Capitulo 22 - No Quiero Volver A Verte

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Roberta despertó al sentir los rayos de sol en su cara, miró a su alrededor y se dio cuenta que se encontraba en su casa. La noche anterior había tenido una pequeña discusión con Diego ya que el había tomado un par de copas de más y a ella eso no le gustaba. Decidió dormir en su casa y regresó temprano de la fiesta. Se levanto y bajó hasta la cocina donde Alma se encontraba con su hermano pequeño.

Roberta: (dandole un beso) buenos días mamita.

Alma: buen día mi reina ¿dormiste acá?

Roberta: sí ¿por?

Alma: nada pensé que ahora te irías al depa con Diego.

Roberta: sí má pero bueno anoche peleamos en la fiesta y decidí venir a dormir acá ¿te molesta?

Alma: claro que no mi reina, esta siempre va a ser tu casa. ¿Pelearon fuerte?

Roberta: algo pero nada grave. (Cargando a su hermano) ¿y cómo está este principe hermoso?

Alma: pues míralo cada día mas guapo.

El pequeño Álvaro reía en brazos de Roberta mientras ella le hacía gestos. Desayunaron juntas y pronto Mía y Luján se unieron con ellas, ya que despertaron algo después por la trasnochada de la fiesta.

Mía: ay que horror, la cabeza me va a estallar.

Luján: ay Mía por Dios, no grites que a mí también me duele.

Roberta: se lo tienen bien merecido por seguirle el juego a Giovanni.

Luján: me dijo cobarde.

Mía: a mí también.

Roberta: bueno ya mejor dejen de quejarse y tomen algo, yo me voy con este príncipe al jardín.

Alma: con cuidado mi reina.

Roberta: sí Alma, es mi hermano ¿recuerdas?

Roberta salió hasta el jardín con él mientras jugaba y le hacía gestos que lo hacían reír. El sonido del timbre hizo que el pequeño comenzara a llorar. Ingresó al salón y se encontró con el culpable de su enojo.

Alma: hija dame al niño, creo que los dejo solos.

Diego: gracias Alma, cada día mas guapo este galán (tomando la manita de Álvaro) Salió a la mamá.

Alma: gracias Dieguito, con permiso.

Alma subió hasta su cuarto mientras que Mía y Luján optaron por salir a dar un paseo, Diego permanecía parado frente a Roberta, una lágrima recorrió su mejilla al recordar la noche anterior, ella permanecía quieta con los brazos cruzados frente a él.

Roberta: (enojada) ¿a qué viniste?

Diego: ¿sigues enojada?

Roberta: ¿tu que crees?

Diego: que sí.

Roberta: Diego entiende que no me gusta que tomes ¿que no puedes entender eso?

Diego: mi amor perdoname por favor, te juro que no lo vuelvo a hacer, era una fiesta por Dios.

Roberta: sí era una fiesta y tú estabas que te caías de borracho.

Diego: (tomando su cara entre sus manos) por favor mi vida, perdóname. Ya sabes que a veces soy medio idiota.

Roberta: no, eres idiota completo pero sí te perdono, Diego no te prohibo que tomes sólo no me gusta cuando lo haces, sólo te pido que lo hagas con cabeza ¿si?

Diego: te lo prometo mi amor.

Diego deposito un beso en los labios de su novia, beso que ella profundizó al coger su cuello mientras enredaba sus dedos en su pelo. Una tos fingida interrumpió la reconciliación.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora