Maratón 4/4 - Cap. 8 Pillados

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Era su último dia en el Vacance Club, Reverte había organizado una última actividad ya que al día siguiente muy temprano regresarían a México.

Terminaron de desayunar y enseguida todos fueron hasta el muelle.

Miguel: bueno Prof. ya nos va a decir qué hacemos aquí ¿sí o no?

Reverte: sí si ya no sean impacientes.

Mía: ya díganos Prof. nos tiene muertos de la curiosidad.

Reverte: bueno pues me contaron que la primera vez que estuvieron aquí algunos de ustedes, por no decir todos, no se llevaban muy bien y que hicieron una actividad que ninguno disfrutó. Así que hoy vamos a hacer lo mismo pero ahora sí todos van a disfrutar.

Tomás: ¿Profesor se refiriere al paseo en barco?

Reverte: Exacto, a eso me refiero.

Roberta: ¿Qué? No ni loca me voy a ese paseo.

Reverte: ¿Por qué no Roberta?

Luján: bueno es que creo que la que peor lo pasó aquel día fue Roberta profesor.

Reverte: ¿ah sí? Y me cuentan el porqué.

Roberta: pues porque aquí el muñequito de plástico (dando un golpe en el hombro a Diego) me aventó al agua y casi me ahogo.

Reverte: ¿Neta hiciste eso Diego?

Diego: (avergonzado) pues la neta sí profesor pero es que en ese tiempo Roberta y yo... bueno...

Roberta: nos odiábamos, dilo que no importa.

Reverte: bueno hija pero no creo que Diego haga eso hoy ¿verdad?

Diego: por supuesto que no Prof., nunca se lo juro.

Roberta: de igual manera yo me quedo, ustedes vayan.

Reverte: hija no te puedes quedar aquí sola.

Diego: no se preocupe profesor yo me quedo con ella.

Mía: anda Prof. Deja que se queden y nosotros vamos.

Todos: sí Prof. Por favor deja que se queden.

Reverte: ok, está bien. Se me comportan ¿eh?

Roberta: sí pa.

Todos se dirigieron a los dos veleros donde dos instructores los esperaban, antes de subir con los demás chavos Reverte se acercó a Diego aprovechando que Roberta se estaba despidiendo de sus amigas.

Reverte: (susurrando) luego me tienes que explicar con detalles cómo es eso que casi ahogas a mi hija.

Diego: (nervioso) Profesor le juro que...

Reverte: (riendo) no te preocupes era una broma, yo sé que no lo hiciste aposta, y aunque lo negaran siempre se quisieron aunque se trataran pésimo.

Diego: (suspirando aliviado) eso sí, yo amo a Roberta, ella me cambió.

Reverte: yo lo sé, me la cuidas ¿eh?

Diego: siempre Prof.

Ambos se dieron un abrazo y Reverte se despidió de su hija. Todos subieron a los veleros para disfrutar del paseo todos juntos. Diego y Roberta decidieron quedarse sentados en el muelle, abrazados, recordando viejos tiempos mientras se regalaban tiernos besos.

Roberta: ¿recuerdas lo que pasó la primera vez que estuvimos aquí?

Diego: claro que me acuerdo, me tiraste la guitarra al lago.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora