27. El principio del fin.

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Domingo.

Ah, que aburrido es este día. Cuando me desperté en la mañana apenas me moví me arrepentí, pues ayer en la playa me había quemado toda la espalda. Sol de mierda.

Me quedé mirando mi mueble y la foto que reposaba ahí. Una era donde salía el Ignacio conmigo que me la había regalado al cumplir los diez meses y en la de al lado salíamos todos.

— ¡GABI HAY UN AMIGO TUYO AFUERA! — escuché de repente un grito de mi mamá. Que ondis, se supone que el Ignacio iba a llegar más tarde — ¡Y VOY DONDE TU TÍA, VUELVO AL TIRO!

Miré la hora y eran las... ¡CONCHELALORA SON LAS TRES Y MEDIA DE LA TARDE! Bueh, es día Domingo así que me importa pico.

Oh cierto.
Tengo que contarle.

Me asomé por las escaleras para ver quien era, y el Cristian estaba en el sillón.

Invité a mi pololo y me traen al primo, weeena.

— ¡Bajo al tiro! — grité y fui a ponerme algo un poco más decente que una polera y un calzón. Si cabras, en la noche me cagaba de calor.

— Hola — me saludó cuando me vio bajar las escaleras.

— ¿Qué pasó?

— Ah, es que vine porque quería ver cómo estabai — lo miré con las cejas levantadas — ¡No no no!, no pensís mal, es porque el día que nos dijeron lo de las becas estabai como perdía y bajonea y pensé que-

— ¿Qué? ¿Que me iba a suicidar?

— Ya po pero no seai pesa, si vine a verte fue porque de verda me preocupai y se que estai preocupá por el Ignacio.

NO ME DIGAS.

Pero igual el Cristian tiene razón. Me da tanto miedo que el Ignacio reaccione de mala manera o algo. Si, también se que piensan así como "Oh que soy weona ¡Es un mino! Allá en Canadá vai a encontrar minos mucho mas ricos que él"

Pero no, yo solo necesito al Ignacio.

Me pasé la mano por la mejilla quitando una lágrima que no tenía ni idea en que momento se me había escapado.

— ¿No veis? — dijo parándose del sofá y abrazándome — Ya Gabi, esta bien tu tranqui nomas.

— Cristian suéltame, por fa.

Me soltó y me quedó mirando. NO ME MIRIS MIENTRAS LLORO AWEONAO CULIAO.

— Pero Gabi entiende que no podis perder esta oportunidad ¿Cachai? Quedándote acá no vas a conseguir nada.

— Cristian, ¿Entiendes lo que me estás pidiendo? Nunca he estado lejos de mis amigos y menos de mi familia y son dos años en el extranjero — le reclamé. Sabía que tenía razón, pero esto es muy difícil.

— Gabriela, escucha lo que estai diciendo ¡Son puras weas! La gente cambia, para bien o para mal. En el camino pierdes gente tanto como conoces nuevas personas ¡El Ignacio es uno de todos los pololos que vas a tener en tu vida! ¿Entiendes eso?

— ¡PERO YO LO QUIERO! ¿TÚ ENTIENDES ESO? — le grité — No me pidas que trate de entender tu punto si tu no entiendes el mio ¿Ok? Y te agradezco tu preocupación, pero ya va a llegar el Ignacio y no quiero que te vea — le pedí respirando un poco más lento.

Negó con la cabeza y salió de la casa dando un portazo. Mas encima pendejo el cabro culiao.

Demasiado para mi en un día.

Narrador omnisciente.

¡Wena! Tanto tiempo sin vernos cabras, ya extrañaba contarles la vida de nuestra Gabi :) ¿Quieren que les cuente lo que vi? Bueno...

Weona yeta.Where stories live. Discover now