CAPÍTULO 9

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Creo que el destino nuevamente me daba una señal de no rendirme, ya que a pesar de que vi sufrir mucho a Jessica, todo ese tiempo apoyándola en ese momento, rindió frutos, volvimos a vernos como antes, poco a poco las cosas volvían a su sitio, la confianza entre nosotros volvía, tanto que ella me ofreció darme un par de clases de reggaetón, las cuales aproveché, realmente es una gran bailarina, se movía muy bien.

Nuestras visitas de cine en su casa y solos, también habían vuelto, con un invitado adicional que acompañaría unas cuantas visitas de aquí en adelante, es un licor a base de caña de azúcar que se produce en mi país llamado Aguardiente, con el cual volvimos a los roces, a pesar de que los extrañaba, eché mucho de menos sus deliciosos besos, pero tristemente nunca más los volvería a saborear.

Una tarde, luego de las clases de baile, un poco cansado y admirándola a ella bailar, me senté al borde de su cama, al ver ella mi cara, por alguna razón, se acercó a mí y me preguntó

-Oye Santi, si yo me sentara así sobre ti, y me moviera así... (Ella se sentó de espaldas, con su cola sobre mis piernas, subiendo poco a poco hasta mi sexo, el cual empezó a crecer con el movimiento de ella, adelante y atrás) ¿Tu qué harías?

Me empecé a excitar, lancé mis manos sobre sus senos, apretándolos un poco, son como un manjar de los dioses, ella se puso de pie, me tumbó sobre la cama, nuevamente se subió sobre mí, recordamos la dichosa "bluejeaneada", levanté su blusa, tomé sus pechos desnudos, me incliné y saboreé sus dulces pezones hinchaditos, ella empezó a moverse con más fuerza, tomándome de la cabeza para que me mantuviera más tiempo chupando sus senos, empezó a hacer gestos de placer.

Pero yo quería recordar aún más, así que me abrí campo en medio del movimiento, coloqué mi mano derecha debajo de sus cacheteros, sintiendo sus excitantes vellos, bajando más mi mano, llegué a donde quería, sus labios mayores, ya estaban mojados, aunque extrañamente también noté algo raro

-¿Esto qué es? (Le pregunté a ella mientras tocaba un poco esa capa extraña que no esperaba)

-Es un rollito de papel higiénico, porque tú sabes que me mojo mucho

Las palabras misteriosamente, me aceleraron el pulso, provocando que empezara a deslizar mis dedos en sus labios menores, entrando en su interior con mis dedos que rápidamente se arrugaron por la humedad y el intenso calor en su vagina, moviendo mis dedos.

Jessica también quería más, cuando dio su primer leve gemido, se quitó el pantalón junto con su cachetero, tomó mi cabeza, llevándola rápidamente hacia su sexo, al saber lo mojada que estaba, fue inmediata mi reacción y me sumergí en ese néctar maravilloso, muy dulce, jugaba con mi lengua, la besaba y bebía todo allí, comenzó a dar gemidos, a levantar su cadera para moverla arriba y abajo, halándome del cabello, para luego oprimir mi cabeza contra su cadera, produciendo un gemido inigualable.

Ella me soltó la cabeza, y justo cuando me iba a poner de pie para ir al baño a traer más papel higiénico, ella me dice

-"Sabes, creo si tuvieras un condón, lo haríamos..."

-¿Hablas en serio? (Yo estaba muy asombrado, no podía creer esas palabras)

-Sí, pero igual ya es tarde y de noche, te tienes que ir, y mi mamá no tarda en llegar

Efectivamente su mamá llamó a avisarle que en cinco minutos llegaba, no hubo más opción que arreglarnos y ordenar todo para yo poder irme.

friendzone   Nivel: SexualWhere stories live. Discover now