CAPÍTULO 20

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Pasaron cerca de 2 a 3 semanas, Jessica no quiso que la visitara, y finalmente ella me llamó para que fuera, pero, tenía un detalle que tuve que contárselo con la mayor verguenza, a principios de ésa semana, había estado enfermo del estómago, e iba mucho al baño, por lo mismo me daba muchísima pena ir, y tener que usar el baño en mis circunstancias, porque si bien es cierto que todos somos seres humanos y "hacemos del cuerpo", no dejaba de ser el baño de los aposentos de la chica de mis sueños, cómo iba yo a hacer eso, allá.

Pero Jessica insistió, e insistió, hasta que finalmente acepté ir, a pesar de mis condiciones, y con la advertencia de que probablemente iba a necesitar su baño.

Almorzamos algo suave para no molestar mucho mi estómago, nos dispusimos en su cuarto a ver una película arrunchados, al finalizar, ella empezó a besarme en el cuello, intento morder el lóbulo de una de mis orejas, mientras preguntó:

-Te gusta que te muerdan las orejas? O prefieres los besos en el pecho?

Y bajando un poco me fue besando

-He escuchado que a ustedes los hombres les gusta, pero no se a tí qué te excite más, pero sé que se calientan muy fácil lo hombres... Hasta con un beso - Dijo ella

-Pues no sé, no me han besado como tú para decirte dónde me gustan los besos, y de todas maneras no creo que a todos los hombres los exciten con solo besarnos

-Ah no? Entonces mira - Dijo ella en tono seductor, mientras se acercaba un poco

Lentamente acercó su boca a la mía, mirándome los labios y alternando con mis ojos, muy pero muy despacio, y justo al faltar cerca de 2 centímetros entre nosotros, ella vio que la intenté tomar de su cintura, y que lentamente cerraba mis párpados.

-Ves que sí Santi, gané, tu ya ibas a tocarme, te "calenté" en cuestión de segundos - Dijo ella orgullosa de su victoria

-No, eso es porque eres tu, porque me gustas, pero si fuera otra no pasaría lo mismo

-Hay eso dices tu porque estás enamorado de mí, pero a un hombre cualquiera sí le pasaría eso

-Bien dicho, "a un hombre cualquiera" y creo que he intentado demostrarte a lo largo de los años, que no soy así

Jessica bajó su cabeza, no fue capaz de sostenerme la mirada, ya que al cruzar palabras la miré fijamente a los ojos, por el gusto que le tenía a esa mirada tan dulce y especial que despedían sus ojos, esa mirada que me enamoraba cada vez que la veo.

Nos recostamos nuevamente, y retomando el tema de las partes erógenas, era mi turno.

-En cambio yo sí conozco tu punto débil, los besos en el cuello - Dije yo, mientras me acercaba despacio y le dí uno besos pequeños a lo largo, bajando hasta su clavícula

-Pero también sé que no es la única parte erógena, tienen varias ustedes las mujeres, como los hombros - Continué mi camino besado su hombro derecho

-O también, rozar su vientre - Llevando mis manos cerca de su ombligo, y su vientre bajo

-Ya que tus hermosas piernas me hipnotizan, les daré un cariño; no sin olvidar otra zona erógena, como lo es la ingle - Empecé a tocar sus grandiosas piernas, subiendo despacio hasta su ingle, esa zona cerca de la entrepierna, al llegar, Jessica abrió sus piernas, y subí justo a milímetros de su sexo, sin llegar a rozarlo, moviendo despacio mis manos en aquella zona

-También hay casos donde los senos son tan sensibles que pueden causar orgasmos - Dejé una mano masajeando la ingle y la otra, la conduje arriba, a sus pechos, metiéndola bajo el brasier, apretando todo el volumen que podía mi palma, luego rocé despacio con las yemas de mis dedos, todo el contorno de su areola, pasando aún más despacio sobre su pezón gordito y excitante para mí

Todos éstos movimientos hicieron que Jessica se "calentara" de más, y al terminar de rozar su pezón, ella misma se levantó la blusa, junto con el brasier, pero sin quitarse la ropa, y llevó rápidamente mi boca a aquellos "dulces de café" tan exquisitos, los besé y chupaba sin cesar, extrañamente surgió una pregunta por parte de ella, que sigo sin poder responder.

-Santi, por qué les gusta tanto "chupar teta" a ustedes?

-No sé, son ricas supongo - Respondí, Sin poder dejar de succionar su pezón

Jessica se desabrocha el Jean, lo baja junto con sus cacheteros, y ante mí, presenciaba nuevamente aquél "jardín de rosas" tal cual me gustaba a mí, estaba nuevamente "al natural"; Jessica insistió en que yo también me quitara el jean y mis calzoncillos, luego me atrajó a su cintura, e hicimos tuvimos relaciones haciendo la pose del "misionero" por un rato.

Ella se excitaba más y más, y probó subiendo un poco su cadera abrazándome con sus piernas, excitando más a Jessica, y continuando así por un tiempo.

Jessica empezaba a gemir, subió sus piernas sobre mis hombros, logrando en ella, una penetración más profunda que la anterior, además que ella movía aún más rápido su cintura, el frenesí era exorbitante, poco a poco ella gemía más fuerte y más duro, me apretaba de la espalda como queriendo arañarme, pero mi estómago me traicionó, me sonaba mucho, sentía retorcijones, tuve que detenerme, y salí disparado al baño; me había enfermado nuevamente del estómago.

Volví luego de varios minutos, pero Jessica, ya no quiso continuar, obligándome a ir por papel

-Aunque sea, déjame limpiarte - Dije yo, estaba muy aburrido de haber perdido tremenda oportunidad

Ella accedió, mientras la limpiaba, se rompió el papel por la humedad de aquella zona, mis dedos rozaron sus labios mayores, y por la misma lubricación, se deslizaron un poco más al interior, me incliné, besé su clítoris, saqué mi lengua, empecé a lamer, a penetrarla con mi lengua, recorriendo su vagina mojada, saboreando su vellos, llegando ella rápidamente en sintonía con mi lengua, agitaba su cintura contra mí, dando un fuerte y largo gemido, llegó al orgasmo, quería detenerme a admirar esa creación tan especial que tenía, pero algo enojada me dijo de repente

-¡No! Párate, ni se te ocurra siquiera respirarme "ahí", estoy muy sensible; No lo tomes a mal, sólo no me gusta que me toquen ahí abajo cuando me vengo, siento que me voy a hacer "chichí"

No puse mucha atención, al comentario, aunque podía ser un claro indicio de squirt, o eyaculación femenina; nos vestimos, Jessica me peinó un poco para que no me viera tan despeinado, y al llegar las 7pm, regresé a mi casa, sin saber que ésta habría sido la última vez que yo intimaría con mi querida Jessica.

friendzone   Nivel: SexualWhere stories live. Discover now