintieron al escucharlo y tomaron cada uno sus armas.

—Síganme. —ordenó, a lo que el primeo en levantarse de su lugar y seguirlo fue el peli-morado.

El castaño se quedó dentro del vehículo encendido, para ya estar listo a la hora de la fuga junto con sus compañeros. El de cabellos dorados estaba fuera, justo en la entrada, con un arma cargada vigilando. Mientras tanto el moreno entro al banco, seguido de su pareja, y luego el de ojos grises con el pelirrojo.

—¡Todo el mundo quieto! ¡Nadie se mueva! —habló el peli-morado mientras todos ellos sacaban sus armas de donde las tenían escondidas para no levantar sospechas al ingresar.

La gente que se encontraba allí, —a pesar de ser tal hora de la noche— voltearon a verlos y el miedo se apodero de sus cuerpos al ver con sus propis ojos de quienes se trataban.

—Encárguense. —dijo el oji-verde a sus amigos con una sonrisa escalofriante, mostrando así el piercing que tenía en el lado izquierdo del labio inferior.

El oji-gis y el pelirrojo le devolvieron la sonrisa y con sus armas corrieron persiguiendo a cada una de las personas que se encontraban presentes en el lugar, como si del cazador y su presa se tratase. Éstas sabían muy bien las intenciones que ellos tenían, por lo que muchas se dirigieron a la salida tratando de salvar sus vidas, sin éxito alguno, pues Golden las esperaba en la entrada.

—Desbloquee la caja fuerte. —habló Bon con desinterés al bancario.

—O vamos a disparar. —le siguió Bonnie, mientras ambos le apuntaban.

El hombre, algo ya viejo, accedió a hacer lo que pedían con algo de temor y nerviosismo, ya que al escuchar los gritos y suplicas de los presentes, seguido de los disparos de los contrarios, le dejaba más que claro lo que podían hacer con él si no obedecía a lo que le pedían. Unos cuantos códigos y huellas introducidas en el detector y la pesada puerta de metal que protegía la caja fuerte se abrió.

Todo aquel monto de incontables billetes, lo estaban guardando en sus sacos. El piso del lugar estaba completamente lleno de manchas rojizas y cuerpos por todas partes. Aquella pandilla ya se había divertido bastante y tenían todo lo que habían venido a buscar, así que se dispusieron a retirarse. Pero con lo que no contaban era que el bancario del local no se iba a rendir tan fácilmente sin dar pelea y con un arma que tenía allí guardada por casos de emergencia, —cosa que ahora lo era— disparo.

La bala atravesó el hombro izquierdo del joven de cabellera azulada, haciéndolo perder el equilibrio y caer. Pero el oji-rojo lo ayudo a levantarse rápidamente, y con el resto de sus acompañantes subieron a la camioneta que el castaño ya había encendido para darse a la fuga.

Con lo que tampoco contaban, era que una de las encargadas del banco había logrado esconderse bastante bien para poder sobrevivir y había activado una de las alarmas.
















—Esse.

  [Se acerca el final gente, muchos ya tendrán una idea de como terminara esto, ¿Pero quién sabe? Yo soy la autora y tal vez haga que termine bien o tal ve no. ewe ¡Os agradezco a todos los que leen esta historia y por el apoyo que le dan! ¡Os amo a todos, si a todos, a los votantes, a los que comentan, incluso a los lectores fantasmas! ¡A todos! :D Acabo de crearme un «FNAFHS Amino», si quisieran saber me llamo "Esse! ❤" y ya basta de Spam. :v No se olviden de comentar si les gustó. Y regálenme una estrelllita. :3]   

«Partners In Crime» |BonxBonnie| #FNAFHSWhere stories live. Discover now