Weona yeta.

18.- Prima maraca y nuevos comienzos.

Cuando me bajé sana y salva del auto del Pancho entramos todos al local, eramos los primeros en llegar. La decoración era la raja, mi tía había organizado muy bien esto. La Manu se burló de mi todo el viaje porque me senté en las piernas del Ignacio, la weona pesa.

— Gabi apañame al baño — me dijo la Manu arrastrándome con ella sin esperar respuesta dejando al Ignacio solo con mis primos — Cálmate si el Pancho no se lo va a comer — se burló cuando vio que no dejaba de mirar la puerta del baño.

— Ya, pero igual me da cosa dejarlo solo — murmuré.

— UUUUY, weona que te hizo. De verdad estai enamora — se burlaba de mi — Tu calmao que la Laura todavía no lle-

— ¡Panchito! — sentimos su voz. Conchetumare la prima maraca ha aparecido ¡Corran!

Salí corriendo del baño acompañada de la Manu y la vi, la weona se veía regia y estaba hablando con el Ignacio.

— Entonces Nachito ¿Cuántos años teni? — le preguntó. ¿NACHITO? ¿CÓMO QUE NACHITO CONCHETUMARE? NI YO LE DIGO ASÍ MARACA.

— Dieciséis — contestó él. ALÉJATE LAURA, ALÉJATE. Conchetmare que ganas de ir y chantarle el beso en frente de todos, pero no.

— ¿Y erís de la famila del novio? Sería una pena volvernos parientes — le preguntó insinuando cosas. Ah no, raspa de ahí weona.

— ¡Ignacio! — lo llamé desde donde estaba parada, él me miró pero la Laura se adelantó.

— ¡Primita, tanto tiempo! ¿Cómo estai?— se me acercó y me abrazó. Ew — Espera ¿Se conocen? — nos preguntó mirándonos. Yo me puse al lado de él.

— Si, vengo con ella — contestó. Que es lindo el culiao.

— ¿Son amigos? Qué bueno que ya cambiaste al anterior, era re feo ¿Cómo se llamaba? ¿Fabricio?.

— Fabian — contestamos los dos.

— Sigue siendo mi mejor amigo, pero ni él ni la Arle pudieron venir conmigo — contesté de mala gana. Siempre hacía comentarios de ese tipo.

— ¿Entonces el es...?

— Un amigo.

— Ah, bueno, nos vemos después Nachito — se despidió y se fue a saludar gente.

— ¿Pasa algo? — preguntó el Ignacio mirándome. Weon no me mires desde tan cerca que me pongo nerviosa.

— La Laura es tan cargante, aveces no la soporto — le mentí, bueno, no del todo.

— Ah si, mira tu — contestó burlandose.

— ¿Que ondi?

— Celosa — se rió.

— ¿¡Ah!? Ignacio que wea te pasa ¡Es mi prima!

Gabriela activando su magister en ocultar cosas.

— Mejor vámos que ya llegó mi tía y mi mamá tiene que estar buscándonos — lo tomé de la mano arrastrándolo a la entrada donde estaban todos reunidos esperando a que la novia bajara del auto para hacer el brindis inicial.

Cuando mi tía pasó por la puerta todos aplaudimos y el novio dijo unas palabras para después abrir la champaña.

Adivinen a quién le llegó el el corcho en todo el ojo.

Por suerte solo el Ignacio se dió cuenta ya que todos estaban pendientes de sacar fotos.

— Chucha, ¿Gabi estai bien? — me preguntó en un susurro tomandome de las mejillas para mirarme el ojo. Con su pulgar me acarició donde me habia golpeado el corcho.