Parte 18

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Se levantó con los primeros rayos del sol. Abrió la puerta corrediza de habitación y dejó que las cortinas ondearan al compás de la brisa del aire; no era muy grande, pero sí muy acogedora. Tenía las paredes pintadas de un naranja pálido, un pequeño sillón de mimbre, un baño, una mesita junto a la ventada donde ya había instalado su MacBook.

Había dormido con mucha tranquilidad, era como volver a la vida. Admiró desde su balcón los cafetales que se extendían por todo lo ancho, había gente desde temprano caminando por los alrededores. Después de ponerse zapatos cómodos, bajó hacia la recepción donde una chica le dio un "Buenos días" muy afectuoso.

─Muy buenos días ─respondió con el mismo tono amable.

─El comedor está más adelante, mi mamá prepara un café muy rico.

─Gracias ¿sabes dónde se encuentra Don Julio?

─Mi papá está en la capilla, las lluvias arruinaron uno de los techos y lo está reparando.

Caminó por el pasillo que conducía hacia la zona de descanso, hizo a un lado un par de hamacas y continuó, se dio un momento para volver a mirar aquel lugar, había cambiado, ahora parecía un poco más grande que la última vez.

─Buenos días, Don Julio.

─Buen día, Chris ─el hombre sostenía un martillo.

─¿Necesita ayuda?

─Una mano no me vendría nada mal, pero usted es mi huésped, debería ir a la cocina mi esposa ya debió de haber preparado el café.

─Permítame ayudarlo ─miró hacia el techo de madera blanca, tres de las tablillas se habían caído─. Hay que reemplazarlas.

Tomó una de las tablillas blancas, Don julio le dio el flexómetro, midió cincuenta centímetros de largo por treinta de ancho y con el serrucho comenzó a cortar la madera.

Don Julio tomó los clavos de su caja de herramientas y subió por la escalera.

─¿Podrías ayudarme a subirla?

Don julio desapareció por el orificio en el techo, Chris lo siguió. Desde arriba se percibía el clima cálido y fresco de aquella mañana. Apoyó las manos sobre la tablilla mientras Don Julio martillaba, repitieron el mismo proceso hasta que por fin habían terminado. Sentía un leve dolor en el brazo derecho, pero nada fuera de lo normal.

─Y... ¿Cómo vamos a bajar?

─Buena pregunta, Chris.


Dio otro sorbo a su taza de café, olía muy bien y su sabor era inigualable. Podía estar tomándolo todo el día.

─Muchas gracias por el café.

Subió a su habitación. Encendió su portátil y las ideas comenzaron a florecer en su mente, sin duda tenía que escribir nuevamente sobre ese lugar. Letra por letra desde el mejor lugar del mundo.

«The best place in the world»


A la hora del almuerzo bajo al comedor, había personas platicando amenamente en un ambiente agradable; parejas, un par de ancianos, divisó a Don Julio quien ayudaba a su esposa a servir los platos.

─Espero que disfrute la comida.

─Así será, muchas gracias.

─Si le apetece, podría salir a dar una vuelta por los cafetales, no es bueno estar todo el día en la habitación.

Cuando Despierte A Tu Lado ©Where stories live. Discover now