Parte 49

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Otro día nuevo en Los Ángeles, y Sofía ya quería estar de vuelta. Aquella mañana había firmado los documentos oficiales que acreditaban que el restaurante estaba en manos de Nicole. Ahora solo quedaba poner la casa en venta, y hacer el equipaje.

─Estás ansiosa por estar de regreso.

─La verdad es que si, perdón ¿Qué me decías?

─Te estaba diciendo que deberías aceptar el apoyo de Bianca, tu cuñada.

─Siento que sería abusar, además que a su familia les agrado.

─Te quieren, amiga. No sería abusar porque le devolverás cada centavo. Te conozco.

─No me gusta deberle nada a nadie. Creo que lo pensaré.

─Aprovecho para agradecerte la confianza, lo que acabas de hacer es para mí todo un honor. No soy de tu familia y aun así me elegiste.

─Te equivocas, eres mi familia, pero también mi amiga y en ti confió totalmente.

─Chris se sacó la lotería contigo ¿ya le llamaste?

─Ya, pero fue rápido porque tenía que ir una firma de libros.

─Hablas de él y la luz se hace en tus ojos.

─Me gusta hablar de Chris.

─Que irónico, antes no lo querías ni ver en pintura, y ahora no puedes despegarte de él.

─Lo amor, Nicole. Ya me quiero ir, necesito verlo ─dijo con una implica sonrisa.

─Encontraste a tu hombre ideal.

─Nos encontramos uno al otro.

─No me cansaré de decírtelo, me da mucho gusto por ti.

─Te lo agradezco, Nicole.

─Cuando lo vea le diré que ha ganado no solo una amiga sino una compañera de vida. Una gran mujer. Te voy a extrañar mucho.

─Y yo a ti, irme no significa que te olvidaré. Te quiero mucho, has estado allí cuando lo he necesitado.

─Cómo no hacerlo si te has portado excelente conmigo. Sabes que también te quiero mucho.

─Me harás llorar, Nicole.

─Imagina como estoy yo. Quisiera que te quedaras, pero es imposible. Tú tienes que estar allí donde está el amor de tu vida.

Sofía la abrazó muy fuerte con la intención de no soltarse de ella. Habían compartido mucho momentos buenos y malos juntas. Despedirse no era algo fácil, a pesar de la comunicación vía telefónica las cosas no serían como antes. Pero su corazón estaba con él.

Antes del mediodía se dieron un receso para comer juntas en la oficina, mientras conversaban recordando momentos del pasado fijó su mirada en aquella botella de vino de café y en ese instante pensó en La Posada, en los días que pasaron allí juntos la primera vez. Volvió al mirada hacia ella para no sentir que estaba siendo grosera.

Cuando Despierte A Tu Lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora