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La camioneta donde ellos se encontraban, se había detenido al momento que las patrullas los rodearon, estaban entre la espada y la pared, sin escapatoria alguna. El peli-azul y el peli-morado estaban fuera del vehículo, apoyando sus espaldas en este, utilizándolo como si fuese un escudo para protegerse de las balas de los oficiales.

No era como si les quedara otra opción y aunque lograran escapar, había más patrullas rodeando todas las rutas que les hubiesen servido de escape. Las calles inundadas en papeles con sus rostros impresos en ellos, por eso era no querían que supieran sus identidades.

El de los ojos rojizos a pesar de no querer admitirlo, el miedo había empezado a apoderarse de su cuerpo y el oji-verte lo notó, y tomó la mano del contrario, mientras que con la otra sostenía un arma cargada.

—¿Dónde vamos a ir?

—Nos tienen inmóviles. —habló el más alto con frustración.

—Tengo miedo. —dijo, a pesar de que no quería hacerlo.

—Lo sé. —lo abrazo protectoramente, se podría decir, y luego lo soltó. —Pero no renuncies ahora.

Si el calor se acercaba lo suficiente para para poder quemar, entonces jugarían con fuego quemando todo el lugar donde se encontraban, porque habían prometido que nunca nadie los atraparía con vida, solo la muerte podría separarlos.

—Les habla la jefa del departamento de policías. —se escuchaba como la voz de una mujer gritaba a través de un megáfono para llamar su atención. —Salgan con las manos en alto, tenemos el lugar rodeado.

El moreno, apretando un poco el agarre de la mano del contrario, se levantó y ayudo a hacer lo mismo al contrario. Cuando ambos estuvieron de pie se dignaron a salir de su escondite. Al salir podían notar inmensas cantidades de patrullas de donde había más oficiales apuntándoles con diferentes armas de fuego. Pero lo que capto su atención fue una peli-blanca que se encontraba frente a ellos a la distancia, con un megáfono en la mano y a su par una peli-rosa que tenía una parte de su cabello rapado, aquello les hizo pensar que se trataba de ni más ni menos que la jefa de policía y su mano derecha, cosa en la que no se equivocaban. Lo otro que les llamó la atención fueron los cuerpos en el piso, bajo un gran charco de sangre, eran los cuerpos de sus amigos, todos allí, Foxy, Golden, Springtrap y Freddy, tirados en el sucio y frio suelo. Escenas así, habían visto incontables de ellas, pero ahora que los protagonistas de tal escena sean sus amigos, les dolía, les dolía bastante, pero no lo demostrarían, no demostrarían debilidad ante los policías.

—¡Pongan sus armas abajo! —exigió la albina.

El dúo sonrió de manera picara y se miraron mutuamente, para luego alzar sus manos al aire y dejar caer sus armas. El mayor hizo un movimiento algo brusco, que alerto a los presentes que les apuntaban, pero él solo siguió sonriendo y tomo la cintura del menor, acercándolo más hacia sí mismo y unió sus labios en un profundo beso, el cual demostraba todo el amor que sentían mutuamente. No les interesaba lo que el resto de los que los observaba pensaran, en este momento solo ellos dos existían. Aunque los presentes solo los miraban indiferentemente.

Sonrieron en medio del beso y mientras seguían abrazados de la cintura agarraron el arma del contrario, ya que ambos tenían un arma de repuesto escondida en el bolsillo trasero. Se separaron por falta de aire y cuando lograron regular sus respiraciones, volvieron a unir sus labios y con la mano que les quedaba libre empuñaron la pistola y presionando el gatillo empezaron a disparar ciegamente, ya que tenían los ojos cerrados.

Las balas a pesar de no tener un punto en específico de hacia donde tendrían que ir, lograron darles a varios de los oficiales. La jefa al percatarse de esto, tomo desesperadamente cargos en el asunto.

—¿Hombre listos? —preguntó dudosa.

—¡Apunten! —ordenó, a lo que los demás obedecieron. —¡Fuego! —finalizó.

Millones de disparos se oyeron a lo lejos, pero solo bastó una sola bala. Una bala de plata, de un color gris bastante brillante, la cual atravesó a ambos chicos justo en el pecho, para ser más específicos, justo en donde se encuentra el corazón, ¿vaya lugar, no?

Luego de aquel balazo, cayeron los dos en aquel sucio y frío suelo, ya antes mencionado, uno al lado del otro, con sus manos unidas y sus dedos entrelazados, mientras se escurría su propia sangre de aquella grave herida que ahora tenían.

El cielo negro, perdió todas sus estrellas al ser tapadas por grandes nubes oscuras, una morbosa pintura en exhibición, esa fue es la noche donde el amor joven murió, amantes y cómplices, uno al lado del otro.

Nunca nos atraparan con vida

Habían cumplido su promesa.
















Esse.

[¡Hello! Muchos supieron lo que ocurriría al final de esta historia, ¿Pero se lo imaginaban así como yo lo puse? ¡Espero que haya sido de vuestro agrado! ¡Os amo mucho y lo saben! Ah, y casi lo olvido ¡Feliz martes de Pudin! Qué mejor día para subir el final "épico" -si es que se le puede llamar así- que un martes de pudin. <3 Recuerden siempre de comentar si les gusto, :v y regálenme una estrellita. :3]


«Partners In Crime» |BonxBonnie| #FNAFHSWhere stories live. Discover now