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[NARRADOR]

La fiesta había superado todas las espectativas. Lydia se las había arreglado para que todo saliera esplendidamente. Ya que, según ella, esplendido era lo mínimo que la pareja merecía.

A la mañana siguiente, Stiles estaba que apenas podía levantarse. Aunque lo hizo como resorte en cuanto se enteró que Derek tenía algo planeado para ellos, una especie de luna de miel que duraría hasta el lunes.

— ¿Qué haremos con Emma y Sour? –Preguntaba Stiles mientras él y su esposo, le encantaba llamar así a Derek, iban de un lado al otro empacando unas maletas.

— Se quedarán con melissa y tu padre –Respondió el lobo.

— Pero Emma es muy pequeña, me da pena dejarla... –La expresión de Stiles cambió a una de horror.— ¿¡Y si algo pasa y no estamos para salvarla!?

— Stiles –Derek le cogió por los hombros para mantenerle quieto.— Todo va a estar bien ¿Entendido? Toda la manada está encantada con ella. Además, ya amenacé a la Nigromante, no va a dejarla ni a sol ni a sombra.

Una vez dicho aquello, Derek depositó un casto beso en los labios del menor. Haciéndole sonreír.

— Te amo –Dijeron ambos al mismo tiempo.

— ¿Cuándo nos vamos? –Preguntó Stiles aún sonriendo.

— En media hora.

— Iré a traer a Emma –Le informó mientras salía del cuarto.— Quiero llenarla de besos mientras pueda.

Stiles salió de la habitación y regresó a los dos minutos con la pequeña Emma en brazos. La cual balbuceaba mientras su padre le llenaba las mejillas de besos.

— Pero mira que niña más linda tenemos –Dijo hablándole como bebé.— Gracias a Dios que no tienes la cejas de tu papi.

Ante lo dicho, Derek frunció el ceño al escuchar aquello y Stiles le miró sonriente.

— Si, esas cejas –Se acercó y apretó el entrecejo del otro.— Solo se ven sexys en ti.

Derek quiso mantener la expresión de molestia, pero simplemente no pudo. Sonrió mientras negaba con la cabeza, para luego agacharse un poco y besar la frente de su pequeña.

— Te voy a extrañar –Le dijo mientras las manos de la niña iban hacia su rostro.

— Aw... ¿No podemos llevarla con nosotros? –Preguntó Sties, abrazándola con fuerza.

— Lamento decir que no –Se quejó Derek.— Tu amiga ya me dijo que no nos dejaría llevarnos a Emma.

— Claro, cuando Erika te amenaza es mi amiga –Le recriminó Stiles.— Tú la mordiste, hazte cargo de lo que provocan tus acciones.

— Llevan un día de casados –Ambos voltearon el rostro ante lo que Cora les recriminaba.— Como mínimo, esperen a estar solos para pelear.

— Es que se supone que ahora debíamos estar solos –Le recriminó Derek.— ¿Necesitas algo?

— Vine a buscar a mi sobrina –Dijo sonriendo y cogiendo a la bebé de brazos de Stiles.— John quiere tenerla temprano.

— Oh, si... –El ojimiel chasqueó la lengua.— Papá quiere llevarla a la comisaría para presumirla.

— Nuestra hija no es un trofeo –Gruñó Derek.

— Mira quién lo dice –Rió Stiles.— Me has hecho llevarla a todos los entrenamientos de la manada y no has parado de presumir lo adorable que es.

— Eso... Es diferente –Derek se había puesto rojo.— Yo soy su padre, tengo derecho.

— También tienes izquierdo y tus brazos están muy bien, parecen piernas.

— Ya te dije que dejes de comparar mis brazos con piernas –Se quejó el mayor.

Cora observaba la escena con Emma en brazos e intentaba no reír. Aunque no lo logró y ambos recién casados se quedaron viéndola.

— ¿De qué te ries? –Preguntaron ambos al mismo tiempo.

— De nada –La Hale negó.— Mejor los dejo solos, ya tendrían que haberse ido.

Derek se volteó para ver el reloj, el cual marcaba que era tarde.

— Mierda –Gruñó mientras cogía una maleta.— Ayúdame a subirlas en el auto.

— Señor, si señor –Stiles hizo pose militar mientras cogía su propia maleta.

Ambos salieron corriendo de la casa y fueron directo al Camaro, donde metieron las maletas para luego voltearse hacia Cora, la cual había salido detrás de ellos.

— Cuida bien a mi... –El gruñido de Derek interrumpió a Stiles.— A nuestra pequeña.

— Obviamente lo haré –Respondió la Hale con obviedad.— Toda la manada va a cuidarla.

Se despidieron y subieron al vehículo del mayor. Quien aceleró a fondo porque iban cortos de tiempo.

Stiles sonrió cuando luego de unos veinte minutos, pasaron junto al letrero de Está saliendo de Beacon Hills.

— ¿Cuál es nuestra siguiente parada? –Le preguntó a Derek mientras se acercaba para besarle la mejilla.

— Es una sorpresa.

— ¿Sorpresa? –Stiles de repente sonaba como un niño.— Adoro las sorpresas, dame una pista.

— No.

— Anda~

— No.

— Solo dime...

— Stiles –Le interrumpió.— Te dije que es una sorpresa.

El menor hizo un mohín. Pero cuando el otro bajó la velocidad solo para besarle, una sonrisa radiante volvió a iluminar su rostro.

— Te amo, Sourwolf –Le dijo mientras le daba la mano.

— Y yo a ti, mi Stiles.

NOTA DE LA AUTORA:

Lo sé, es medio corto. Pero aguanten un poquito. El siguiente capítulo es el último y quiero que lo disfruten bien, por eso lo corto aquí, para que no tenga que limitarme al describir lo siguiente que va a ocurrir.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

No Vuelvas A Irte ||STEREK||Where stories live. Discover now