[NARRADOR]
Cuando llegaron a su lugar de destino, Stiles estaba que se aferraba al asiento de la euforia.
Derek le había llevado a un pueblo varios kilómetros más lejos. El cual tenía una playa y, frente a esta, un hotel en el que iban a hospedarse.
— Wow... –Stiles estaba literalmente pasmado.— Este lugar es enorme.
Y era cierto, el cuarto era enorme, espacioso y tenía un balcón que les dejaba ver el atardecer.
El ojimiel se quedó viendo como los rayos del sol chocaban contra las, en ese momento, calmadas aguas del mar.
— Es hermoso –Murmuró sin poder creerlo.
— Lo es –Asintió Derek a su lado.
Stiles se alejó del balcón y fue a sentarse en la cama. Contemplando los últimos meses de su vida.
— ¿Cómo acabamos así? –Preguntó al aire.— Hace solo meses tú estabas con Braeden.
— Y tú fingías salir con Cora –Complementó Derek sentándose a su lado.
— Y la manada me odiaba –Stiles apretó los labios al decir lo último.— Eres increíble.
Derek alzó ambas cejas, sin entender.
— ¿Por qué?
— Porque lo eres.
— No lo soy.
— Si lo eres –Insistió.— Si no hubieras regresado estaría solo, no tendría nada por lo que haberme esforzado en controlarme. Eres mi ancla.
— Tú también eres mi ancla –Le dijo besando su frente.— Si Cora me hubiera dicho que era alguien más el que estaba en peligro, no hubiera regresado.
— ¿En serio?
Como respuesta, el mayor asintió con la cabeza y Stiles sonrió.
El ojimiel le miró con la cabeza algo ladeada para luego cambiar de posición y colocarse encima de las piernas del mayor.
— Te amo –Dijo Derek antes de colocar sus manos en la cintura del otro y acercarle para besarlo.
Stiles sonrió en el beso y rodeó el cuello del otro con sus brazos mientras enredaba los dedos en el cabello del ojiverde.
Los besos y caricias comenzaron a subirse de tono a medida que la temperatura de la habitación se volvía más calurosa.
Derek se echó hacia atras, quedando acostado en la cama con Stiles encima. Metió las manos entre la ropa del menor y apretó sus muslos, arrancándole un jadeo que acalló besándole.
Mientras el otro acariciaba sus piernas, Stiles le desabotonó la camisa. Y Derek, no queriendo quedarse atrás, le arrancó los pantalones.
Así fue como poco a poco comenzaron a desnudarse, disfrutando de las caricias y besos atrevidos que se daban entre sí.
Durante uno de aquellos besos, Derek dio vuelta la situación. Colocando a Stiles en la cama y comenzando a besarle el cuello mientras le quitaba la camisa con las garras. Quitándole los trozos de tela que le quedaban encima.
Se levantó para quitarse la ropa que le quedaba y coger una botella de lubricanta que había traído en su maleta. Luego, volvió a colocarse sobre Stiles. Apretando sus erecciones juntas y quedándose viéndolo.
— ¿A qué esperas? –Le preguntò el menor entre jadeos.
— Solo disfrutaba la vista –Dijo con una media sonrisa.— Me encanta como te ves cuando tenemos sexo.
