Capitulo 3 - Vacance Club

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Al día siguiente todos andaban de un lado a otro terminando de preparar las maletas y todo lo que llevarían al viaje. Miguel fue el más rápido y decidió ir a buscar a su novia para ayudarla con su maleta y salir juntos hasta el bus que los esperaba afuera de la escuela.

En el cuarto de Mía...

Vico y Mía terminaban de empacar bajo la atenta mirada de Celina que había decidido quedarse por su embarazo.

Vico: ay amiga no puedo creer que volvamos al Vacance Club y esta vez todas con novio.

Las tres rieron cuando unos golpes en la puerta las interrumpieron.

Mía: ¡pase!

Miguel: hola chavas.

Dijo él entrando al cuarto dirigiéndose hacia su novia regalándole un tierno beso en los labios.

Mía: gatito, ¿que pasó?

Miguel: vine por ti, para ayudarte con la maleta y salir juntos.

Vico y Celina: ohhh que lindo.

Mía: gracias bebé, ya terminé, asi que vamos. Solo me despido de Celi.

Miguel: ok, te espero fuera, bye Celi, te cuidas.

Celina: bye Miguel, se divierten.

Miguel salió de la habitacion con la maleta de su novia dándole un beso en la mejilla a su amiga.

Vico: te vamos a extrañar amiga.

Celina: y yo a ustedes, disfruten del viaje y hagan fotos.

Mía: te lo prometo. Te cuidas y cuidas a mi sobrinito.

Las tres se abrazaron y al deshacerse de su abrazo hicieron su saludo del Mia's Club despidiéndose de su amiga con algunas lágrimas.

Una hora después todos los chavos ya subían al bus colocándose por parejas bajo la atenta mirada de Reverte pusieron rumbo a Valle.

En los asientos traseros de aquel bus varias parejas se daban arrumacos aprovechando que Reverte estaba adelante.

Roberta: ¿oye trajeron los instrumentos?

Diego: claro mi amor y que sepas que tengo una sorpresa para ti.

Roberta: ¿una sorpresa? ¿que es?

Diego: lo sabrás cuando lleguemos.

Roberta: ¿no me vas a decir?

Diego: no, eso son las sorpresas.

Roberta: ok, pero dame una pista.

Diego: no, mejor dame un beso.

Diego agarró el cuello de su novia besándola apasionadamente entrelazando sus lenguas hasta quedarse sin aire. Se regalaron tiernos besos y caricias.
Unos asientos más adelante otra pareja también disfrutaba de su amor.

Luján: ¿ya viste a esos dos?

Teo: parece que se van a comer y eso que se odiaban.

Luján: ¿de verdad tu les creías cuando decian que se odiaban?

Teo: no.

Luján: obvio yo tampoco.

Teo: ya me dieron envidia, dame un beso.

Se acercó a su novia dándole un tierno beso que poco a poco se fue volviendo más intenso.

Varias horas después llegaron a Valle de Bravo, aunque en el trayecto Reverte habría llamado la atención varias veces a su hija y al resto de las parejitas que se comían a besos.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora