c i n c o.

61.1K 6.4K 10.7K
                                    

Las clases han terminado por el día y Louis ya está preparado para irse a casa caminando solo, buscando sus auriculares en su mochila mientras refunfuña y un montón de apresurados chicos pasan por su lado, empujándolo y ni siquiera deteniéndose para pedirle perdón.

Pero entonces aparece cierto chico.

Louis se asusta cuando alguien pincha su cintura y salta, mirando hacia Harry que se ríe detrás de él. Louis quiere rodar los ojos porque, obviamente Harry está usando su ropa negra con el calor que hace. El delineador en sus ojos logra que resalten demasiado y el castaño tiene que esforzarse un poco por continuar respirando.

—Lou —saluda con un asentimiento, sus manos agarradas a las correas de su mochila (negra, qué sorpresa). Louis finalmente encuentra sus auriculares y los toma.

—Hola, Harry. Tanto tiempo — bromea y sonríe, bajando la vista hacia sus pies.

Pasan unos incómodos minutos antes de que:

—¿Vas a tu casa?

—¿Quieres ir por un helado?

Ambos preguntan al mismo tiempo, apresuradamente temiendo decir lo incorrecto. Es que, si, puede que Louis haya ganado confianza, puede que no tartamudee ni le de tantos nervios el hecho de hacer contacto visual con Harry (por ahora, sólo con Harry. Casi explota cuando su compañero de clase le pidió un lápiz) pero su "amistad" (Louis se atreve a pensar en ellos siendo amigos) no lo mantiene lo ¿suficientemente cómodo? aún.

Así que ambos se ríen y Louis se pierde en sus ojos cuando contesta "sí" o algo por el estilo. No está muy seguro.

Por lo que Harry sonríe, regalándole a Louis una preciosa sonrisa con hoyuelos y definitivamente el menor está muerto. ¿Quien le da el derecho de lucir así? Piensa para sí mismo, pero se lo guarda e inclina la cabeza, indicándole que comiencen a caminar.

El trayecto a la heladería más cercana es corto y para nada silencioso. Harry se la pasa quejándose de lo mal que le va en matemáticas y lo mucho que quiere matar a su calvo y repugnante (palabras del rizado) profesor, que según él, lo odia. El castaño se ríe cuando Harry le comenta que en lugar de resolver los ejercicios, hace planes de cómo podría matarlo si se le diese la ocasión. Le promete que le mostrará sus bocetos luego. Es así como ellos funcionan, Harry habla hasta por los codos y Louis escucha, ríe y comenta. Es cómodo y está bien para ellos.

Eso no significa que Louis nunca le comente a Harry sobre su día, o cosas que pasan por su cabeza, pero son tan escasas éstas veces que el mayor las aprecia bastante. Y se sorprende cada vez. Por ejemplo, la semana anterior, cuando estaban en silencio simplemente observando la lejanía en ese árbol del colegio, el cual prácticamente han reclamado como suyo, cuando Louis le cuenta que le gustaría aprender a bailar. También le dice que es terrible y le cuenta anécdotas de cuando su amigo Niall, quien se ha mudado y casi olvidado de su existencia, intentaba enseñarle. Harry sonríe y recuerda haber hecho una vaga promesa de enseñarle. La verdad es que él tampoco tiene idea, pero podría aprender por Louis.

De todas formas, ellos ordenan. Mientras Louis tiene un cono de vainilla y fresa, Harry pide chocolate con almendras, menta, cobertura de chocolate, y confites. Se pelean un momento a ver quién paga y obviamente acaba ganando Harry, prometiéndole al más pequeño que lo dejará la próxima vez. Mientras Harry piensa en la mentira queda eso, la mente de Louis se estanca en la frase "la próxima vez".

Toman asiento en una de las mesas afuera, el lugar está casi desierto, sólo una señora con una niña dentro del local.

—¿Cómo puedes preferir la fresa en lugar del chocolate? —Harry pregunta, indignado—. Creo que he perdido todo respeto que tenia por ti.

do me a favour ☁ stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora